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Diario de León, 118 años comprometido con la historia y con León

Testigo del devenir de la provincia durante más de un siglo, sus páginas y ahora la edición digital son el reflejo de una sociedad, la leonesa, en los grandes acontecimientos de dos siglos, el XX y el XXI, y también en las pequeñas grandes historias locales y provinciales. Siempre al lado de los leoneses, con el mismo reto del primer día: León

Diario de León ha permanecido siempre fiel a los acontecimientos más importantes de la provincia. En la foto, un minero, con un ejemplar del periódico, en la Marcha Negra

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León

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Diario de León cumplirá este sábado 118 años. Aunque sea conocida, su historia merece volver a ser contada coincidiendo con el número 52.149, que sale a la calle el mismo día que Diario de León renueva el diseño de su edición digital para reforzar el compromiso con los lectores. Todo gracias a una palabra que no se ha dejado de repetir ni un sólo día: LEÓN. León con mayúsculas y también con el convencimiento de llegar hasta el último rincón de una provincia tan rica y diversa.

El ejemplar de ese 3 de febrero de 1906 salió a media tarde y abría con anuncios de Gracia, de la  juguetería de Faustino Ovejero, de joyeros y ferreteros. La reunión en el Gobierno Civil para la Exposición Artística de San Marcos, cuyas cuentas arrojaban un superávit de 543 pesetas, «que serán retribuidas en beneficio de los pobres», era una de las noticias más destacadas, y Riaño objeto de un amplio comentario por las concurridas ferias de San Leonardo. 

Una detención en Pola de Gordón, los prolegómenos de la feria de Mansilla de las Mulas... Y una nueva sección de cuestiones económico-sociales: «Las riquezas, según el catolicismo, son únicamente medios con que el hombre ha de atender a sus necesidades corporales mientras atraviesa el gran desierto de la tierra», aclaraba.

Los problemas y aspiraciones de León y de los leoneses, sus temas más cotidianos, han sido y son grandes señas de identidad de este periódico y su verdadera razón de ser por encima de todas las luces y sombras de un camino de más de un siglo de existencia. 

El primer número de Diario de León

Diario de León nació en un momento convulso de la prensa leonesa, reflejo de una sociedad que tenía en el papel uno de sus grandes campos de batalla. El Porvenir, El Magisterio, El Heraldo de León... son otras cabeceras en 1906. Y aunque  las críticas entre unos y otros eran el pan de cada día, aún tuvieron tiempo para fundar la Asociación de la Prensa ese mismo año.

Prensa de pruebas en Lucas de Tuy

La estatua de Guzmán ya estaba donde está, no sin polémica, y empezaba a trazarse una nueva ciudad con el Ensanche como nexo de unión entre el casco antiguo que coronaba una restaurada Catedral y la estación de ferrocarril,  fuente efervescente de noticias.

En ese contexto histórico, Diario de León surge como voz de una de las instituciones más influyentes de la época, la Iglesia, cuando todavía León era una ciudad muy pequeña que soñaba con ser una verdadera capital de provincias. El entonces obispo, Juan Manuel Sanz y Sarabia, fue quien maduró la idea. «El apostolado moderno no puede ser fecundo sino es cultivado por la prensa buena; necesitamos un periódico, un periódico que no sea un incensario, ni un explosivo; que ruede por toda la diócesis y provincia, llevando a todas partes las ideas salvadoras de nuestra religión, un periódico que no sea ñoño, ni provocador, pero que combata, que pelee, que refute», contó de aquellos entresijos previos José González, quien sería años después director, y que estuvo en aquellas primeras reuniones.

No se conserva el primer número del 3 de febrero de 1906, festividad de San Blas, salido de la imprenta del señor Tejedor de la calle La Paloma, con Eloy Blanco del Valle como director. Eso sí, se sabe que sus primeros redactores peregrinaron un día antes hasta La Virgen del Camino.  

