Una solución con escasas molestias a los pacientes que están ingresados
El planteamiento para ampliar la Unidad de Cuidados Intensivos en el complejo asistencial universitario de León, el único sin unas mejoras que sí se acometieron en los hospitales de las otras provincias durante el verano de 2020 para aportar 61 camas más con 7,5 millones de euros, tendrá en cuenta ‘molestar’ lo menos posible a los pacientes ingresados. De hecho, la reforma pasa por unificar la UCI actual de 16 camas con las 12 anexas de REA, que se traslada al Ala Sur-2, donde el acondicionamiento de la zona de soportales no causa alteraciones a los enfermos ni tampoco lo hará el cambio de las consultas y servicios del primer piso a esa nueva planta +0, porque bajarán cuando la obra esté ejecutada.
Además, esos movimientos permitirán recuperar cuidados intermedios para la atención de enfermos de menor gravedad que los que acuden a la REA de críticos. La falta de camas especializadas obligó a usar durante la pandemia las de otros servicios como Coronarias o Reanimación, lo que generó cancelaciones o demoras en la asistencia quirúrgica.