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Un sistema muy rentable a base de bajos sueldos a los residentes

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León

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El examen MIR (Médico Interno Residente), que hoy se celebra en León y otras 27 localidades de España, es más que una prueba, «es la puerta de entrada a un sistema de formación en el que se invierte escasamente, pero que resulta rentable a base de pagar bajos sueldos a los médicos residentes».

Esta es la opinión de la Organización Médica Colegial (OMC), que cifra en 1.106 euros la retribución neta mensual del médico residente en su primer año en la provincia, y que llega a los 1.388 euros netos en el quinto, excluidas las guardias.

Desde el primer MIR, en 1978, el formato apenas ha registrado cambios: un test a nivel nacional de unas 250 preguntas a contestar en cuatro horas y media, y que empieza y termina a la misma hora en todo el país. Sin embargo, en los últimos años el test se ha ido acoplando a la realidad clínica actual y a lo que se vive en los hospitales, incorporando casos clínicos con fotografías. En los inicios, en el examen predominaban las preguntas «base» de conocimientos adquiridos durante la carrera y para una plaza se presentaban 20 candidatos, muy lejos de las actuales ratios que no llegan a dos aspirantes por puesto (1,59 en la convocatoria de este año).

Antes del MIR, los médicos especialistas se formaban como podían, no había una formación reglada y los llamados Mesto (Médico especialista sin título oficial) empezaban una especie de aprendizaje con un ‘maestro o tutor’ que les enseñaba sus conocimientos bien sea de cirugía, traumatología o internista.

El carácter nacional de la prueba pretende homogeneizar un examen en todo el territorio: La prueba busca «el ordenamiento de la masa que sale de la facultad» y «lo que ha habido en los últimos años es un intento de maximizar esas plazas que se ofertan para tener el mayor número de especialistas en cuatro o cinco años».

«Formar a un médico especialista no es como hacer tornillos», señala el representante de los médicos jóvenes de la OMC, que apuesta por una formación con garantías. También llama la atención sobre los denominados «desiertos médicos» y las plazas que quedan sin cubrir, principalmente en Atención Primaria pero también en Salud Pública y Preventiva,

Y es que los desiertos médicos o zonas de difícil cobertura serán un problema al alza en la próxima década y desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) se denuncia que los médicos residentes son utilizados de manera injustificada para paliar esta situación.