En algún sitio se conservará aquel ejemplar, aunque en la hemeroteca de Diario de León el más antiguo es del día 5. En él, se recuerda una visita de Zorrilla a León, se inicia la publicación del folletín La gaviota, hay noticias que llegan por telegrama y se publican anuncios de médicos, corbatas, camisas, frutas, campanas, café, vinos... Y un suceso, un descarrilamiento en Villamanín, con siete vagones fuera de la vía «por efecto del temporal de nieves», aunque lo más destacado es un artículo, «El periodismo», que empieza así: «El periodismo es hoy una necesidad social». Una reflexión en voz alta que sigue vigente 118 años después. 

La rotativa revolucionó la forma de hacer Diario de León

«Con censura eclesiástica», como rezaba en lo más alto de la cabecera, para que quedara claro de qué palo iba,  Diario de León trató de conectar desde el principio con los sectores conservadores de la ciudad y de la provincia, pero no olvida las noticias más cercanas —la gran clave de sus éxitos y su mejor recompensa—, esas que no tienen trampa ni cartón. Establece una red de corresponsales apoyado en varios sacerdotes.  Los corresponsales serán una de sus señas de identidad a lo largo de 118 años de historia. 

León vive entonces del comercio, como punto de encuentro de una provincia minera, ganadera y campesina. En poco tiempo la redacción cambia al número 5 de la calle del Paso al número 12 de Puerta Obispo, donde hoy está la Asociación de la Caridad. Y como no podía ser de otra forma, viniendo de dónde venía, la Semana Santa protagoniza aquel mismo año un hecho histórico. Fue el motivo del primer suplemento de esta casa y de la primera fotografía publicada, lógicamente en blanco y negro: una imagen de los «papones de Jesús» tomada por Germán Gracia, padre de Pepe Gracia. Hoy sería también una noticia digna de amplia información en un suplemento de la Pasión a la leonesa, que se sigue haciendo.

La primera carta

Se publicó en 1907 por el relojero municipal 

Diario de León salía entonces a primera hora de la tarde con cuatro paginas y la suscripción mensual costaba una peseta. Un anuncio, desde 0,20 en primera página. Por cierto, el mejor reflejo de su éxito desde el principio fue la publicidad. ¡Y que lo siga siendo!

En 1907 se publica la primera viñeta y la primera carta al director, escrita por el relojero municipal para justificar el prolongado mutismo del reloj de la plaza mayor. En 1909, muere Isaac Martín Granizo, que había impuesto como director su propio estilo y un código deontológico. Prueba del impacto que supuso su fallecimiento de un paro cardíaco fue la esquela que ocupó toda la primera página. Entre otras novedades, había convertido a su hermano León Martín Granizo, un hombre de gran formación también, en el primer corresponsal del periódico en París o el Vaticano.

Diario de León cuenta con la última tecnología

Diez años después de salir a la calle, Diario de León se afianza un poco más. La redacción tiene ya teléfono, el 110, casi el número al que todo el mundo recurre hoy cuando tiene una urgencia, vuelve a cambiar de sede, a una más amplia, afianza su redacción con nombres como Lamparilla y Antonio Valbuena. No quiere ser sólo el periódico del Obispado.

Hay noticias hoy para reflexionar, como cuando pidió la neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial, aunque el sambenito de ser la voz de la Iglesia en León le acompañará durante muchos años todavía. Bueno, a veces también lo buscaba, como cuando emprendió una cruzada moral contra el señor Sanchís, propietario del cinematógrafo que llevaba su nombre, por la puesta en escena en su local de La Corte del Faraón, todo un escándalo para un periódico católico.

Hay portadas atípicas, como la del 27 de agosto de 1918, para rechazar censuras: «Se alquila por espacio de unos días, y por lo que quieran dar, la primera plana de nuestro periódico. Se advierte al público, para evitar reclamaciones ulteriores, que la mencionada plana padece una censuritis aguda de pronóstico reservado».

Diario de León, 118 años comprometido con los leoneses

En 1919, otra noticia luctuosa protagoniza sus páginas, no con tanto alarde tipográfico: la muerte del obispo Sanz y Sarabia, el gran impusor de la cabecera de Diario de León en 1906. 

