LAS MUJERES DEL DÍA DE LA MUJER
La voz del 8M en 11 testimonios de 11 leonesas
Ruth Barrientos, enfermera: «Exigimos un cambio estructural que nos valore y reconozca»
—Lo de hablar de médicos con ‘o’ y enfermeras con ‘a’ para referirse a ambos colectivos profesionales hay gente que cree que las denosta, ¿qué les diría?
—Pues que la denominación enfermera está aceptada por el colectivo para referirse a profesionales de ambos sexos y es la que usan instituciones como el Consejo Internacional de Enfermeras. No en balde, el 96% somos mujeres y los varones comprenden y ven como algo normal que se les incluya como enfermeras. Nos dicen que no es ningún desprecio ni una amenaza. Desde la Ley de
Igualdad en nuestros escritos ponemos «enfermeras y enfermeros», pero si es una nota rápida, sólo ponemos enfermeras.
—¿Ve factible lograr una clasificación A1?
—Vemos que la ley nos discrimina y exigimos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que coordine los distintos ministerios para modificarla porque merecemos una nueva clasificación acorde con nuestra formación universitaria, el desarrollo competencial experimentado por nuestra profesión y con la evolución social.
—De hecho, piden acceder a la dirección de un centro de salud o a un hospital como sí pueden los médicos...
—Sí, exigimos un trato equitativo con otras profesiones de igual nivel formativo, que nos permita tener oportunidades de crecimiento profesional, el reconocimiento de nuestras competencias, conocimientos, capacidad de liderazgo y de gestión sanitaria, y por supuesto, una retribución justa. Es claro el desinterés que tanto este gobierno como otros anteriores han mostrado en resolver esta situación, perpetuada por la infravaloración y falta de reconocimiento histórica de los cuidados y, por tanto, de nuestra profesión. Una profesión que sufre la discriminación y el olvido, en parte, debido a su mayoría femenina, en parte, a su inquebrantable compromiso. Por eso este 8-M nos
concentramos en el Hospital de León. Somos la gran fuerza laboral de la sanidad pública y cada día nos vemos obligadas a enfrentamos a la temporalidad, la inestabilidad, la sobrecarga laboral y emocional, pero sobre todo tenemos que convivir con la falta de reconocimiento a nuestro trabajo. Exigimos un cambio estructural que nos valore y reconozca nuestra aportación vital a la sanidad. No aceptamos que nuestro esfuerzo y dedicación sean menospreciados.
—Pues que la denominación enfermera está aceptada por el colectivo para referirse a profesionales de ambos sexos y es la que usan instituciones como el Consejo Internacional de Enfermeras. No en balde, el 96% somos mujeres y los varones comprenden y ven como algo normal que se les incluya como enfermeras. Nos dicen que no es ningún desprecio ni una amenaza. Desde la Ley de
Igualdad en nuestros escritos ponemos «enfermeras y enfermeros», pero si es una nota rápida, sólo ponemos enfermeras.
—¿Ve factible lograr una clasificación A1?
—Vemos que la ley nos discrimina y exigimos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que coordine los distintos ministerios para modificarla porque merecemos una nueva clasificación acorde con nuestra formación universitaria, el desarrollo competencial experimentado por nuestra profesión y con la evolución social.
—De hecho, piden acceder a la dirección de un centro de salud o a un hospital como sí pueden los médicos...
—Sí, exigimos un trato equitativo con otras profesiones de igual nivel formativo, que nos permita tener oportunidades de crecimiento profesional, el reconocimiento de nuestras competencias, conocimientos, capacidad de liderazgo y de gestión sanitaria, y por supuesto, una retribución justa. Es claro el desinterés que tanto este gobierno como otros anteriores han mostrado en resolver esta situación, perpetuada por la infravaloración y falta de reconocimiento histórica de los cuidados y, por tanto, de nuestra profesión. Una profesión que sufre la discriminación y el olvido, en parte, debido a su mayoría femenina, en parte, a su inquebrantable compromiso. Por eso este 8-M nos
concentramos en el Hospital de León. Somos la gran fuerza laboral de la sanidad pública y cada día nos vemos obligadas a enfrentamos a la temporalidad, la inestabilidad, la sobrecarga laboral y emocional, pero sobre todo tenemos que convivir con la falta de reconocimiento a nuestro trabajo. Exigimos un cambio estructural que nos valore y reconozca nuestra aportación vital a la sanidad. No aceptamos que nuestro esfuerzo y dedicación sean menospreciados.
Ruth Sutil, militar: «En el Ejército hay las mismas oportunidades para la mujer»
Con una larga carrera militar a sus espaldas, la brigada Ruth Sutil se dedica a la docencia en la Academia Básica del Aire y del Espacio, a lo que suma acciones de protocolo y comunicación.
—El Ejército parece que aún es cosa de hombres, ¿qué se debe hacer para que las mujeres tengan más presencia en las Fuerzas Armadas?
—No creo que sea una profesión de hombres. El Ejército del Aire y del Espacio lo componemos hombres y mujeres apasionados por nuestra profesión y lealtad de servicio a España y a los españoles. Hoy la presencia de la mujer en la Fuerzas Armadas es una realidad cotidiana, no es una cuestión de género ni de número, más bien es de vocación.
— ¿Cómo se alcanzará la igualdad plena?
—Yo ingresé en las Fuerzas Armadas con 18 años y no he tenido contacto con la vida laboral civil pero sí que puedo hablar de mis casi 30 años de servicio. En ningún momento he notado un trato distinto por ser mujer. Aquí todos venimos a trabajar y no hay ninguna distinción, a todos nos exigen lo mismo y estamos todos
igual de capacitados para la realización de las tareas que desempeñamos.
—¿Hay diferencias en su trabajo entre mujeres y hombres?
—En mis primeros destinos de tropa como auxiliar de vuelo en el Ala 35 y 45 Grupo no había diferencia, todos realizábamos las mismas funciones dentro del avión. Después cuando ingrese en la escala de suboficiales y egresé con el empleo de sargento, estuve destinada 5 años en el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo en Zaragoza, una de las unidades más operativas del Aire y el plan de instrucción que superé para conseguir mi boina fue el mismo que para el resto de mis compañeros al igual que en mis tres cursos de paracaidismo o mis cuatro misiones en Afganistán. Actualmente, desde mi destino en la Academia Básica del Aire y del Espacio como profesora intento formar a mis alumnos en los valores y virtudes militares para que les ayude a desarrollar sus futuras responsabilidades con integridad y vocación de servicio a España.
