Más de mil docentes están pendientes de saber cuál será su destino el próximo curso
El concurso de traslados, en el que este año participa más del 26% de la plantilla, concluirá en mayo con la adjudicación
El concurso de traslados de maestros y profesores para el próximo curso está en marcha. Un proceso en el que participan «los que quieren» mejorar su destino y conseguir un puesto de trabajo más cerca de su residencia habitual o en una de las grandes localidades de la provincia y «muchos obligados» porque no tienen aún un destino definitivo, como explica el portavoz de la Junta de Personal Docente en León, Javier Ampudia. Este año, el concurso de traslados es de carácter autonómico —se alterna con el de carácter nacional— y sólo en la provincia de León están afectados más de 1.200 docentes.
En la categoría de enseñanzas medias son cerca de 675 los profesores que aún no saben cuál será el instituto en el que darán clase el próximo curso, mientras que los maestros son 530. Actualmente, en la provincia de León la plantilla de Educación está integrada por 4.500 docentes: 2.000 maestros y 2.500 profesores de enseñanzas medias, las cifras redondas que barajan los sindicatos. Así, el 26% de los profesores de la provincia de León no tiene su destino consolidado, es decir, no tiene un puesto de trabajo definitivo y debe concurrir a este proceso hasta que la logre.
El proceso para la adjudicación de destino no se cerrará hasta mayo, cuando se hará pública la relación definitiva de adjudicaciones para cada uno de los docentes que se ha sumergido en el concurso de traslados. Un proceso que cuenta con varias fases y baremación de puntos, que son la clave para conseguir la plaza ansiada, ya que existen centros con más demanda que finalmente logran los que tienen una puntuación más alta ya que hay más aspirantes que vacantes.
Errores
Desde la Junta de Personal Docente, Ampudia incide en que como en otros años, «ha habido numerosos errores» en la puntuación de los requisitos de los docentes que, además, «deben presentar sistemáticamente el título pese a haberlo hecho antes» y que está digitalizado. Además, el representante de los docentes incide en que las comisiones de baremación «trabajan en condiciones infrahumanas: está mal pagado y mal incentivado y aquí radican principalmente los errores», apunta, para añadir que el año pasado de los 400 baremados, 311 tuvieron que participar en el proceso de subsanación.
Forzado o voluntario
El concurso de traslado es para los docentes que ya son funcionarios, pero que sin embargo no cuentan con un destino definitivo. Las plazas a las concurren son las que han dejado libres los que se jubilan y, además, lo que se conoce como las resultas, es decir, las que dejan vacantes los propios participantes en el concurso cuando logran la plaza que desean. Así, señalan que los participantes se sumergen en este proceso un poco «a ciegas» porque no saben realmente cuántas plazas están disponibles para optar a ellas.
Están obligados a participar en el concurso de traslados los docentes en su primer año como funcionarios pero también está abierto a aquellos que no tienen una plaza fija o los que sí la tienen pero quieren mejorar su destino y podrán concurrir tantas veces como consideren para conseguir su objetivo. La adjudicación se hace en función de los puntos que tiene cada uno —antigüedad, formación, cátedra, idiomas...— y los docentes concursan a todos los centros que les interesan. Fuera de este proceso quedan los interinos.