En marzo de 1920 cambia de empresa propietaria, sin perder su identidad religiosa. Pasa de «Periódico de noticias» a «Periódico católico regional». Es un cambio «sin renunciar al cuerpo doctrinal que lo había consagrado como brújula moral de la sociedad leonesa. Convertido en portavoz de los sindicatos católicos, la estética del periódico, el vocabulario e incluso su propia ética, perseguían combatir a las huestes del sindicalismo izquierdista y desolador», escribió de esos días Ángel García Colín, autor de una tesis doctoral sobre la historia de este periódico.

Crece León y crece Diario de León. En aquella década recién iniciada de los años 20, el periódico hace campañas en favor de los soldados leoneses destinados en África, cuenta noticias como la apertura de la Base Aérea de La Virgen del Camino y encabeza una campaña en favor de la Cultural y Deportiva Leonesa cuando no lo hacía nadie, con fecha de 29 de abril de 1922. Habría muchas más, pero que quede para la historia quien fue el primero.

«La prensa es la necesidad de nuestro tiempo», dice el papa Pío XI en 1926, una noticia que acapara la primera página de Diario de León. El 260 es el teléfono ahora y los redactores ganan entre 200 y 300 pesetas, abre la Casa de Socorro y el primer establecimiento de «Todo a 0,95» —¿les suena?— que no gusta al comercio local.

Servando Torío de las Eras y José Luis Rodríguez entregan a los Reyes un ejemplar de Diario de León

León se hace mayor. Ya no es aquella ciudad pequeña con la que nació el Diario; empieza a existir un tejido empresarial que también se expresa en sus páginas.

En 1929, en media columna, Diario de León se hace eco de la muerte de Genarín. Una aclaración: si el Diario no lo hubiera contado, hoy nada sería lo mismo para partidarios y detractores.

Los años 30 se inauguran con más páginas y los primeros suplementos dedicados al campo o la minería. Por primera vez, un redactor de esta casa hace un reportaje con mineros a pie de tajo. Es en Santa Lucía de Gordón y cuenta el esfuerzo en pleno conflicto: «No es lo mismo —escribe en la primera página del 24 de mayo de 1930—  imaginarse la vida de un minero desde lejos, que llegar a vivirla en la mina». Lo mejor es uno de los subtítulos de esa portada: «La Benemérita nos observa».

La proclamación de la II República tensiona la redacción. Diario de León se mantiene firme en defensa de sus ideales católicos. Se habla de ataques. El 14 de abril de 1931, un editorial  soliviantó a los republicanos y llenó de cartas de adeptos el apartado de correos 27 y de llamadas el teléfono 260. Eran tiempos revueltos, que seguían teniendo en la prensa su batalla ideológica.

También hubo días de huelga. El 10 de enero de 1931 no salió a la calle el periódico por desavenencias entre la masa obrera y la imprenta donde se tiraba. Y el 13 de abril, da cuenta de la elección como alcalde de Miguel Castaño, que había comenzado sus pasos como tipógrafo en La Democracia, uno de los grandes competidores de Diario de León en aquella convulsa década, aunque no publicó, porque entonces no era habitual como ahora, la imagen de Miguel Castaño desde el balcón del Ayuntamiento de León que el fotógrafo inmortalizó para la historia de esta ciudad como anticipo de los días más negros que llegarían poco tiempo después.

Tras la promulgación de la Constitución, el 9 de diciembre de 1931, fueron las primeras elecciones en las que las mujeres pudieron votar, en 1933. Según el Diario de León, ese día fueron las primeras en hacer cola ante las urnas, y «se mostraron tan valientes» que algunas introducían la papeleta sin doblar.

También hay pequeñas noticias de grandes leoneses. Como el 16 de junio de 1931. En un breve se da cuenta de la exposición de José Vela Zanetti y Modesto Cadenas en la Diputación. El pintor vuelve a las páginas del periódico en 1934 por un juicio sumarísimo contra él por «los últimos sucesos revolucionarios». Fue absuelto de los delitos de coacción e insultos a la fuerza pública.