—¿Qué ventajas tiene ser mujer dentro del Ejército?
—Las mismas que un hombre. Tienes oportunidades de carrera, de promoción, de desarrollo profesional de estabilidad laboral y, la más importante, la suerte que tengo de dedicarme a lo que me gusta que es ser militar.
—El Ejército parece que aún es cosa de hombres, ¿qué se debe hacer para que las mujeres tengan más presencia en las Fuerzas Armadas?
—No creo que sea una profesión de hombres. El Ejército del Aire y del Espacio lo componemos hombres y mujeres apasionados por nuestra profesión y lealtad de servicio a España y a los españoles. Hoy la presencia de la mujer en la Fuerzas Armadas es una realidad cotidiana, no es una cuestión de género ni de número, más bien es de vocación.
— ¿Cómo se alcanzará la igualdad plena?
—Yo ingresé en las Fuerzas Armadas con 18 años y no he tenido contacto con la vida laboral civil pero sí que puedo hablar de mis casi 30 años de servicio. En ningún momento he notado un trato distinto por ser mujer. Aquí todos venimos a trabajar y no hay ninguna distinción, a todos nos exigen lo mismo y estamos todos
igual de capacitados para la realización de las tareas que desempeñamos.
—¿Hay diferencias en su trabajo entre mujeres y hombres?
—En mis primeros destinos de tropa como auxiliar de vuelo en el Ala 35 y 45 Grupo no había diferencia, todos realizábamos las mismas funciones dentro del avión. Después cuando ingrese en la escala de suboficiales y egresé con el empleo de sargento, estuve destinada 5 años en el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo en Zaragoza, una de las unidades más operativas del Aire y el plan de instrucción que superé para conseguir mi boina fue el mismo que para el resto de mis compañeros al igual que en mis tres cursos de paracaidismo o mis cuatro misiones en Afganistán. Actualmente, desde mi destino en la Academia Básica del Aire y del Espacio como profesora intento formar a mis alumnos en los valores y virtudes militares para que les ayude a desarrollar sus futuras responsabilidades con integridad y vocación de servicio a España.
—¿Qué ventajas tiene ser mujer dentro del Ejército?
—Las mismas que un hombre. Tienes oportunidades de carrera, de promoción, de desarrollo profesional de estabilidad laboral y, la más importante, la suerte que tengo de dedicarme a lo que me gusta que es ser militar.
Laura Estrada, policía: «Es falso que una mujer no puede ir en un coche de patrulla»
La jefa de La Unidad de Atención Ciudadana no ve diferencias por cuestión de género en la Policía Nacional: «Todos hacemos el mismo trabajo. En todos los años que llevo ha habido circunstancias diversas, pero yo veo perfectamente operativo que una mujer esté en un Z. Y hay compañeros que hasta tienen menos potencial y fuerza que algunas mujeres. No por ser mujeres tenemos que ser débiles», destaca.
«La empatía que puede tener una mujer que ha sufrido una agresión sexual, no es la misma que se tiene con un hombre aunque sea policía. Un compañero que esté en ese asunto que instruye una investigación por violencia de género no tiene porque ser ni mejor ni peor. Pero es verdad que las mujeres tenemos más sensibilidad y hacer que las víctimas se sientan más cómodas», señala Estrada.
«Cuando estábamos en la academia, éramos todos un equipo, no había diferencias entre hombres y mujeres. Es un trabajo en el que si te metes sabes cuáles son tus obligaciones como policía y esto no es como trabajar en una empresa o en un empleo rutinario. Hay que tener una serie de habilidades psicológicas, una destreza física y si estás en la calle, tienes que estar entrenado para estar en una unidad operativa».
La responsable de la unidad procede del Ejército «y vengo de unidades donde no había habido nunca ninguna mujer. La fuerza hay que entrenarla porque es algo obvio. Las pruebas físicas tienen que ser diferentes ya que hay diferencias biológicas, pero ya tenemos mujeres que se han esforzado y son referentes», señala.
«Siempre he estado activa, aunque tuve etapas de maternidad en las que he tenido que cuidarme físicamente las 24 horas, porque nunca sabes qué se pueden necesitar de ti. Yo estuve en diferentes destinos y tenía que cuidarme igual que mis compañeros, porque estaba expuesta a los mismos peligros. Hay compañeras que están en el Z. Pero no está en los Geo porque no ha superado las pruebas físicas, como le podría pasar a cualquier hombre. Es un requisito que hay que pasar y eso sucede también en los bomberos».
« Cuando estás en una unidad de estas características, tienes que cuidarte por tu compañero y por ti. Este estereotipo que se tiene de que una mujer no puede ir en un coche de patrulla es falso».
La joven ganadera, Tania Santamarta de la pedanía lacianiega del Villar de Santiago, es un ejemplo claro del papel que tiene la mujer dentro del sector primario y es que a pesar de su juventud toda la vida estuvo vinculada a la ganadería, un oficio que adora y que demuestra no sólo con hechos sino también cuando habla de sus animales. En su día a día afirma que no ve diferencias en su trabajo con los hombres ni discriminaciones «mis compañeros siempre me han tratado como una más, me siento igual de valorada que el resto». Si bien, reconoce que a veces cuando se trata de hablar de dinero o realizar tratos ganaderos se ha sentido que «me dejaban un poco fuera» porque «algunos no se atreven a tratar conmigo y otros incluso han preguntado por mi padre», aunque su respuesta siempre es clara y contudente «la ganadera soy yo».
Una joven que reconoce que este trabajo siempre ha sido de mujeres, y que antes las feminas no solo hacian las labores del hogar sino también se dedicaban al campo y al cuidado de los animales, pero ahora «estamos más visibilizadas, se reconoce más el papel de la mujer» un punto que considera muy importante en el que se ha avanzado «antes era el marido o el padre el que estaba detrás de esas vacas», ahora las mujeres podemos decir: «las vacas son mías», algo de lo que Tania se siente muy orgullosa, con una ganadería de un total de 30 cabezas de Asturiana de los Valles. Y respecto a la toma de decisiones dentro de las reinvindicaciones del sector primario, esta mujer afirma que tanto en las reuniones como en la toma de decisiones «las mujeres contamos igual que ellos, no hay discriminación por ninguna parte».
De esta forma, Tania Santamarta tiene muy claro cual es su lugar dentro de su profesión y que se siente con la misma responsabilidad y la misma capacidad que cualquiera de sus compañeros «es cierto que a fuerza, normalmente un hombre me puede ganar para ciertos trabajos» pero es «en lo único que puedo sentir la diferencia» en el resto de los casos, «las mujeres somos iguales de válidas y respetadas».
