Una alumna de la ESO deja el Padre Isla tras denunciar un caso de acoso escolar
La familia ya la ha matriculado en otro centro de la capital leonesa para el próximo curso
Está en la Secundaria Obligatoria y no quiere ir al colegio. Su madre pidió la semana pasada que en el centro en el que estudia, el Instituto Padre Isla, se activase el protocolo por un caso de acoso escolar. Desde la Junta confirmaron que han «estudiado» el caso, pero como de momento no se ha activado el protocolo la familia ha preferido aprovechar que está abierto el proceso para solicitar plaza de cara al próximo curso para cambiar a la joven de centro educativo y alejarla así de los insultos, la «etiqueta de bicho raro» y las burlas de los «cuatro líderes de la clase», según explica su madre en la carta que ha remitido a la Consejería de Educación para que le acepten el cambio de instituto.
La semana pasada, «su paciencia tocó fondo», relata la madre, después de que tirasen su abrigo en la basura del pasillo de Jefatura de Estudios, su botella de agua apareciese abollada y con la pintada «dúchate» a rotulador, y su mochila rodando por el suelo cubierta de polvo de tiza, explica la madre, que tras reclamar que se aplicase el protocolo de acoso escolar en el centro, ya no tanto como solución, más «como prevención», y que sea atendida la solicitud de cambio de instituto apunta que la familia «trataremos de terminar este curso lo mejor posible». La madre también reclama para su hija que «se admitan las faltas y al menos se ofrezca una disculpa lo más sincera posible».
«Físicamente no, no ha habido acoso físico ni golpes, pero es todo psicológico y la insultan llamándola ‘otaku’», señala la madre de esta niña para explicar que a pesar de que este término se emplea para designar a los amantes de la cultura japonesa en su acepción positiva, en negativo se asocia con ser antisocial o incluso enfermizo. «Esta palabra está implantada en el instituto y ellos lo emplean para denominar a los que no son como ellos», concreta la madre.
La alumna llegó al Padre Isla con un compañero del colegio donde ya le habían quitado las deportivas y las habían usado como pelota mientras ella tuvo que esperar sentada y descalza en una escalera. Ahora, ese compañero de colegio forma parte de un grupo «que tiene atemorizados a todos», según la madre. La joven tiene escuchar frases racistas como «vete a tu país», a pesar de que varios de los que las dicen tampoco son de origen español, encontrarse en su silla chinchetas y las cuchillas de los sacapuntas, pintadas en su mesa o el destrozo de sus libros.
«Regresa a casa todos los días con dolor de cabeza, extremadamente cansada; por la mañana, al levantarse se ha sentido mareada en varias ocasiones y aunque vaya pronto a la cama no consigue descansar», relata la madre en la carta registrada ayer para que llegue a la Consejería de Educación para añadir: «Le cuesta un montón ir a clase, no presta atención, varios profesores la han visto haciendo dibujos en una libreta. En casa no se concentra, no consigue desconectar de sus compañeros, no pregunta dudas por temor a las burlas», a pesar de que esta joven ha sido diagnosticada como de altas capacidades.
Recientemente la Junta hizo público el informe de la convivencia escolar en la comunidad. León concentró más de la mitad de los casos de ciberacoso en toda la comunidad, sin embargo, de los 82 posibles casos que analizó el personal educativo, ninguno de ellos se confirmó como tal el curso pasado. Un dato que sorprende, porque León fue la única de las nueve provincias en las que no se dio ningún caso de acoso escolar, a pesar de liderar el ciberacoso y de que se confirmasen 54 en toda la comunidad, y después de que el curso pasado de los cerca de 80 casos estudiados se confirmasen 17. Es en la ESO, cuando los niños cambian al instituto, donde se concentran gran parte de los casos, aunque también se registran en Primaria, sobre todo en los últimos cursos.