Cuando la edad no es un obstáculo para aprender
El Faustina Álvarez abre sus puertas cada día como un colegio cualquiera, pero sus alumnos tienen desde los 18 a los 90 años Unos quieren recuperar el tiempo perdido y otros aprovecharlo para tener la cabeza activa y aprender lo que sea
Cada día, de lunes a viernes, el Faustina Álvarez abre sus puertas a las 9.00 horas como cualquier otro centro educativo. Pero su horario es más amplio que el de un centro normal. Y sus alumnos también. El abanico de edad es muy amplio, desde los 18 a los 90 años, aunque ha habido alumnas de incluso más. El antiguo colegio Guzmán el Bueno , en la calle Fernández Cadórniga, acoge desde 1996 el Centro de Educación de Personas Adultas Faustina Álvarez, y ofrece dos tipos de formaciones, «por un lado las formales, para poder adquirir los títulos de Primaria o la ESO y las no formales que se estudian por competencias, como la lingüística y matemática o la Digital», como explica la directora del centro, Maribel Rodríguez de la Red.
En total son más de un millar de alumnos con una gran idiosincrasia y que pueden empezar su formación desde los niveles más básicos. «Hay un ciclo que parte desde la alfabetización , pero este va a menos, cada vez llega menos gente nacida en España que no sepa leer ni escribir, aunque sí hay extranjeros», explica la responsable del Faustina Álvarez, que acoge también clases para aprender a hablar español, prepara la prueba de acceso a la Universidad para los mayores de 25 años y las de acceso a los ciclo de grados superior FP, además de las pruebas para presentarse por libre para obtener el título de Secundaria, entre una gran oferta de programas y cursos.
Amplio abanico
«Cualquier persona mayor de 18 años», explica Rodríguez de la Red, quien suma microcompetencias profesionales como las de carpintería o sistemas informáticos o el hecho de que sus clases son una alternativa para «mantener la mente activa» de los mayores, no sólo para los que no pudieron ir al colegio cuando eran pequeños, también para profesionales que, tras jubilarse, deciden regresar a las aulas para seguir aprendiendo o ampliar su círculo social.
Diferentes perfiles
«Aquí hay miles de nacionalidades e historias, de causuísticas, de gente que no pudo estudiar en su día, de médicos están jubilados y que quieren seguir aprendiendo... las jubilaciones cada vez son más prematuras y la gente se jubila con mejor calidad de vida y tienen ganas de hacer cosas, de llenar el vacío que queda cuando dejan de trabajar», concreta Rodríguez de la Red.
La oferta educativa se reparte en un amplio horario, desde las 9.00 a las 14.00 horas y desde las 16.00 a las 22.30 horas, con dos o tres turnos en función del tipo de formación. «Por la mañana vienen muchos jóvenes y por las noches trabajadores o con cargas familias que quieren sacarse el título de Sencundaria.
Los profesores del Faustina Álvarez abre la puerta a todos ellos, a todos los que quieran aprender, de una forma u otra, con un objetivo u otro, pero aprender. Para aquellos que quieren tener una segunda oportunidad educativa o estrenarse en el ámbito académico. En este centro, que lleva el nombre de «una mujer leonesa, maestra e inspectora de Educación», como reza en su web, en las aulas, la biblioteca y los talleres se huele, sobre todo, a hambre de conocimiento.