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ANTONIO SILVÁN

portavoz del PP en la comisión de la ley de amnistía

Antonio Silván: «Óscar Puente sabe que León está al norte de Valladolid, pero poco más»

León

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La Ley de Amnistía ha puesto el foco en el Senado. Ahí, en la comisión específica que el PP arma para bloquearla, Antonio Silván (León, 1962) ejerce como portavoz.

—Después de cuestionar durante muchas legislaturas al Senado, ahora todo el mundo de repente mira hacia él.

—El Senado es una cámara que representa a los españoles de la misma manera que lo hace el Congreso. El ministro Bolaños, en ese afán de criticar todo lo criticable que realice el Senado, parece que ha señalado que es una Cámara de segunda categoría. El Senado es una Cámara que representa a los españoles, que controla al Gobierno, que tiene iniciativa legislativa y que cumple con su responsabilidad constitucional. Ahora tiene una mayor visibilidad y es un referente desde el punto de vista político porque las circunstancias políticas así lo señalan. En el Senado hay una determinada mayoría que corresponde al PP y en el Congreso otra.

—Pero al final el que manda es el Congreso. ¿El Senado va a ser sólo una escenificación del PP que no podrá hacer nada contra la mayoría del Congreso?

—La Ley de Amnistía ha llegado al Senado cuando nunca tendría que haberlo hecho porque, como señalan todos los informes, es una ley que recoge una reforma constitucional que debería haber seguido otro procedimiento. Es tal la importancia que se ha constituido una comisión ad hoc , la Comisión Constitucional de Justicia. También se va a examinar esta ley y la incidencia autonómica de la misma en la Comisión General de Comunidades Autónomas. El Senado aporta todos los elementos y todas las herramientas con el objetivo de que esta ley no entre en vigor. Tenemos esa responsabilidad y la vamos a ejercer. Es una ley que tiene un origen claro: que Sánchez siga en la Moncloa. Desde el Senado queremos que se visualice que el candidato Sánchez antes de las elecciones, decía que la amnistía no cabía en la Constitución, y ahora, por mantenerse en la Moncloa, el presidente Sánchez dice que la ley de amnistía es perfectamente constitucional.

—Pero esa comisión, ¿podrá hacer algo de manera efectiva?

—Esta ley viene del Congreso por un procedimiento de tramitación urgente que en Senado hemos convertido en ordinaria. ¿Qué significa eso? Tenemos hasta el 19 de mayo para realizar todos los informes, todos los dictámenes que tengan por objetivo que esta ley no entre en vigor. Si pasado ese plazo volviera al Congreso, el Congreso tendrá la responsabilidad. Pero nosotros hemos cumplido con nuestra función constitucional y, por otro lado, hemos aportado al expediente de esta ley que va a acabar en los tribunales, va a acabar en Europa. Todo ese expediente formará parte de la argumentación que, no sólo el PP, sino la mayor parte de los españoles, la mayor parte de los informes de los juristas de reconocido prestigio, del CGPJ, de los letrados del Congreso y el Senado señalan que es anticonstitucional.

—Invocaron la comisión de Venecia y su dictamen lo ha utilizado el PSOE para legitimarse.

—Eso es lo que ha tratado de trasladar a la opinión pública el triministro Bolaños. Es del todo equivocado. No era el cometido de la comisión de Venecia poner freno a la Ley de Amnistía, sino informar sobre ella, y ha dicho que es una reforma encubierta de nuestra Constitución. Para que tuviera aplicación debería reformarse la Constitución. El Gobierno Sánchez acepta el chantaje de los independentistas que quieren romper España. Qué casualidad que el socio común de Putin y Sánchez sea Puigdemont, un prófugo de la justicia que no puede pisar territorio español, que ha tratado de romper España.

—¿Está condenada España a pactar con independentistas? Ahora Sánchez, pero antes lo hizo el PP con CIU.