El trabajo del campo siempre identificado con el sexo masculino pero que cada vez tiene más presencia feminina visible.
«La empatía que puede tener una mujer que ha sufrido una agresión sexual, no es la misma que se tiene con un hombre aunque sea policía. Un compañero que esté en ese asunto que instruye una investigación por violencia de género no tiene porque ser ni mejor ni peor. Pero es verdad que las mujeres tenemos más sensibilidad y hacer que las víctimas se sientan más cómodas», señala Estrada.
«Cuando estábamos en la academia, éramos todos un equipo, no había diferencias entre hombres y mujeres. Es un trabajo en el que si te metes sabes cuáles son tus obligaciones como policía y esto no es como trabajar en una empresa o en un empleo rutinario. Hay que tener una serie de habilidades psicológicas, una destreza física y si estás en la calle, tienes que estar entrenado para estar en una unidad operativa».
La responsable de la unidad procede del Ejército «y vengo de unidades donde no había habido nunca ninguna mujer. La fuerza hay que entrenarla porque es algo obvio. Las pruebas físicas tienen que ser diferentes ya que hay diferencias biológicas, pero ya tenemos mujeres que se han esforzado y son referentes», señala.
«Siempre he estado activa, aunque tuve etapas de maternidad en las que he tenido que cuidarme físicamente las 24 horas, porque nunca sabes qué se pueden necesitar de ti. Yo estuve en diferentes destinos y tenía que cuidarme igual que mis compañeros, porque estaba expuesta a los mismos peligros. Hay compañeras que están en el Z. Pero no está en los Geo porque no ha superado las pruebas físicas, como le podría pasar a cualquier hombre. Es un requisito que hay que pasar y eso sucede también en los bomberos».
« Cuando estás en una unidad de estas características, tienes que cuidarte por tu compañero y por ti. Este estereotipo que se tiene de que una mujer no puede ir en un coche de patrulla es falso».
La joven ganadera, Tania Santamarta de la pedanía lacianiega del Villar de Santiago, es un ejemplo claro del papel que tiene la mujer dentro del sector primario y es que a pesar de su juventud toda la vida estuvo vinculada a la ganadería, un oficio que adora y que demuestra no sólo con hechos sino también cuando habla de sus animales. En su día a día afirma que no ve diferencias en su trabajo con los hombres ni discriminaciones «mis compañeros siempre me han tratado como una más, me siento igual de valorada que el resto». Si bien, reconoce que a veces cuando se trata de hablar de dinero o realizar tratos ganaderos se ha sentido que «me dejaban un poco fuera» porque «algunos no se atreven a tratar conmigo y otros incluso han preguntado por mi padre», aunque su respuesta siempre es clara y contudente «la ganadera soy yo».
Una joven que reconoce que este trabajo siempre ha sido de mujeres, y que antes las feminas no solo hacian las labores del hogar sino también se dedicaban al campo y al cuidado de los animales, pero ahora «estamos más visibilizadas, se reconoce más el papel de la mujer» un punto que considera muy importante en el que se ha avanzado «antes era el marido o el padre el que estaba detrás de esas vacas», ahora las mujeres podemos decir: «las vacas son mías», algo de lo que Tania se siente muy orgullosa, con una ganadería de un total de 30 cabezas de Asturiana de los Valles. Y respecto a la toma de decisiones dentro de las reinvindicaciones del sector primario, esta mujer afirma que tanto en las reuniones como en la toma de decisiones «las mujeres contamos igual que ellos, no hay discriminación por ninguna parte».
De esta forma, Tania Santamarta tiene muy claro cual es su lugar dentro de su profesión y que se siente con la misma responsabilidad y la misma capacidad que cualquiera de sus compañeros «es cierto que a fuerza, normalmente un hombre me puede ganar para ciertos trabajos» pero es «en lo único que puedo sentir la diferencia» en el resto de los casos, «las mujeres somos iguales de válidas y respetadas».
El trabajo del campo siempre identificado con el sexo masculino pero que cada vez tiene más presencia feminina visible.
Tania Santamarta, ganadera: «Me siento igual de valorada y respetada que los hombres»
La joven ganadera, Tania Santamarta de la pedanía lacianiega del Villar de Santiago, es un ejemplo claro del papel que tiene la mujer dentro del sector primario y es que a pesar de su juventud toda la vida estuvo vinculada a la ganadería, un oficio que adora y que demuestra no sólo con hechos sino también cuando habla de sus animales. En su día a día afirma que no ve diferencias en su trabajo con los hombres ni discriminaciones «mis compañeros siempre me han tratado como una más, me siento igual de valorada que el resto». Si bien, reconoce que a veces cuando se trata de hablar de dinero o realizar tratos ganaderos se ha sentido que «me dejaban un poco fuera» porque «algunos no se atreven a tratar conmigo y otros incluso han preguntado por mi padre», aunque su respuesta siempre es clara y contudente «la ganadera soy yo».
Una joven que reconoce que este trabajo siempre ha sido de mujeres, y que antes las feminas no solo hacian las labores del hogar sino también se dedicaban al campo y al cuidado de los animales, pero ahora «estamos más visibilizadas, se reconoce más
el papel de la mujer» un punto que considera muy importante en el que se ha avanzado «antes era el marido o el padre el que estaba detrás de esas vacas», ahora las mujeres podemos decir: «las vacas son mías», algo de lo que Tania se siente muy orgullosa, con una ganadería de un total de 30 cabezas de Asturiana de los Valles. Y respecto a la toma de decisiones dentro de las reinvindicaciones del sector primario, esta mujer afirma que tanto en las reuniones como en la toma de decisiones «las mujeres contamos igual que ellos, no hay discriminación por ninguna parte».
De esta forma, Tania Santamarta tiene muy claro cual es su lugar dentro de su profesión y que se siente con la misma responsabilidad y la misma capacidad que cualquiera de sus compañeros «es cierto que a fuerza, normalmente un hombre me puede ganar para ciertos trabajos» pero es «en lo único que puedo sentir la diferencia» en el resto de los casos, «las mujeres somos iguales de válidas y respetadas».
El trabajo del campo siempre identificado con el sexo masculino pero que cada vez tiene más presencia feminina visible.
