El turismo rural estalla contra una «sordera» institucional que condena sus expectativas
Las empresas denuncian que no se convoca la Mesa de Turismo y que las webs oficiales tienen «un seguimiento ridículo»
Editorial: "Un turismo rural lastrado en la provincia"
Está llamado a consolidarse como motor económico y anclaje de población de muchas comarcas de una provincia despoblada pero privilegiada en paisajes, entorno y actividades; ha sido refugio y oxígeno de las escapadas viajeras cuando la pandemia cerró todas las demás puertas de salida y ocio; ocupa un lugar privilegiado en puentes y fines de semana en una agenda familiar que prioriza cada vez más en sus gastos el tiempo de ocio de calidad. El turismo rural consolidó en 2023 a nivel nacional su posición como nicho creciente de negocio, que seguirá este año, aunque de forma «sostenida»; con más viajeros, más escapadas y también más gasto en destino.
Sin embargo los empresarios del sector en León, una de las provincias con más tirón en este nicho vacacional y de ocio, lamentan el estancamiento de una actividad que, en su caso, no llegó el año pasado a los niveles prepandémicos. Tienen claro cuál es el problema, y llevan años denunciándolo: la inacción y la ineficacia de las actuaciones que la Diputación de León y la Junta llevan a cabo. La falta de comunicación con quienes desarrollan la actividad y la sordera ante sus propuestas. Oficialmente León cuenta con organismos, webs, promociones y ferias, pero quienes gestionan las casas rurales provinciales advierten de que ninguna de las iniciativas que se llevan a cabo maquinalmente año tras año es efectiva. «Se acabaron los monólogos, no tienen que contarnos una vez más lo que están haciendo. Hay que escuchar al sector».
Turismo nacional
Lo cierto es que 2023 cerró con 104.120 viajeros que se instalaron en los establecimientos de turismo rural en León. Prácticamente en el nivel del ejercicio anterior, pero con 20.000 visitantes menos que antes de la pandemia. Es el turista nacional el que sostiene el negocio, creció sobre el año pasado aunque no llegó a los niveles del año inmediatamente posterior al covid, ni a los ejercicios anteriores a la crisis. Sí llama la atención la pérdida de clientes internacionales, en 2023 prácticamente un tercio de los que llegaron antes de la pandemia.
La evolución del negocio turístico rural tiene también una cara positiva: el tiempo que los viajeros nacionales pasan en estos establecimientos ha crecido con fuerza. También, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se han abierto más establecimientos y se han multiplicado las plazas disponibles y el empleo.
Jesús del Río, empresario leonés del sector y secretario de la Asociación Nacional de Turismo Rural (Asetur), hace hincapié en la preocupación de los gestores de las casas rurales, sobre todo después de un otoño que «ha sido muy flojo». Tampoco respondieron a las expectativas los niveles de ocupación de un año con varios puentes largos, que suelen ser el fuerte de ocupación del negocio. «Ni el verano fue tan maravilloso como se preveía. El sector no está contento, se ha notado un bajón».
También tiene claras las causas. «El que no siembra no recoge. ¿Qué se ha hecho realmente para promocionar el turismo rural en León? Nada nuevo, y lo que hay no funciona. Estas son las consecuencias».
Del Río incide en que «tirar la casa por la ventana en Fitur, y limitar las promociones a los días antes de la Semana Santa en León, o impulsar Las Médulas, lo único que hace es saturar unas fechas y destinos que ya de por sí están llenos». Los empresarios de turismo rural denuncian también que «el fracaso de las páginas web que promocionan este negocio en la Diputación y la Junta. No funcionan, publicitan el turismo de nieve en agosto, no tienen seguidores,... Como las redes sociales». Todo ello frente a unas herramientas de este tipo «que en las autonomías vecinas se multiplican, y tienen miles de seguidores».
Una inacción e ineficiencia que, denuncian una vez más, «se perpetúa mientras sigue sin convocarse la Mesa del Turismo en la Diputación. Ha cambiado el equipo de gobierno y el diputado responsable, pero ni el anterior convocó a nadie ni el actual parece que ha tenido tiempo de ponerse al día en este tema».
En cualquier caso, el secretario de Asetur advierte de que los encuentros con las instituciones tienen que cambiar de argumento. «Cuando nos han llamado vamos allí y nos cuentan qué están haciendo. Es un error. Lo que tienen que hacer es escuchar lo que necesita el sector. Si no, vamos a mantenernos en el mismo punto: ‘estamos trabajando en ello’. Y no hay avances. Sólo buenas intenciones. Normal que ahora nos encontremos en esta situación. La misma que hace diez años».
Malas perspectivas
El desánimo se vuelca en las perspectivas para el actual ejercicio. «Son malas. En 2024 no hay puentes como los del año pasado, que son una gran oportunidad para nuestro negocio; con los fines de semana, Semana Santa, Navidad y el verano. Creemos que el negocio va a aflojar bastante». Jesús del Río concede que «el verano no tiene por qué ir mal, y la Semana Santa se llenará, pero son 3 ó 4 días. El resto, ocupación cero». Por eso insiste en que el esfuerzo institucional tiene que centrarse en una promoción que consiga desestacionalizar la afluencia de visitantes. «No hay que publicitar nuestros grandes atractivos, sino buscar otros reclamos para aquellos destinos que no son tan conocidos y otras fechas».
Una advertencia más: «Hay que centrar el foco de las promociones en los que son nuestros grandes destinos emisores. No es efectivo hacer una promoción internacional o nacional en un origen que nos va a conseguir cien clientes. Lo es volcarse en aquellas comunidades y provincias en las que más viajeros tenemos. Porque esos son los que, de verdad, van a venir».