Las rotondas prometidas en la N-120, como síntoma del atolladero inversor en León

Los proyectos que engrosan el qué fue de... en León tienen una parada y fonda con las rotondas de la N-120; la rotonda prometida en el cruce de Montejos, en uno de los tramos de mayor saturación de la vía en la provincia leonesa; de la rotonda del cruce que da acceso a Trobajo del Camino, adjudicada en 1.3 millones de euros, que en el mes de noviembre ya se anunciaba bajo el epígrafe de inicio inmediato de las obras, y este domingo acumula tres meses mutilada por balizas que impiden el acceso hacia el tramo urbano del alfoz de León, y a la travesía de la carretera que da nombre la calle Párroco Pablo Díez.

La resolución sobre este punto, que ya era un epígrafe recurrente en las promesas políticas del cambio de siglo, ocupa tres líneas en una respuesta coral que ofreció el Gobierno de España sobre el decoro de la Nacional 120, Logroño-Vigo, alma que ilumina la ruta compostelana, y que recoge actuaciones en casi todas las provincias por las que transcurre, salvo en la leonesa; en La Rioja, en Burgos, en Palencia, en Orense, en Pontevedra.

Salva la sequía inversora en León una referencia a 7 millones de euros para modificar y rehabilitar el firme del vial a lo largo de cuarenta kilómetros, de los que se habrán acometido actuaciones en poco más de una cuarta parta del trecho aludido en las aclaraciones del ejecutivo.

Más allá, la carga inversora se desparrama lejos de la provincia leonesa, en el antes y en el después del paso de la carretera por los límites este y oeste, adecentados con algunos brochazos de pintura y señalización horizontal, o adaptación de normas de seguridad en los túneles.

El meollo sigue colgado del alero; el desarrollo del proyecto de la rotonda en el cruce de la carretera de Montejos y la N-120, que colea desde que la demarcación de carreteras decidió a mediados de la década pasada tirar una línea continua de más de tres kilómetros de longitud en el municipio de Valverde, para achicharrar las opciones de movilidad en los núcleos urbanos a los que sirve. Para desagraviar la determinación, se prometieron algunas mejoras: filtros de acceso a algunas calles, semáforos, pasos de cebra. Y para encumbrar, una rotonda en la intersección que acerca a la comarca del Órbigo a los accesos mayores de la capital leonesa.

De la rotonda, nunca más se supo, a parte de alguna protesta airada por parte del Ayuntamiento de Valverde de la Virgen, que de forma regular suele recordar al Gobierno que las promesas son deuda.

Otra costra en las heridas de la N-120 en León, al oeste de la capital, cuando la N-120 se llama carretera a Astorga, se localiza en las lomas de Trobajo el camino; en el kilómetro 308, que pende de un cruce regulado por semáforos definido por un sistema antediluviano que en hora punta atrapaba coches sin tasa en el ramal de entrada a la localidad. Hasta que la avería de un semáforo dio pie a un giro profundo en el problema. Hace ya más de tres meses que se averió el semáforo, a consecuencia de un golpe de un vehículo; y hace ya más de tres meses que se acabaron las retenciones; porque Trobajo está conectado con la N-120 desde la travesía urbana, pero la N-120 no está conectada con Trobajo.

Las hileras de conos mantienen los puntos de sutura a la espera de que se matice el gran último anuncio del Gobierno de España para con esa solución que no llega a hacerse realidad.

Un millón trescientos mil euros es la cantidad que aún separa a una de las zonas que más tráfico acumula en el entorno de la capital leonesa con una estructura que permite la fluidez y la seguridad, en cotas a la altura de estos tiempos.

La rotonda de Montejos, mientras, espera un milagro administrativo que hilvane todos los procesos para llegar a ser verdad.