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El juicio por el crimen del universitario queda hoy listo para el veredicto final

Los padres y el abogado del acusado piden disculpas a la familia del fallecido

La sala de vistas secundaria de la Audiencia acoge el juicio.RAMIRO

León

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Quedó claro que el procesado no parecía estar bajo los efectos de las drogas en el momento del crimen, si bien era consumidor habitual de cannabis. Se hizo patente que sabía lo que hacía, aunque estaba preso de la ira en ese instante porque el fallecido le había roto la nariz de un puñetazo. Pero sobre todo, la cuarta sesión del juicio por el crimen del universitario dejó patente que la condición humana es en esencia buena en circunstancias normales, y después de tantos días de tensiones, los padres de la víctima recibieron una doble disculpa: la del abogado defensor, Enrique Arce Mainzhaussen por sus formas a veces vehementes («¡deje de hostigar a las peritos!», le advirtió ayer el magistrado presidente) y de la madre del acusado: «tiene que ser horrible vivir con eso», manifestó en sala.

Las forenses del Instituto de Medicina Legal de León explicaron los detalles de la autopsia. La puñalada tenía dejó una herida de 3,5 centímetros a la altura del costado «muy típica de las armas blancas con punta y solo un filo», según las doctoras.

El sospechoso siguió de soslayo y muy afectado las explicaciones técnicas de las doctoras. La cuchillada rompió una de las costillas, provocó una hemorragia interna masiva, generó un neumotórax. Era de gran profundidad, seccionó el pulmón y dejó 3,5 litros de sangre en los pulmones que se debieron a la sección de la arteria pulmonar. «Es normal que apenas hubiera sangre externa porque es un conducto interno. El herido era joven y tenía una gran respuesta vital, pero era una herida mortal», justificaron las doctoras.

De los informes de las forenses se deduce que el sospechoso era consiente de sus actos, que no estaba bajo los efectos de las drogas y que era ajeno a cualquier síndrome de abstinencia. Son circunstancias que no parecen modificar su imputabilidad. «No existe alteración mental para diferenciar dicotomías, sabe lo que está bien y lo que está mal», dicen las forenses. No obstante, sí hay signos de que era consumidor de cannabis aunque no se puede precisar si en el momento de los hechos estaba bajo los efectos de estas sustancias.

«He pedido perdón a la familia del fallecido. Tiene que ser desgarrador lo que están viviendo», dijo la madre en medio de las lágrimas no contenidas del procesado, que evitó el contacto directo con su progenitora, que no las emociones. Le embargaron finalmente.

Hoy tres peritos tratarán de hacer ver que con otra respuesta médica se hubiera podido salvar la vida del fallecido. Las forenses ya manifestaron ayer que la navajada era mortal de necesidad sin remisión.

Los informes finales y posiblemente el último turno de palabra para el sospechoso dejan hoy la vista lista para que el lunes se retire a deliberar el jurado y emita veredicto. Hay 22 años de prisión en juego.

Condiciones

Ni el procesado estaba bajo los efectos de las drogas ni tenía sus facultades perturbadas