Una joven que reconoce que este trabajo siempre ha sido de mujeres, y que antes las feminas no solo hacian las labores del hogar sino también se dedicaban al campo y al cuidado de los animales, pero ahora «estamos más visibilizadas, se reconoce más
el papel de la mujer» un punto que considera muy importante en el que se ha avanzado «antes era el marido o el padre el que estaba detrás de esas vacas», ahora las mujeres podemos decir: «las vacas son mías», algo de lo que Tania se siente muy orgullosa, con una ganadería de un total de 30 cabezas de Asturiana de los Valles. Y respecto a la toma de decisiones dentro de las reinvindicaciones del sector primario, esta mujer afirma que tanto en las reuniones como en la toma de decisiones «las mujeres contamos igual que ellos, no hay discriminación por ninguna parte».
De esta forma, Tania Santamarta tiene muy claro cual es su lugar dentro de su profesión y que se siente con la misma responsabilidad y la misma capacidad que cualquiera de sus compañeros «es cierto que a fuerza, normalmente un hombre me puede ganar para ciertos trabajos» pero es «en lo único que puedo sentir la diferencia» en el resto de los casos, «las mujeres somos iguales de válidas y respetadas».
El trabajo del campo siempre identificado con el sexo masculino pero que cada vez tiene más presencia feminina visible.
Angélica Cosmen, trabajadora social: «Hombres y mujeres tienen las mismas capacidades para cuidar»
El Colegio de Trabajo Social fue creado en 1968 por Olga Cobo, una histórica ‘asistente social’, que ya tiene calle en León. Angélica Cosmen, presidenta del Colegio de Trabajo Social y trabajadora social en los Ceas de Diputación, en Riaño, constata que «las mujeres están más expuestas a la pobreza y a la exclusión por la responsabilidad de los trabajos de cuidados, que limita su bienestar y sus oportunidades de desarrollo socioeconómico y el mercado laboral que dificulta su acceso». El 85% de los cuidados vienen de parte de una mujer, con edad media de 52 años, estudios primarios y sin una ocupación remunerada. Son la última generación de mujeres no activas en el mercado laboral, aunque observan un cambio de tendencia con cada vez más casos de cuidadores masculinos.
Los cuidados profesionales también están feminizados y lo mismo sucede con la profesión, mayoritariamente ocupada por mujeres aunque en los escalones más altos predominan los hombres.
Para superar esta brecha proponen «una distribución más equitativa de los tiempos. Los hombres destinan más tiempo a cuidados personales, trabajo remunerado, hogar, vida social deportes». Hay que visibilizar que «hombres y mujeres tienen las mismas capacidades para cuidar», subraya Cosmen. Hay que concienciar en la corresponsabilidad desde la infancia: «Lo que vean en casa es lo que reproducirán como parejas, padres y madres».
Otro aspecto importante es que «el derecho del cuidado nunca se puede garantizar a costa de los derechos laborales de las cuidadoras». Hacen falta «medidas de conciliación con especial incidencia en familias con personas dependientes y con discapacidad, menores con discapacidad o familias monomarentales» y los servicios sanitarios no pueden apoyarse en cuidados no remunerados.
El Colegio de Trabajo Social reclama visibilizar la labor de las mujeres y cuidadoras y cómo la compatibilizan con otras tareas en las campañas publicitarias donde salen personas con discapacidad o dependencia.
Otra preocupación son las mujeres en el medio rural que cargan con el peso de los cuidados generación tras generación en sus domicilios por falta de servicios públicos y privados accesibles, «hay que formar en cuidados en las zonas rurales». El 8M de 2024 debe hacer hicapié en la erradicación de las violencias.
Los cuidados profesionales también están feminizados y lo mismo sucede con la profesión, mayoritariamente ocupada por mujeres aunque en los escalones más altos predominan los hombres.
Para superar esta brecha proponen «una distribución más equitativa de los tiempos. Los hombres destinan más tiempo a cuidados personales, trabajo remunerado, hogar, vida social deportes». Hay que visibilizar que «hombres y mujeres tienen las mismas capacidades para cuidar», subraya Cosmen. Hay que concienciar en la corresponsabilidad desde la infancia: «Lo que vean en casa es lo que reproducirán como parejas, padres y madres».
Otro aspecto importante es que «el derecho del cuidado nunca se puede garantizar a costa de los derechos laborales de las cuidadoras». Hacen falta «medidas de conciliación con especial incidencia en familias con personas dependientes y con discapacidad, menores con discapacidad o familias monomarentales» y los servicios sanitarios no pueden apoyarse en cuidados no remunerados.
El Colegio de Trabajo Social reclama visibilizar la labor de las mujeres y cuidadoras y cómo la compatibilizan con otras tareas en las campañas publicitarias donde salen personas con discapacidad o dependencia.
Otra preocupación son las mujeres en el medio rural que cargan con el peso de los cuidados generación tras generación en sus domicilios por falta de servicios públicos y privados accesibles, «hay que formar en cuidados en las zonas rurales». El 8M de 2024 debe hacer hicapié en la erradicación de las violencias.
Laura Ongallo, empresaria: «Me costó conectar con los clientes, pero tenemos más habilidad»
«Al principio me costó conectar con los clientes, que tenían dificultades para confiar en que una mujer cerrara una operación comercial. Que entendiera lo que el cliente necesitaba. Tuve que esforzarme en demostrar mi profesionalidad, pero creo que ahora, como mujer, tengo ventaja en este campo». Laura Ongallo es gerente de Talleres Tailon, responsable comercial y de administración. Comparte la gestión con su hermano, que lleva los departamentos técnico y de postventa. Es una empresa familiar, que comenzó su abuelo en los años 40. «Hacía carros para caballos y bueyes. Luego continuó mi padre, con montajes de carrocerías en camiones». Tailon se dedica hoy al montaje y reparación de grúas hidráulicas, carrocerías, puertas elevadoras sobre vehículos industriales,... «Es un sector con una fuerte tradición masculina, de hecho actualmente el 90% de nuestros clientes son hombres».
Ongallo señala, sin embargo, que «por suerte he encontrado pocas dificultades, sobre todo al principio de mi etapa laboral». Ahora sabe que «como mujer tengo una ventaja, y es que tenemos más desarrolladas las habilidades blandas, que como estrategia de venta son muy necesarias».
