Diario de León

León consulta cómo instalar los contenedores marrones que ya debían estar activos

El Ayuntamiento suma a los 64.344 € de la auditoría sobre el estado de la ciudad otros 18.150 € para este trabajo

marciano pérez

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León

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El comienzo de año debería de haber alumbrado el estreno de los contenedores marrones en el escenario urbano. Pero no están. Ni se les espera. Por el momento, el Ayuntamiento de León ni siquiera sabe cómo.

Ahora, el equipo de gobierno de José Antonio Diez espera a que se lo resuelva una empresa externa, a la que pagará por que le defina la implantación al menos de la primera fase.

Hasta entonces queda en el aire la puesta en funcionamiento del sistema sin el que, rebasado el plazo que marca la Ley de Residuos y Suelos Contaminados por una Economía Circular, la administración municipal de la capital leonesa tendrá que pagar al Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de Gersul 420.000 euros más este año, hasta sumar 3,42 millones de euros, como penalización por no haber instalado los cubos en los que seleccionar la fracción de la basura susceptible de recuperarse para la elaboración de biogás .

Penalización

La falta de implantación de este contenedor hará que León tenga que pagar 420.000 euros más a Gersul

El contrato encomienda a la empresa adjudicataria que proporcione al Ayuntamiento de León, «con el mayor desarrollo y precisión posible, la información precisa para implementar en su primera fase la nueva línea de recogida separada de residuos, dirigida a los biorresiduos producidos por grandes generadores, incorporando información adecuada para la concienciación de los usuarios». No hay quien lo haga en la administración municipal con «especialización técnica», como se apunta en la licitación, que parte de un presupuesto de 18.150 euros.

La factura se añadirá a la que, con otros 64.344,15 euros, después de más de cuatro años de quejas ciudadanas, mermas en la plantilla y asentamiento de una imagen suciedad en la capital leonesa , ya ha encargado el equipo de gobierno de Diez a la auditoría externa EIC para que haga una evaluación del servicio de limpieza y resuelva qué medidas se deben tomar para poder mejorarlo.

En paralelo a este trabajo, que busca paliar la imagen de degradación de la limpieza en la ciudad , el encargo del contenedor marrón tendrá que diseñar cómo implanta en los denominados grandes generadores: supermercados, hoteles, hostelería, industria y centros educativos y sanitarios. Este «primer ensayo» de la nueva recogida, que luego se extenderá al resto de los ciudadanos, se atenderá a «un número limitado de productores que se corresponda con un alto volumen de residuos » y se pensará para que «la recogida se verifique puerta a puerta».

La empresa encargada tendrá que marcar «una estimación de usuarios, volumen de residuos, horarios y frecuencias de recogida lo más precisa posible», como se reseña en los pliegos. La auditoría deberá además de «informar a los grandes generadores, que han de estar suficientemente preparados para la puesta en marcha del sistema».

El documento servirá para la «actualización y desarrollo eficiente de la base de datos municipal de grandes generadores de biorresiduos», se cita. Sobre esta base la empresa diseñará «rutas eficientes para la recogida puerta a puerta de los residuos generados en estas actividades». Como complemento, según se advierte en los pliegos, se hará «una encuesta de forma presencial en los establecimientos a fin de completar la información necesaria para la implantación de una recogida separada de biorresiduos .

El informe final contendrá, «al menos, el número de establecimientos susceptibles de ser grandes generadores , número de cubos necesarios para la recogida diferenciada, horarios y rutas a seguir, así como estimación del tiempo empleado en la recogida». Para hacerlo todo, la empresa contará con 5 meses: un plazo que aventura para el último semestre, como pronto, el estreno del contenedor marrón

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