La Revolución de Asturias también ocupa las páginas del Diario. Para entonces, la redacción ya tiene otro teléfono, el 1823.

Un año después se produce un cambio importante: Diario de León se convierte en S.A., sociedad anónima. La  empresa se establece con un capital de 200.000 pesetas y emite un paquete de acciones a distintos precios: 500, 100, 50 pesetas. El 29 de septiembre, el primer Consejo de Administración de El Diario de León S.A. se conforma con Lázaro Crespo como presidente; Pedro Martín, vicepresidente, Cayetano González, secretario, y Filemón de la Cuesta como gerente. Se publican las primeras páginas dedicadas a la mujer leonesa, algo muy novedoso. El Diario sigue saliendo por la tarde.

Pese al momento político, su línea editorial no se decanta abiertamente contra la República, aunque en febrero de 1936 advierte: «O España hunde a la revolución, o la revolución hunde a España».

La Guerra Civil no es el mejor exponente de la historia de Diario de León, aunque sus páginas sirven para estudiar el ambiente fratricida de aquellos largos tres años. La ciudad de León se sumó al bando nacional desde el primer día. Los combates se libraron en los pueblos de la montaña, con gran crueldad en septiembre de 1937. «Continúan nuestros victoriosos avances en dirección al interior de Asturias», «En la pirámide de la España nueva, la conciencia nacional es la base, Franco en la cúspide»... Todo cabe en favor de la causa en la primera página. Diario de León manda al frente a algunas de sus mejores firmas. «El herido es el eco doloroso de la guerra», escribe Mariano Domínguez Berrueta. González de Lama también firma crónicas tremendas. El papel puede con todo.

La prensa de izquierdas queda arrasada en León, y hasta se hace una pira con la hemeroteca de La Democracia en los primeros compases del conflicto. Al Diario le sale entonces un duro competidor, Proa, fundado por Falange en 1936. Ambos son la misma cara de una misma moneda, pero no son lo mismo. 

En esos tres años no funcionan los teletipos y el teléfono se convierte en el único medio de comunicación con el exterior. Por cierto, al final de la guerra los militares devolvieron los equipos intactos, lo que no ocurrió en otras provincias.

Si acaso, de lo poco salvable, la definición que en letra muy pequeña viene en la mancheta de la primera página: «Por León y para León», que se añade al ya conocido «Periódico católico regional».

Entre tanto ruido bélico quedan relegadas noticias, como la muerte de Julio del Campo, en enero de 1937. «El tesorero de los milagros económicos en la Asociación de la Caridad para que los pobres no se quedaran sin comer», se escribió días después. Y como todos los periódicos, Diario de León también acaba la guerra con el parte oficial que puso fin al desastre.

Los años 40 se inauguran buscando la normalidad. En 1940 se crea la Banda Municipal de León con Odón Alonso como director, la extracción de carbón bate récords... No faltan las portadas para más gloria de los vencedores y las pequeñas noticias se entremezclan con los grandes titulares. Desde el estraperlo a la cartelera en los cines. Las muertes de Manolete o de Juan Crisóstomo Torbado, el arquitecto de la restauración de la Catedral, también reservan su espacio. León inaugura en 1948 su plaza de toros, como símbolo de la pujanza económica de la ciudad, destino también de muchos leoneses del campo en busca de pan y trabajo.

Diario de León se hace emigrante y también se mandan ejemplares a Madrid, Barcelona o Bilbao.

Gilda llega a la primera página  para decir que «la película está prohibida».  El periódico sigue en manos del Obispado, aunque el Consejo de Administración se modifica varias veces.

De todas formas, no corren  buenos tiempos desde el punto de vista económico, hasta que la situación se hace prácticamente insostenible.

En 1956 entra como socio en el accionariado la empresa Sarpe que, por primera vez, deja al Obispado en minoría, aunque siga teniendo peso en la toma de decisiones.

Sarpe es una empresa fuertemente influenciada por el Opus Dei. Como novedad, ese año asume la dirección un laico, José Luis Pérez Herrero. Cuatro años después, volvería a al frente del periódico González de Lama.