La empresaria destaca que «las mujeres tenemos que demostrar más a la hora de acceder a puestos directivos en las empresas, pero una vez que demostramos nuestro valor, nos respetan mucho más». Su experiencia, y las que comparte con otras empresarias en la Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de León (Asele), le lleva a concluir que «las mujeres debemos demostrar más para lograr avanzar, pero poco a poco lo vamos consiguiendo». Un camino en el que «sobre todo necesitamos avanzar en la corresponsabilidad en las tareas con los hijos y con la casa». Y también en la confianza personal frente a los retos empresariales. «Creo que las barreras para acceder a los puestos directivos nos las ponemos nosotras mismas, sobre todo por el nivel de exigencia que marcamos. Sea por costumbre o por tradición, queremos ser la mejor directiva, la mejor madre, la mejor hija,...».
Laura Ongallo insiste en la importancia de compartir conocimientos y experiencias. «Ahora tenemos un portal para darnos a conocer y compartir. Creo en una sociedad en la que el valor del hombre y la mujer sea igual, nos necesitamos». Concluye con el lema de Asele: «Sumar esfuerzos multiplica resultados».
Ongallo señala, sin embargo, que «por suerte he encontrado pocas dificultades, sobre todo al principio de mi etapa laboral». Ahora sabe que «como mujer tengo una ventaja, y es que tenemos más desarrolladas las habilidades blandas, que como estrategia de venta son muy necesarias».
La empresaria destaca que «las mujeres tenemos que demostrar más a la hora de acceder a puestos directivos en las empresas, pero una vez que demostramos nuestro valor, nos respetan mucho más». Su experiencia, y las que comparte con otras empresarias en la Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de León (Asele), le lleva a concluir que «las mujeres debemos demostrar más para lograr avanzar, pero poco a poco lo vamos consiguiendo». Un camino en el que «sobre todo necesitamos avanzar en la corresponsabilidad en las tareas con los hijos y con la casa». Y también en la confianza personal frente a los retos empresariales. «Creo que las barreras para acceder a los puestos directivos nos las ponemos nosotras mismas, sobre todo por el nivel de exigencia que marcamos. Sea por costumbre o por tradición, queremos ser la mejor directiva, la mejor madre, la mejor hija,...».
Laura Ongallo insiste en la importancia de compartir conocimientos y experiencias. «Ahora tenemos un portal para darnos a conocer y compartir. Creo en una sociedad en la que el valor del hombre y la mujer sea igual, nos necesitamos». Concluye con el lema de Asele: «Sumar esfuerzos multiplica resultados».
Mónica Marqués, deportista: «Al deporte femenino todavía no nos toman en serio»
El Bembibre Hockey Club apostó por el deporte femenino y ahora milita en la máxima categoría del deporte del hockey sobre patines. Al frente y presidiendo el club está Mónica Marqués Tascón, mujer, madre y trabajadora. Combina su profesión de profesora de música en el CRA Santa Bárbara, en la localidad de Brañuelas, con labores domésticas y además preside el Bembibre Hockey Club.
—¿Cómo es su día a día?
—Madrugo bastante porque me gusta llegar pronto al colegio donde trabajo, en Brañuelas, con mis ocho niños donde doy clases de infantil y de primaria. A las tres llego a casa y la comida es familiar, con mis hijos y mi esposo. Reposo un rato y a partir de las cinco de la tarde me pongo manos a la obra con mi otro ‘trabajo’, en el que estoy hasta las doce de la noche planificando y solventando cualquier problema que surja en el Bembibre Hockey Club.
—¿Cómo ha llegado al mundo del hockey patines?
—De manera sorpresiva y mediante mi hija. Ella había probado varios deportes y al final el que más le gustó fue el patinaje, donde dio sus primeros pasos y luego pasó al hockey patines. Sin saber nada de éste deporte me vi envuelta en esta locura.
—¿Cómo se trata al Bembibre Hockey Club Femenino?
—Tenemos la rémora de ser un deporte femenino. Todavía no nos toman en serio porque es un deporte de chicas y piensan que van a los partidos a entretenerse. No se ve como algo competitivo y de élite. No apuestan por el deporte femenino.
—¿Hay estereotipos dentro del deporte femenino?
—Claramente sí. Se ha avanzado mucho porque actualmente cualquier mujer o chica puede llegar a competir en cualquier deporte prácticamente, bien por cercanía a su zona o por mayor movilidad. Trabajar desde la base para erradicar los estereotipos es algo que ya se está haciendo incluso en las escuelas. Debemos hacer mucho hincapié en no diferenciar deportes para chicos y otros para chicas.
—¿Cuál es el mayor problema que se encuentra una mujer a la hora de hacer deporte de élite?
—Las niñas desde que inician un deporte son miradas con lupa porque parece que se invada un territorio masculino. Principalmente la mujer es la que tiene hijos, debiendo hacer una planificación de cuándo va a tener hijos. Nunca tendrá ayudas porque económicamente cualquier deporte no da para vivir de él. Una mujer debe compaginar sus estudios y su carrera para luego poder vivir bien y poder practicar un deporte.
—¿Cómo es su día a día?
—Madrugo bastante porque me gusta llegar pronto al colegio donde trabajo, en Brañuelas, con mis ocho niños donde doy clases de infantil y de primaria. A las tres llego a casa y la comida es familiar, con mis hijos y mi esposo. Reposo un rato y a partir de las cinco de la tarde me pongo manos a la obra con mi otro ‘trabajo’, en el que estoy hasta las doce de la noche planificando y solventando cualquier problema que surja en el Bembibre Hockey Club.
—¿Cómo ha llegado al mundo del hockey patines?
—De manera sorpresiva y mediante mi hija. Ella había probado varios deportes y al final el que más le gustó fue el patinaje, donde dio sus primeros pasos y luego pasó al hockey patines. Sin saber nada de éste deporte me vi envuelta en esta locura.
—¿Cómo se trata al Bembibre Hockey Club Femenino?
—Tenemos la rémora de ser un deporte femenino. Todavía no nos toman en serio porque es un deporte de chicas y piensan que van a los partidos a entretenerse. No se ve como algo competitivo y de élite. No apuestan por el deporte femenino.
—¿Hay estereotipos dentro del deporte femenino?
—Claramente sí. Se ha avanzado mucho porque actualmente cualquier mujer o chica puede llegar a competir en cualquier deporte prácticamente, bien por cercanía a su zona o por mayor movilidad. Trabajar desde la base para erradicar los estereotipos es algo que ya se está haciendo incluso en las escuelas. Debemos hacer mucho hincapié en no diferenciar deportes para chicos y otros para chicas.
—¿Cuál es el mayor problema que se encuentra una mujer a la hora de hacer deporte de élite?