—El PP nunca pactará con los independentista, principalmente porque nosotros defendemos la unidad de España y ellos tratan de romperla. No hemos entrado en ningún chantaje nunca, no hemos aceptado ningún planteamiento que suponga reconocer la ruptura de España. Es el momento de la vida española más complicado junto con el 23-F. Hace dos días los indultos no eran aceptables, y se aceptaron; la amnistía es aceptada pero hace unos meses no lo era. Hoy los independentistas ya están hablando del referéndum. Sánchez va a entrar por ese aro.

—Es senador por León. ¿Dónde queda la política para León?

—Esa pregunta hay que hacérsela al Gobierno. No están para lo que tenemos que estar los políticos, que es para dar respuesta a los problemas de los españoles, sino para atender a su problema, que es mantenerse en la Moncloa. El origen de toda esta situación son siete votos que Sánchez necesitaba para mantenerse en la Moncloa y se los ha facilitado el independentismo y los herederos de ETA como Bildu. Sánchez lleva desde 2018 siendo presidente del Gobierno y los problemas desde el punto de vista de las competencias estatales siguen siendo los mismos en León. Estamos al lado del Hostal de San Marcos, que sigue sin segunda fase; de Feve, que está como estaba; del teatro Emperador; de la A-60; en el Bierzo, del nudo del Manzanal, de la autovía Ponferrada-Orense... Todos están en la misma situación. ¿De quién es la responsabilidad?

—Cualquiera de esos venía del Gobierno anterior del PP.

—Sí, pero la primera fase de San Marcos, ¿quién la ejecutó?

—Sin cerrar la segunda fase.

—Sí, pero Feve ¿quién lo ejecutó? El primer tramo de la A-60 que lo inauguró Ábalos se ejecutó con el PP... Son ejemplos que demuestran que las obras necesarias para la provincia de León siguen paradas desde 2018.

—¿Cómo se ve León desde Madrid?

—Los senadores del PP de León, tanto yo como Asun y Jorge, estamos trabajando día a día, pero no tiene trascendencia pública, en iniciativas con clave leonesa. Lo mismo están haciendo las diputadas, Ester y Silvia. Son planteamientos de control del Gobierno, preguntas de los proyectos, ahora teníamos una batería de preguntas de acuerdo a los presupuestos que tiene obligación de presentar y que no ha tenido el valor hacerlo. La voz de León en el Senado y en el Congreso, la voz del PP se escucha todos los días. Otra cosa es que tenga receptividad por parte de los que tienen la obligación de darnos respuesta. Ahí tenemos innumerables ejemplos. Quizá hablen más a través de los tuits que otra cosa.

—Uno de ellos es con quien se hermanó cuando era alcalde, Óscar Puente. ¿Será dañino o cercano para León?

—Por sus hechos los conoceréis y de la etapa que lleva de ministro diría que Puente sabe que León está al norte de Valladolid, pero poco más o nada más. Le pediría que tuviera en cuenta las necesidades de León en el ámbito de su cartera. Me gustaría al finalizar la legislatura que haya mirado por León, pero por ahora, nada.

—¿El camino de ida de Silván a la política nacional tiene vuelta? ¿Se plantea volver?

—(Sonríe). Cada momento tiene su aquel. Los tiempos en política los marcan los protagonistas y las variables que confluyen. He tenido el honor de tener responsabilidad en la política autonómica como consejero de Fomento durante 12 años, el honor de estar en el Ayuntamiento 8 años, de ellos cuatro como alcalde, y ahora el honor de ser senador del Reino de España representando a los intereses de León. Estoy tremendamente imbuido de la política que se respira en el Senado, que es donde estoy trabajando en colaboración Alicia García, que es una magnífica portavoz, y con Javier Arenas, que es un maestro con una generosidad enorme.

—¿Cómo ve orgánicamente el PP de León? ¿Se le reclamará?

—A nivel orgánico siempre he estado presente en el PP de León, con los diferentes presidentes, de la misma manera que en el autonómico y el nacional, donde estoy en el comité ejecutivo con Feijóo. Estoy ahí, trabajando desde dentro para potenciar una realidad de una provincia que ha tenido y tiene su peso específico en la política autonómico y en la nacional. Ese es mi cometido.