Son años de inauguraciones, como la del Teatro Emperador. Se cuenta también en sus páginas la muerte de Girón, histórico maquis. Se habla de los ovnis. Ponferrada tiene su comentario en cada ejemplar. Diario de León abre delegación en la capital berciana. La Cultural es de primera. 

Los 60 son los años de los primeros anuncios de pisos. El desarrollismo arrastra también a León. La llegada de Alfredo Marcos Oteruelo a la dirección, en 1964, abre la puerta a periodistas titulados sin vinculaciones con la Iglesia. Se empieza a mejorar la estética. No sólo hay que contar las noticias; también se cuida cómo se cuentan. «Débil de hechura, fue la fuerza más fuerte en que pude basamentarme para empezar a creer en mí mismo», dijo de Marcos Oteruelo un joven Francisco Umbral, una de las grandes firmas que han pasado por esta casa.

Llegan también pequeños grandes escándalos como el que protagonizó García Zurdo con el primer cartel oficial de la Semana Santa en 1962. Aunque si algo define ese cambio social que alienta el Diario es la portada del suplemento de Semana Santa que ilustra Llamas Gil a principios de los años 60 también con varios hombres fusilando a un supuesto Jesucristo. El escándalo es monumental, pero la página sale gracias a la determinación de González de Lama. El mismo que escribió aquellas páginas del avance del frente nacional que poco o nada resisten el paso del tiempo, es hoy el paradigma de un nuevo tiempo que el Diario refleja en sus páginas. 

Franco visita las cuencas mineras, inaugura pantanos, pesca en los ríos de León...

Se mejora la distribución en la provincia, se amplía capital, se incrementan los corresponsales, pero en el Diario sigue pesando la losa de ser un periódico de caridad y apostolado. También es cierto que la presencia de la Iglesia como tal es muy fuerte en el día a día de una ciudad de provincias, con el obispo Luis Almarcha como eje de esa transformación ideológica del nacionalcatolicismo, que tiene en el barrio del Ejido su gran espejo social en la capital. El cardenal Landázuri recorriendo las calles de León en un coche descapotable por el congreso eucarístico resume muchas cosas.

En 1971, tres años después de entrar como vocal, es nombrado presidente del Consejo de Administración Ángel Panero, conocido empresario de la construcción y hombre afable y dialogante. Se producen cambios de accionariado y Sarpe deja sus acciones a otras sociedades vinculadas al Opus Dei, como Cinisa, aunque la mayoría pasó años después a representantes de la Federación Leonesa de Empresarios. 

Diario de León se hace con una moderna rotativa. De hecho, fue el segundo periódico de España en utilizar la técnica del offset. El 1 de mayo de 1973, el periodico empieza a salir por las mañanas con el cambio de sistema de impresión.

El final del franquismo, y la apertura, tímida, se nota en el rotativo leonés. Oteruelo da el testigo ese año a Javier Olave, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. La cabecera se cambia por el anagrama DL. El periódico se queda con dos colores, rojo y negro. La muerte de Franco lleva ya la nueva cabecera, y la Coronación del Rey Juan Carlos, también.

Con fama de renovador,  Olave trae en su currículum varios expedientes de la dictadura franquista siendo redactor jefe de La Voz de Asturias. Hay artículos en favor de la democracia, frente a la cabecera del Proa, después La Hora Leonesa, que funcionaba por consignas llegadas desde Madrid.

Una nueva generación marca un nuevo camino, también de apertura social, en la sede de la calle Pablo Flórez.

Pero la mala economía pesa, como siempre, en sus débiles arcas. Olave se va a Madrid y llega a la dirección Íñigo Domínguez, que entonces era redactor jefe. Diario de León ya era una escuela de periodistas. 

Lo que son las cosas. Desde el Proa se defienden leyes como el divorcio, porque ahora la consigna es otra en Madrid.  Otra prueba de que el franquismo se murió con Franco.

El Diario de León ya tiene más de 70 años. Las pérdidas eran cuantiosas y la plantilIa  tenía serias dificultades para cobrar su salario el día uno de cada  mes.