—Las niñas desde que inician un deporte son miradas con lupa porque parece que se invada un territorio masculino. Principalmente la mujer es la que tiene hijos, debiendo hacer una planificación de cuándo va a tener hijos. Nunca tendrá ayudas porque económicamente cualquier deporte no da para vivir de él. Una mujer debe compaginar sus estudios y su carrera para luego poder vivir bien y poder practicar un deporte.
Marga Carnero, galerista: «El mundo del arte ha alcanzado un nivel muy alto de igualdad»
Marga Carnero es más de 25 años de arte en León, de apoyo a los artistas, de oportunidad, de compromiso, de que la ciudad sea algo más que memoria cultural. Y en ese proceso de renovación, desde Ármaga, junto a Asun Robles ha sido y es una mujer que destaca en el mundo del arte. Y su galería mucho más que una representación de un valor refugio puesto que también es espacio de reunión e impulso cultural de León. Cree Carnero que, en concreto, aunque haya cosas que mejorar, se dan las circunstancias para que quien llega a este mundo desarrolle sus capacidades sin necesidad de distinguir entre hombre y mujer. En Arco este año un 43% de los artistas presentes en la feria son mujeres. El arte contemporáneo se vuelca así en la creación femenina. Muchas creadoras jóvenes y otras veteranas recuperadas, reivindicadas y confrontadas a los grandes maestros de las vanguardias, «como Teresa Gancedo», remarca Marga Carnero para poner en valor a las mujeres y de moda su arte a lo largo de la historia.
—En el mundo del arte, como creación, negocio y cultura, ¿hay que abrir muchas puertas para que una mujer pase y tenga las mismas oportunidades?
—La verdad, si te soy sincera, es que yo en 25 años en este mundo nunca he tenido problemas. Hablo desde el punto de vista de galerista. Y creo que en general la situación que más se da es que no haya problemas. Puede ser que en el ámbito de los artistas en otros tiempos los haya habido, pero pienso que ahora tampoco pasa.
—De hecho, este año en Arco se ha insistido en la idea de feminizar la feria, incluso intensificar lo que ya era una tendencia...
—Sí, porque además se nota tanto en las artistas presentes como en el ambiente. Si hace años llegabas a un stand y estaban llenos de hombres ahora no tienes esa sensación en ningún momento porque hay hombres y mujeres.
—¿En qué cree que se debe acompañar este cambio de tendencia teniendo en cuenta que en muchos otros ámbitos de la sociedad se sigue denunciando el machismo?
—Yo pienso que toda evolución tiene que ir acompañada del respeto a lo que hacen los demás y luego que ese trabajo tenga un valor artístico. Que toda la sociedad esté representada es la mejor fórmula. Y que vaya acompañada por la calidad de la obra. El mundo del arte ha alcanzado un nivel muy alto de igualdad.
—En el mundo del arte, como creación, negocio y cultura, ¿hay que abrir muchas puertas para que una mujer pase y tenga las mismas oportunidades?
—La verdad, si te soy sincera, es que yo en 25 años en este mundo nunca he tenido problemas. Hablo desde el punto de vista de galerista. Y creo que en general la situación que más se da es que no haya problemas. Puede ser que en el ámbito de los artistas en otros tiempos los haya habido, pero pienso que ahora tampoco pasa.
—De hecho, este año en Arco se ha insistido en la idea de feminizar la feria, incluso intensificar lo que ya era una tendencia...
—Sí, porque además se nota tanto en las artistas presentes como en el ambiente. Si hace años llegabas a un stand y estaban llenos de hombres ahora no tienes esa sensación en ningún momento porque hay hombres y mujeres.
—¿En qué cree que se debe acompañar este cambio de tendencia teniendo en cuenta que en muchos otros ámbitos de la sociedad se sigue denunciando el machismo?
—Yo pienso que toda evolución tiene que ir acompañada del respeto a lo que hacen los demás y luego que ese trabajo tenga un valor artístico. Que toda la sociedad esté representada es la mejor fórmula. Y que vaya acompañada por la calidad de la obra. El mundo del arte ha alcanzado un nivel muy alto de igualdad.
Ana Pérez, maestra: «Todos pueden hacer todo, hay que promover acciones en el aula sin roles»
Ana Pérez Crespo es una docente apasionada con su trabajo. Maestra de Primaria, aboga por la implicación de las familias y un compromiso firme del profesorado para seguir avanzando.
—¿Hay que romper la brecha de género en el sentido contrario en la Educación, un sector con más presencia de mujeres que de hombres?
—No creo que haya brecha de género, porque si un hombre quiere ser maestro o profesor tiene las mismas posibilidades que una mujer. La brecha existe cuando dos personas (mujer/hombre) quieren estudiar la misma carrera y anteponen al hombre antes que a la mujer, pero esto no ocurre en educación. Es más, creo que el hombre tiene más posibilidades que una mujer de llegar a puestos altos en educación, hay un porcentaje más alto de hombres en cargos importantes, aunque somos más las mujeres que estudiamos estas carreras. Es importante inculcar desde la infancia que esta profesión puede ser para cualquier persona, y si se ven más figuras masculinas en educación a lo mejor más hombres se animarían.
—¿Qué se debe hacer en el aula para que la igualdad sea real y efectiva?
—Lo primero que hay que hacer es formar al profesorado en igualdad de género y coeducación y eliminar los contenidos sexistas. Debemos ser un ejemplo. Es importante eliminar los estereotipos relacionados con el género desde Infantil y promover la participación equitativa de todo el alumnado. Sería bueno crear equipos mixtos de trabajo en el aula para que las chicas y los chicos aprendan a trabajar y resolver conflictos juntos. Hay que promover actividades inclusivas en todas las áreas sin roles donde todas y todos puedan hacer todo. Involucrar a las familias es un objetivo importante.
—¿Cómo trabajan los niños actualmente, la semilla ya está plantada y hay una base para dar el salto o es necesario seguir incidiendo?
—No podemos relajarnos y es conveniente seguir incidiendo en este tema. Todavía hay muchas barreras, hay discriminación y estereotipos de género en los centros educativos. La violencia de género se ha visto incrementada en el entorno escolar. Creo que debemos hacer una reflexión, algo no funciona. Tanto los centros educativos, como las familias y el Gobierno debemos actuar unidos para erradicar estos comportamientos en los colegios y fuera de ellos.
—¿Hay que romper la brecha de género en el sentido contrario en la Educación, un sector con más presencia de mujeres que de hombres?
