Alarma en el mercado laboral leonés: pierde 10.200 trabajadores en solo un año
El empleo en la provincia rompe con la tendencia nacional: gana parados y resta drásticamente activos
La preocupante tendencia del mercado laboral de León se ha agravado de forma alarmante en el último año. Frente a un fortalecimiento generalizado en el país en el crecimiento del empleo, en la provincia los datos de actividad encienden todas las señales de alerta. Son buenos tiempos para el conjunto, pero el revulsivo no sólo no llega a León, que pierde efectivos productivos a miles. Sólo hay un dato positivo en la última Encuesta de Población Activa (EPA) que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre los datos del cuarto trimestre de 2023: el único sector de actividad que gana activos (trabajadores o personas que buscan empleo) es la industria. Uno de los puntos débiles del ecosistema productivo local, pero en el que se asienta el empleo de mayor calidad y más estable.
Lejos de los datos nacionales que ayer desataron el optimismo, tras registrarse un nuevo récord de personas trabajando (21.246.900, es decir, 783.000 más que hace un año), y bajar la barrera psicológica de los tres millones de parados (el ejercicio cierra con 2.830.600, 193.400 menos que a finales de 2022); la realidad del mercado laboral leonés exige un análisis a fondo que ya supera los límites de la urgencia.
El primer dato preocupante es la evolución de la población activa. La economía leonesa no sólo ha sido incapaz de retomar el pulso anterior a la pandemia, sino que hunde la masa de posibles trabajadores en los datos de la parálisis del año del covid. La recuperación antes de la crisis sanitaria recuperó hasta los 207.400 los trabajadores y los buscadores activos de empleo; hoy se han perdido 14.500 de ellos. Si 2021 recuperó levemente el pulso, hay que preguntarse por qué sólo en el último año la provincia ha perdido 192.900 activos.
Miles de personas, pero un porcentaje que se mantiene a la cola del país: León sigue sólo por delante de Orense en la tasa de actividad de su población, un 49,49%, casi diez puntos menos que la media de un país en general envejecido.
Quizá mucho más llama la atención que sólo en los últimos doce meses la provincia haya perdido 10.200 ocupados, lo que la devuelve prácticamente a niveles de trabajadores en activo de la crisis financiera. Sólo el final de 2020, con la actividad económica paralizada por el covid, dejó una cifra más baja de leoneses con empleo en los últimos años.
La cuestión es por qué la cifra de ocupados se recuperó hasta los 183.200 a finales de 2022 (por encima de antes de la pandemia), y cayó drásticamente a lo largo de los últimos doce meses.
La ecuación del declive de empleo leonés se acentúa con un aumento del número de parados, en 4.500 en el último año. A pesar de que el análisis global señala que en España las amenazas de recesión no se han reflejado en un mercado laboral que constata su fortaleza. La evolución leonesa, de nuevo al revés de la nacional.
Eso sí, la cifra de inactivos sigue su escalada alcista. Son 4.700 más en un año, hasta los 196.900 a finales de 2023. Hay que recordar que la población provincial mayor de 16 años se sitúa en ese momento en 389.900 personas. Más de la mitad de ellos, inactivos.
En este segmento aumentan de forma muy destacada los pensionistas, 7.600 más en un año (118.300 en total, luego hay que añadir los más de 10.000 incapacitados permanentes y otras categorías); y abandonan preocupantemente los estudiantes, 5.100 menos en un año.