De todas las portadas, Íñigo Domínguez se queda con una: «El pueblo dijo sí», del 7 de diciembre de 1978, cuando se aprobó la Constitución española.

Hace falta dinero y en 1982 se produce la entrada en el Consejo de Administración de nuevos empresarios. En 1983 es nombrado director general de la empresa José Luis Rodríguez, hasta  entonces secretario de la Asociación de Minas. Los empresarios mineros compiten en peso y poder con el gremio inmobiliario, aunque las alianzas son más por intereses comunes que por sectores.

En enero de 1984 asume la dirección  en funciones el periodista Fernando Aller. Diario de León compra ese año La Hora Leonesa en 134 millones de las antiguas pesetas.  ‘Hereda’ el tamaño de periódico, desaparece el color rojo de la cabecera, se vuelve a la letra gótica, se ponen en marcha iniciativas como un  juego de bingo con premios de hasta medio millón de pesetas...  Las cosas empiezan a cambiar.  El Diario se afianza en el liderazgo provincial, aunque le sale un duro competidor en La Crónica, impulsada por quienes se habían quedado en minoría en el Consejo de Administración.

Francisco  Martínez Carrión, que toma el testigo de Fernando Aller, consolida el periódico con nuevas secciones y, sobre todo, con más información de León sin perder la perspectiva  de lo autonómico, lo nacional y lo internacional. Son años de mucho leonesismo en la calle, de tribunas en favor de León solo, del inicio de una nueva institución como la Junta de Castilla y León, que pronto tiene su propia sección con Vicente Pueyo de responsable.

El color se empieza a  incorporar a suplementos como deportes. Morano acaba su huelga de hambre, el Diario de León se hace eco de un supuesto grupo armado leonés,  Villarig sale entre empujones alcalde de León, se cierra Riaño... La redacción de Lucas de Tuy sería irrepetible, con Chencho desde su Balcón del Pueblo para tomar el pulso a una ciudad y una provincia que quieren despertar con el llamado Pacto de León que arropa el periódico.

Personal de la primera rotativa con la que contó Diario de León en 1963

Son años de portadas que hoy recordamos todos y también del principio del fin de la minería que se empezó a contar en las minas de Fabero y continuó con el anuncio  del cierre de Hulleras de Sabero.

En diciembre de 1989 el empresario leonés Antonio Váquez compra las acciones a Servando Torío y pone como consejero del Consejo de Administración que preside a su hijo Antonio Váquez Cardeñosa, que tiene claro que el futuro de Diario  de León pasa por su modernización a todos los niveles.

El cambio más significativo es la construcción de una nueva sede a la salida de León, en el polígono de Trobajo del Camino. Diario de León  lo celebra por todo lo alto con el sonido de una nueva rotativa.

Empieza una etapa de expansión. Las nuevas instalaciones ocupan una superficie de 2.382 metros cuadrados en una moderna nave. Como otros muchos periódicos, abandona el centro de la ciudad.

Llegan los premios para varios periodistas de  Diario de León. «Hazte oír» es una de las históricas portadas de aquellos años apoyando una huelga general que los sindicatos ensayan en la provincia, como única vía para denunciar el abandono de sectores básicos de la economía leonesa. Diario de León está allí para contarlo.

Las noticias sobre el patrimonio de la ciudad se incorporan con grandes titulares en primera página. León se interesa por su pasado en un presente sin un rumbo fijo. Zapatero era entonces Zapatero en los titulares; todavía faltaba mucho para que se convirtiera en ZP.

Son años de nuevos suplementos. Diario de León no tiene sólo una mentalidad provincial; también quiere influir en una comunidad autónoma que se está conformando. Además de sus páginas, Diario de León pone el listón muy alto con sus grandes colecciones sobre la Catedral  y mil temas de la provincia.

El 16 de abril de 1994 lanza una edición especial para el Bierzo, consciente de la importancia y significación que tiene para los bercianos la idiosincrasia de su  comarca.

