Diez prorroga el contrato del bus urbano que criticaba como «el peor de España»

Era «el peor contrato de España, porque todo el riesgo corre a cargo del Ayuntamiento de León», como criticó el entonces jefe del PSOE en la oposición. Pero, cinco años después, José Antonio Diez, ahora alcalde, prorrogará de nuevo el compromiso con Alesa a razón de 435.000 euros de media de déficit al mes. La filial del grupo Alsa mantendrá el servicio del transporte urbano de manera indefinida hasta que el gobierno municipal socialista decida sacar una nueva licitación. La actual vencía en diciembre de 2021, aunque las restricciones de los tres meses de la pandemia hicieron que la mercantil solicitara como compensación por las restricciones otros dos años y tres meses. La administración municipal lo aceptó, con la abstención del PP y Cs y el voto en contra de UPL. La moratoria vence el 1 de marzo, pero seguirán, después de que el gobierno socialista haya dejado correr el tiempo sin sacar una nueva licitación que frene la sangría económica que se arrastra desde diciembre de 2006.

El contrato liga al Ayuntamiento de León con Alsa a partir de una factura anual de 7,5 millones de euros con independencia de los viajeros que se suban. Sobre esta cuenta, el consistorio tiene que cubrir la diferencia que queda al restar los ingresos por el billetaje. Aunque la caja reporta apenas 1,8 millones de euros. Ese déficit de explotación deja 5,7 millones de euros por cubrir: 520.000 euros se afrontan con la subvención estatal, pero los otros cerca de 5,2 millones se tienen que enjugar con recursos propios.

No hay fecha para la finalización de este contrato cuya modificación Diez consideraba «urgente» en 2019. Pese a que conoce el vencimiento desde hace tiempo, como sucede también con la concesión del aparcamiento subterráneo de San Marcelo que ya debería estar en manos municipales al acabar los 50 años de concesión, no se ha tomado una decisión. El Ayuntamiento sigue a la espera de concretar el acuerdo con la Junta para la gestión del transporte metropolitano que ahora duplica líneas entre los autobuses rojos, municipales, y los azules, de titularidad autonómica, ambos adjudicados a filiales de Alsa.

La reordenación, perseguida desde que comenzó el anterior contrato en diciembre de 2006, se acerca ahora por medio del convenio que ambas partes venden como muy cercano. El acuerdo parte de que los autobuses azules de la Junta, que unen la capital con las poblaciones del área metropolitana, podrán coger y posar viajeros dentro del término municipal. Ya lo hacen en la actualidad, aunque de manera irregular porque deberían limitarse a cargar fuera y dejar en León o coger en la ciudad y bajarlos en los otros ayuntamientos, pero a partir de la firma habrá una compensación por parte de la administración autonómica a final de año, cuando se cierre la contabilidad de cuántos han sido de manera efectiva los billetes.

La contraprestación tendrá también vuelta. El Ayuntamiento de León estudia la posibilidad de que sus autobuses salgan a localidades cercanas de otros ayuntamientos. En la lista sobre la que se trabaja están Trobajo del Camino, Villaquilambre, Villarrodrigo y, sobre todo, La Virgen por medio de la ampliación de la línea que llega a Oteruelo. Esta última permitiría asistir al aeropuerto, un servicio que se dejó hace años, después de que Alsa, propietaria también de la concesionaria de los buses azules, le pediera a León 235.000 euros por dejar que los rojos entraran en sus itinerarios. Ahora, esta pega quedará matizada en el convenio, que establece que el consistorio tendrá que compensar a la Junta por estos viajeros al cerrar el ejercicio; una contabilidad que se presenta fácil dado que ambos servicios cuentan con la misma aplicación de la empresa Proconsi para la gestión de los usuarios.

El entendimiento no llega todavía a que se haya cerrado si todo irá dentro de un contrato o cada administración, como parece más posible, tendrá una concesión propia, orillado el plan de incluirlo todo dentro de la mancomunidad de interés general que se vendió en 2020. Pero, cuando se llegue a término, sí que posibilitará que el Ayuntamiento de León haga una reordenación del mapa que ahora cuenta con 13 líneas de transporte público, parte de ellas con itinerarios en los que se solapa el paso de los buses azules de titularidad de la Junta.

El nuevo compromiso de privatización —salvo que al final opte por municipalizar, como le reclama UPL— pondrá a prueba además la promesa lanzada por el PSOE en las elecciones de 2019 y que luego no llevó a cabo cuando aceptó la prórroga solicitada por Alsa: la puesta a disposición de un servicio en el que los usuarios pagarían un precio simbólico, apenas 0,10 euros llegó a apuntar el socialista, por montar en los autobuses urbanos. El Ayuntamiento de León no tendría más déficit del actual, porfió el alcalde entonces. Mientras, la cuenta corre a favor de Alsa, a razón de 435.000 euros al mes, en ese contrato que era «el peor de España» pero que Diez mantiene.