—No creo que haya brecha de género, porque si un hombre quiere ser maestro o profesor tiene las mismas posibilidades que una mujer. La brecha existe cuando dos personas (mujer/hombre) quieren estudiar la misma carrera y anteponen al hombre antes que a la mujer, pero esto no ocurre en educación. Es más, creo que el hombre tiene más posibilidades que una mujer de llegar a puestos altos en educación, hay un porcentaje más alto de hombres en cargos importantes, aunque somos más las mujeres que estudiamos estas carreras. Es importante inculcar desde la infancia que esta profesión puede ser para cualquier persona, y si se ven más figuras masculinas en educación a lo mejor más hombres se animarían.
—¿Qué se debe hacer en el aula para que la igualdad sea real y efectiva?
—Lo primero que hay que hacer es formar al profesorado en igualdad de género y coeducación y eliminar los contenidos sexistas. Debemos ser un ejemplo. Es importante eliminar los estereotipos relacionados con el género desde Infantil y promover la participación equitativa de todo el alumnado. Sería bueno crear equipos mixtos de trabajo en el aula para que las chicas y los chicos aprendan a trabajar y resolver conflictos juntos. Hay que promover actividades inclusivas en todas las áreas sin roles donde todas y todos puedan hacer todo. Involucrar a las familias es un objetivo importante.
—¿Cómo trabajan los niños actualmente, la semilla ya está plantada y hay una base para dar el salto o es necesario seguir incidiendo?
—No podemos relajarnos y es conveniente seguir incidiendo en este tema. Todavía hay muchas barreras, hay discriminación y estereotipos de género en los centros educativos. La violencia de género se ha visto incrementada en el entorno escolar. Creo que debemos hacer una reflexión, algo no funciona. Tanto los centros educativos, como las familias y el Gobierno debemos actuar unidos para erradicar estos comportamientos en los colegios y fuera de ellos.
Laura Fra, abogada: «No nunca noté discriminación hasta que empecé a ejercer»
«Yo nunca noté diferencia en la sociedad hasta que empecé a ejercer la abogacía. Yo todas estas cosas de la discriminación por el hecho de ser mujer, no las sabía notado nunca hasta que empecé a trabajar. Era la pequeña de mi familia y nunca hubo discriminación. Pero ejerciendo ya empecé a notar cosas raras. me colegié en junio de 2003, y fue cuando empecé a notar cosas que no me encajaban», señala la letrada leonesa Laura Fra, vicedecana del Colegio de la Abogacía de León.
«Hubo una reunión de trabajo en la que yo era la única mujer y empecé a notar miradas raras», destaca de su experiencia personal. «Al final hubo alguien que se atrevió a verbalizarlo, y preguntó si yo era la mujer de mi jefe… Ahí ya fue un momento en el que noté un punto de inflexión. Yo iba con mi elección aprendida de que todos somos iguales y no lo era tanto..», destaca.
«Hay clientes del turno de oficio que no quieren que les atienda una mujer porque no confía en ella», señala la abogada que aprecia «que en el Máster de Abogacía, hay muchas más chicas que chicos, pero son los varones los que encuentran trabajo antes. Mi primera oportunidad profesional me la dio una mujer, que para mí fue un referente», recuerda Fra. «Luego, me explicó cosas que no conocía y creo que las pioneras en el mundo de la abogacía han visto que si trabajas bien los resultados llegan, pero cuando eres joven se detecta esa diferencia», dice la letrada.
«Hay empresarios que vetan el acceso a las mujeres; yo llevaba el 100% de la carga de trabajo en una empresa y los directores territoriales estuvieron agradeciéndome un asunto complicado, mientras que mi jefe del despacho no se sintió nada orgulloso», recuerda. «Siempre está la espada de Damocles: ‘¿Y esta por qué está aquí? ¿Y cómo ha llegado aquí?’. Son preguntas que siempre aparecen».
«No ha habido nunca ninguna decana del Colegio de la Abogacía de León, aunque creo que no ha sido una cuestión ni de machismo de la sociedad ni de nada que se le parezca, porque se necesita una disposición de tiempo y de trabajo que no todo el mundo tiene», reconoce. El problema radica en que «un hombre se pone una corbata y parece que tiene muchísima más credibilidad», explica. La guía práctica de la abogacía recomienda «detectar si se produce una situación asimétrica de poder».
«Hubo una reunión de trabajo en la que yo era la única mujer y empecé a notar miradas raras», destaca de su experiencia personal. «Al final hubo alguien que se atrevió a verbalizarlo, y preguntó si yo era la mujer de mi jefe… Ahí ya fue un momento en el que noté un punto de inflexión. Yo iba con mi elección aprendida de que todos somos iguales y no lo era tanto..», destaca.
«Hay clientes del turno de oficio que no quieren que les atienda una mujer porque no confía en ella», señala la abogada que aprecia «que en el Máster de Abogacía, hay muchas más chicas que chicos, pero son los varones los que encuentran trabajo antes. Mi primera oportunidad profesional me la dio una mujer, que para mí fue un referente», recuerda Fra. «Luego, me explicó cosas que no conocía y creo que las pioneras en el mundo de la abogacía han visto que si trabajas bien los resultados llegan, pero cuando eres joven se detecta esa diferencia», dice la letrada.
«Hay empresarios que vetan el acceso a las mujeres; yo llevaba el 100% de la carga de trabajo en una empresa y los directores territoriales estuvieron agradeciéndome un asunto complicado, mientras que mi jefe del despacho no se sintió nada orgulloso», recuerda. «Siempre está la espada de Damocles: ‘¿Y esta por qué está aquí? ¿Y cómo ha llegado aquí?’. Son preguntas que siempre aparecen».
«No ha habido nunca ninguna decana del Colegio de la Abogacía de León, aunque creo que no ha sido una cuestión ni de machismo de la sociedad ni de nada que se le parezca, porque se necesita una disposición de tiempo y de trabajo que no todo el mundo tiene», reconoce. El problema radica en que «un hombre se pone una corbata y parece que tiene muchísima más credibilidad», explica. La guía práctica de la abogacía recomienda «detectar si se produce una situación asimétrica de poder».
Sara García, astronauta: "Las mujeres estamos salvando la brecha en el espacio"
La biotecnóloga y astronauta reservista de la Agencia Espacial Europea (ESA), Sara García, ha dicho hoy que aunque antes había "un déficit importante" de mujeres en las profesiones relacionadas con el espacio, hoy en día, "aunque queda mucho por hacer, estamos salvando la brecha".