La década de los 90 tiene otra fecha muy especial, el asesinato del comandante Cortizo, en las navidades de 1995, en la capital. Si todas las muertes de  paisanos asesinados por la banda terrorista habían sobrecogido a la sociedad  leonesa, ésta impacta como ninguna otra y obliga a los periodistas del Diario a un esfuerzo  para contar hasta el último detalle.

Todavía entonces localizar a un centenario era noticia de primer página. Las Médulas se convierten en Patrimonio de la Humanidad. 

1997 es el año de entrada de La Voz de Galicia como socio mayoritario en Diario de León. Santiago Rey Fernández-Latorre extiende sus dominios y trae a León también la filosofía de La Voz. Se abren delegaciones en las cabeceras de comarca, nuevos suplementos, sin que Diario de León pierda un ápice de su identidad leonesa.  Aunque no sea la Cultural, el deporte adquiere en León gran protagonismo con el baloncesto y el balonmano. La Semana Santa es declarada de Interés Turístico Internacional.  León al Sol da un aire nuevo al verano de los pueblos de León con mil y una historias desenfadadas. Pedro García Trapiello da a diario su Cornada de lobo.

Los Piva dejan el periódico y Santiago Rey asume la Presidencia del Consejo en 2003. 

El libro de estilo del Diario de León es el mejor ejemplo de  aquella apuesta colectiva por el mejor periodismo. Muchas páginas también merecen ser conservadas.

Martínez Carrión cede el testigo de nuevo a Fernando Aller, que sigue afianzando los proyectos editoriales de esta casa.

En 2007, el empresario José Luis Ulibarri se hace con la mayoría de las acciones. Diario de León entra en uno de los grupos mediáticos más importantes de Castilla y León.

El periodista berciano Pablo Lago asume la dirección del Diario e introduce nuevos suplementos, hoy presentes en la paginación semanal, dedicados al turismo y la gastronomía y la innovación tecnológica.

Sección de montaje

Joaquín S. Torné le sustituye en el cargo tras su marcha a Valladolid en mayo de 2013.  Un año después,  vive como director el asesinato de Isabel Carrasco, quizá la noticia  más impactante en estos 118 años de historia colectiva. 

La pandemia del coronavirus, el impacto en la economía y el confinamiento han imprimido un nuevo carácter a la sociedad que apuesta también por las nuevas tecnologías como demuestra el formato en el que está siendo leída esta noticia.

En mayo de 2023, Diario de León cambió de sede para impulsar su objetivo de servicio a León. La redacción y la administración del periódico decano de la prensa leonesa se han acercado más físicamente al centro de la ciudad y abandonan las instalaciones ubicadas en el polígono industrial de Trobajo del Camino, que durante 32 años han sido la sede social del rotativo. Diario de León inicia una nueva etapa. 

Periodistas, personal administrativo y directivos trabajan desde el 5 de mayo en las oficinas N, O y P de la planta cuarta del Edificio Europa, en la avenida Reyes Leoneses, un espacio de 327 m2, con renovadas instalaciones, más actuales y una distribución pensada para la nueva estrategia informativa de un periódico que se adapta a los nuevos tiempos con el desarrollo digital y cuida con esmero el legado centenario de sus páginas de papel. En Diario de León se reflejan todas las realidades y necesidades informativas que buscan los leoneses, sea cual sea el medio físico que elijan para informarse: digital o papel.

En el centro de la ciudad, en la avenida Gran Vía de San Marcos, esquina con calle Fajeros, siguen la oficina comercial y el Club de Prensa del Diario de León, donde se mantiene la recogida de anuncios de todo tipo y se seguirá atendiendo a los clientes, suscriptores, lectores y colaboradores del periódico.

También sigue sin cambios la Delegación en El Bierzo, con todos los profesionales del Diario de León, desde periodistas, fotógrafos y oficina comercial, en la segunda planta del Edificio Minero, en la avenida de Valdés s/n.

Diario de León busca con este nuevo cambio físico de oficinas acercarse aún más a León e impulsar un proyecto que se ha consolidado como el más elegido por los leoneses en toda la provincia para recibir información veraz y contrastada.