«Desmadre» en el consumo de droga pese a las cifras oficiales a la baja
El menudeo y el tráfico a pequeña y mediana escala se disparan especialmente en la capital
El consumo de estupefacientes y el tráfico de drogas en el entorno, especialmente de la capital, aunque también en el resto de la provincia, están «completamente desmadrados» en la actualidad, a pesar de que las cifras oficiales reflejen datos de caída en las intervenciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, de acuerdo a los últimos balances del Ministerio del Interior.
La operación policial llevada a cabo esta semana, en la que tres miembros de una conocida familia fueron arrestados por su implicación en un posible caso de delito contra la salud pública es la punta de lanza de un asunto que tiene bastante más calado. La realidad auténtica es que, mientras que las cifras oficiales, que se refieren únicamente a las intervenciones que se llevan a cabo a título policial, aportan datos de cierto cariz esperanzador, la verdad es otra y se empeña en demostrar lo contrario; cada semana se llevan a cabo actuaciones referentes a la lucha contra este mal endémico y se constata la existencia de grupos que se dedican al tráfico de estupefacientes y que cada vez gozan de más poder en este campo.
A título oficial, los responsables de los operativos que luchan contra delincuencia del narcotráfico y que cuidan de la salud pública en este ámbito se limitan a constatar las actuaciones que se llevan a cabo en la capital y también en la provincia, aunque en los núcleos rurales es la Guardia Civil quien tiene las competencias. La Policía Nacional es que se encarga de las cuestiones referentes a los núcleos urbanos de León, Ponferrada, Astorga y San Andrés del Rabanedo y en esas zonas, especialmente en las más populosas, se está llegando a la conclusión de que crece la actividad delincuencial en este apartado, sin que por el momento las medidas de control que se están llevando a cabo de resultados de forma firme.
BALANCE EN CIERNES
A punto de aparecer el balance anual del Ministerio del Interior referente a la delincuencia en este estrato, el del tercer trimestre refleja una caída en las intervenciones realizadas en este apartado. Así, desde el verano hasta septiembre en León solamente se registraron once operaciones por las dieciséis del año anterior, a las mismas alturas que en San Andrés del Rabanedo fue solamente una por las cuatro del mismo ejercicio en el año anterior, y que en Ponferrada se convirtieron en ocho intervenciones por las diez, que se habían llevado a cabo un año antes.
VEINTE EN TRES MESES
No se comprende que en toda la provincia entera apenas se hayan acometido una veintena de intervenciones policiales en tres meses, cuando el día a día demuestro lo contrario. «Una cosa son las cifras oficiales y otra cosa es la realidad que se vive día a día», destacan los expertos. No hay más que darse una vuelta por el Barrio Húmedo o por la plaza Mayor un fin de semana para comprobar que los papeles y las tablas de estadísticas dicen una cosa, pero que la vida real está situada en otro lado y aporta otras circunstancias.
Así las cosas, las campañas de concienciación se muestran como un argumento de peso de cara al futuro a medio plazo. Pero las medidas a tomar de cara a los próximos meses plantean un problema grave.
La sociedad parece cada vez más concienciada de rechazar el uso de estupefacientes en la vida diaria, pero el negocio mueve un montante económico importante, como se ha demostrado en el último operativo, llevado a cabo en el entorno del paseo de Salamanca, que no es el único. Fuentes de la lucha contra la droga señalaron, que es probable que en los próximos meses se vuelvan a experimentar nuevas intervenciones de calado similar en otros pisos, donde también se conoce la utilización de las sustancias estupefacientes como método de vida para determinados clanes.
MÁS INTERVENCIONES
Así las cosas, es previsible que se produzcan nuevas intervenciones en el terreno policial aunque el resultado es incierto por la complejidad que comportan este tipo de operativos, que sirven únicamente para practicar detenciones en la mayor parte de los casos que acaban con penas escasas cuando no en la libertad provisional de los acusados que luego en la Audiencia alcanzan acuerdos de conformidad para evitar los juicios y permanecen en libertad.