Y es que el espacio es un sector "muy transversal" en el que tienen cabida muchos perfiles, "como el mío, que soy jefa de grupo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)", ha explicado la bióloga molecular en un acto incluido en el 'ESA Day en cooperación con España'.
Con esta jornada, la ESA ha participado este viernes en la feria científica "Madrid Es Ciencia", uno de los mayores eventos de divulgación científica en España, que cada año reúne al talento científico de la región, a los centros educativos, a las empresas innovadoras y las universidades.
El evento, que ha coincidido con el Día Internacional de la Mujer, ha resaltado el papel de las mujeres en el sector espacial, donde su talento está tan reconocido como el de los hombres, según Sara García.
"Cuando opté por el puesto a astronauta vi que uno de los requisitos era tener una carrera de ciencias y hablar inglés", y eso fue "como una revelación para mí: descubrir que podría hacer mi trabajo en el laboratorio con las mejores vistas".
En el proceso de selección de los casi 23.000 candidatos -ha recordado-, menos del 25% de los aspirantes eran mujeres, pero dieciocho meses después de un proceso ciego, la ESA seleccionó a 8 mujeres y 9 hombres, ha subrayado.
"Hace años había un déficit importante de mujeres astronautas porque se creía que no valíamos para esto", pero hoy en día la NASA cuenta con 22 hombres y 16 mujeres en activo y la ESA con 14 hombres y 9 mujeres. La brecha se está reduciendo, ha dicho.
García, arropada por un público joven en busca de una vocación, ha explicado que la importancia de la exploración espacial tiene una enorme repercusión en el conocimiento, la inspiración, la economía y la cooperación global.
"La ciencia que se hace en la Estación Espacial Internacional -ha explicado- es única gracias a la microgravedad, que permite llevar a cabo experimentos completamente distintos de los que se hacen en la Tierra y que tienen implicaciones en todos los campos: la medicina regenerativa, el cáncer, los nuevos materiales, la nutrición...."
Pero por encima de todo, la principal motivación es que "el ser humano es explorador por naturaleza. Tenemos la vista puesta en la Luna (programa Artemis) como trampolín para llegar después a Marte porque los hombres hemos dejado claro que el cielo ha dejado de ser el límite", ha concluido.
Por su parte, la directora de la Oficina Espacio y Sociedad de la Agencia Espacial Española (AEE), Eva Villaver, ha subrayado la importancia de la divulgación, el arte y la literatura en la ciencia y en las vocaciones científicas, especialmente entre las niñas que apenas tienen referentes.
Junto a la ESA, otro de los centros que participa hoy en la Feria Madrid es Ciencia es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha seleccionado más de 700 experiencias científicas para los centros educativos y público general.
El estand del organismo público científico y el espacio "La isla de los museos" alberga numerosos talleres relacionados con distintas áreas del conocimiento, desde la geología, a la energía nuclear, la Física o la alimentación, entre otros muchos.
En uno de ellos, equipados con gafas de realidad virtual, el público podrá viajar al pasado y convertirse en ayudante del Nobel Santiago Ramón y Cajal, y descubrir con el maestro las propiedades del nitrógeno líquido, o verse envuelto en las negociaciones secretas que Felipe II y el Imperio Otomano mantuvieron en el siglo XVI.
Y es que el espacio es un sector "muy transversal" en el que tienen cabida muchos perfiles, "como el mío, que soy jefa de grupo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)", ha explicado la bióloga molecular en un acto incluido en el 'ESA Day en cooperación con España'.
Con esta jornada, la ESA ha participado este viernes en la feria científica "Madrid Es Ciencia", uno de los mayores eventos de divulgación científica en España, que cada año reúne al talento científico de la región, a los centros educativos, a las empresas innovadoras y las universidades.
El evento, que ha coincidido con el Día Internacional de la Mujer, ha resaltado el papel de las mujeres en el sector espacial, donde su talento está tan reconocido como el de los hombres, según Sara García.
"Cuando opté por el puesto a astronauta vi que uno de los requisitos era tener una carrera de ciencias y hablar inglés", y eso fue "como una revelación para mí: descubrir que podría hacer mi trabajo en el laboratorio con las mejores vistas".
En el proceso de selección de los casi 23.000 candidatos -ha recordado-, menos del 25% de los aspirantes eran mujeres, pero dieciocho meses después de un proceso ciego, la ESA seleccionó a 8 mujeres y 9 hombres, ha subrayado.
"Hace años había un déficit importante de mujeres astronautas porque se creía que no valíamos para esto", pero hoy en día la NASA cuenta con 22 hombres y 16 mujeres en activo y la ESA con 14 hombres y 9 mujeres. La brecha se está reduciendo, ha dicho.
García, arropada por un público joven en busca de una vocación, ha explicado que la importancia de la exploración espacial tiene una enorme repercusión en el conocimiento, la inspiración, la economía y la cooperación global.
"La ciencia que se hace en la Estación Espacial Internacional -ha explicado- es única gracias a la microgravedad, que permite llevar a cabo experimentos completamente distintos de los que se hacen en la Tierra y que tienen implicaciones en todos los campos: la medicina regenerativa, el cáncer, los nuevos materiales, la nutrición...."
Pero por encima de todo, la principal motivación es que "el ser humano es explorador por naturaleza. Tenemos la vista puesta en la Luna (programa Artemis) como trampolín para llegar después a Marte porque los hombres hemos dejado claro que el cielo ha dejado de ser el límite", ha concluido.
Por su parte, la directora de la Oficina Espacio y Sociedad de la Agencia Espacial Española (AEE), Eva Villaver, ha subrayado la importancia de la divulgación, el arte y la literatura en la ciencia y en las vocaciones científicas, especialmente entre las niñas que apenas tienen referentes.
Junto a la ESA, otro de los centros que participa hoy en la Feria Madrid es Ciencia es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha seleccionado más de 700 experiencias científicas para los centros educativos y público general.
El estand del organismo público científico y el espacio "La isla de los museos" alberga numerosos talleres relacionados con distintas áreas del conocimiento, desde la geología, a la energía nuclear, la Física o la alimentación, entre otros muchos.
En uno de ellos, equipados con gafas de realidad virtual, el público podrá viajar al pasado y convertirse en ayudante del Nobel Santiago Ramón y Cajal, y descubrir con el maestro las propiedades del nitrógeno líquido, o verse envuelto en las negociaciones secretas que Felipe II y el Imperio Otomano mantuvieron en el siglo XVI.