El tren segrega a León: 92 euros por el viaje a Madrid que desde Gijón cuesta 25
Renfe pone a la venta los billetes con la nueva tabla de precios en alta velocidad y desata el enfado de los usuarios
Editorial: Un servicio público a precios imposibles
Un tren AVE.
León no es aún ese parque temático ferroviario de S-106 que la propaganda gubernamental anunció para el mes de marzo; mientras se acerca el festival del estreno, los usuarios del servicio de viajeros de larga distancia empiezan a sentir el cambio como un daño colateral. El debate ya se centra en señalar la segregación en las prebendas de precios y tarifas que aplica la compañía para desagraviar al noroeste por la profundidad del retraso de las soluciones que se le encomiendan al Avril, el primer tren AVE que va a superar la estación pasante de León.
La comparación de los precios de los billetes con otros territorios vecinos no se aguanta: León-Madrid, 92 euros, si se elige ese surco que Adif ha preparado para comunicar la estación leonesa y Valencia; Gijón-Madrid, 25 euros, por la obra y gracia del Gobierno para resarcir de las imprevisiones.
La fuerza del pulso se añade a otras tarifas que causan el furor de los viajeros que para un trayecto entre León y Madrid por vía convencional, y de cuatro horas y media de duración, tienen que pagar un billete a precio de las tablas que hasta hace nada eran exclusivos de las tablas de la alta velocidad.
Comparación
El nuevo estreno de la parrilla de largo recorrido de la estación leonesa se ensombrece con esa reticencia de la operadora pública a sumar esta plaza a las campañas de descuentos con los que suaviza la relación con otros puntos del cuadrante noroeste, ajenos como están al timbal de ofertas y frecuencias, casi todas subvencionadas, que disfrutan en la plataforma de la alta velocidad hasta demarcaciones del centro peninsular.
A León le queda lejos el sistema de descuentos Avant, que se celebra en Valladolid a diario, así como la constancia de la relación de conexiones; el desagravio que no se alcanza por la distancia con la capital de España, que impide declarar la conexión de interés público, también se niega en el reparto con la periferia.
Los usuarios del servicio en León son testigos de ese trato diferencial mientras se cargan de paciencia y hacen cola en la taquilla virtual de la operadora, saturada mientras expende billetes a 25 euros a Asturias y exprime con precios de más de noventa euros (90) a cualquier combinación que suponga apearse o subirse al tren en la estación leonesa.
La nueva vida del transporte de viajeros en León está expuesta a una carestía en el servicio que los usuarios consideran intolerable. De momento, la opinión que fluye por las redes sociales ya descarga el malestar y la suposición popular de la falta de respuesta política a este agravio «porque a los políticos no les afecta», por esa prebenda en los precios públicos que acompaña al cargo.
Dos velocidades
Es probable que llegue antes el Avril a la capital leonesa que la moción en la que se exija al Gobierno que actúe contra ese doble criterio a la hora de aplicar precios. Para acentuar aún más el golpe, se anuncian billetes a siete euros para los trenes de low cost que la compañía pública va a poner en servicio desde abril hasta Valladolid, en una extensión de las conexiones del Avlo de Murcia a Madrid.
Valencia, 8 de abril a las 18.30
El AVE de León a Valencia se convierte en la tercera conexión con el Levante a través de la pasante de Chamartín, además de aportar una de las más esperadas novedades para corregir la merma de opciones que padece la estación leonesa después del aluvión se suspensiones que acarreó la pandemia y la cuarentena.
El trayecto León-Valencia (o Requena, según se especifica en las combinaciones que se ofrecen desde la ventana digital de la operadora pública) se inicia a las seis y media de la tarde; eso supone que el AVE a Madrid de las 17.40 se retrase cincuenta minutos en la salida, a las seis y media de la tarde. El tren empleará cuatro horas media para llegar a la ciudad levantina. El trayecto Valencia-León se inicia a las 10.30 horas y tiene la llegada en León prevista a las 15 horas.
Definido el surco, la cuestión es encontrar un hueco para lograr un billete. No es el precio lo que motiva la demanda; la saturación del sistema de venta está motivado por la campaña amable de billetes que segrega a León.