El escaparate turístico de León exhibe basura y falta de limpieza

La postal turística de León se empaña. Junto a la fachada gótica de la Catedral, en el entorno del románico de San Isidoro, en la plaza donde se enseñorea la casa Botines y en las callejuelas que serpentean por el casco histórico la imagen se vende a medio velar. No por la falta de luz. Ni por el foco, sino por la exhibición de basura fuera de los contenedores, esparcida por el suelo o abandonada en el alféizar de las ventanas de los establecimientos de hostelería: un foto repetida que hace que los vecinos del casco histórico alerten de la necesidad de que el Ayuntamiento tome medidas para acabar con el abandono que sufre la zona en la que el patrimonio convive con la profusión de «orines, meadas y vomitonas».

La radiografía la expondrán los representantes de la asociación León Típico en la reunión que tienen prevista el miércoles con el concejal delegado del servicio de Limpieza, Jon Ander Fernández. Los afectados insisten en que viven en una zona que «se muere lentamente, en una ciudad que podría ser Patrimonio de la Humanidad», pero que se encuentra «sucia, desconchada, maltratada y explotada turísticamente».

La problemática de las basuras es «terrible», como insisten los portavoces del colectivo, que defienden que tendría «solución» si se impusiera un modelo como el funciona desde hace un año en Burgos, con una «recogida selectiva puerta a puerta»a obligatoria para el comercio y la hostelería, o bien en Oviedo, donde sólo se puede sacar a unas horas y se aplican sanciones», aunque, como admiten, lo primero pasa por la concienciación de los ciudadanos, comerciantes y hosteleros.

Frente a estas ciudades, la asociación incide en que León cuenta con un sistema que no funciona. Pese a que «se creó un servicio de recogida neumática hace tiempo, que usan los vecinos del casco antiguo y genera muy pocos residuos porque son respetuosos», el problema lo genera «el gigante de la hostelería, cuyas toneladas de residuos quedan por cualquier sitio». No todos, apostillan, porque «los hay respetuosos que reciclan todo, que llevan sus residuos a la zona de Caño Badillo, como la mayoría de la plaza de San Martín», pero luego están «los vagos, vagos, los que dejan el cartón junto a las bocas neumáticas, sobre todo en la plaza Mayor y en la zona de don Gutierre»y los que utilizan «el agujero negro del compactador del Mercado del Conde».

Este gran contenedor «traga desde poliespán hasta cartón, cajas de fruta de plástico, cabezas de vaca, bolsas de basura, escaparates de cartón de las tiendas de la zona, palés del supermercado y hasta el vidrio que tiran a las 04.30 horas cuando cierran los pubs». «Ahora, con la gran obra de reforma, lo van a quitar, pero tienen que dar una solución porque no van a ser que se busque la vida cada cual», subrayan los vecinos, quienes insisten en que hay que facilitar un modelo en el que se incentiva el reciclaje selectivo.

No se trata de «poner un policía en cada contenedor», asumen, pero sí de «hacer cumplir la normativa», y apuntan que «no funciona tampoco» la recogida del vidrio puerta a puerta, limitada a los «viernes, sábado y lunes, de 07.00 a 09.00 horas». «Algunos abren, después de haber cerrado a las 04.30 o más, pero otros lo dejan fuera y luego aparece todo tirado por el suelo de la gente que pasa por la calle», señalan los afectados, quien agradecen que «luego tienen que venir los barrenderos, que son las hormiguitas del Ayuntamiento de León y recogerlo». Aunque no dan abasto y la postal del escaparate de León queda empañada.