La lucha enfermera por más competencias va más allá de prescribir ibuprofeno y paracetamol
Sanidad publica una sexta guía para que puedan indicar medicamentos, pero el colectivo pide más autonomía y la categoría A1
Una enfermera realiza el control del sintrom a una paciente, un anticoagulante oral que ya puede indicar desde la guía de 2023. RAMIRO
A muchos pacientes aquejados de catarros y virus respiratorios les habrá sorprendido este año haber sido atendidos por su enfermera de cabecera, que les habrá preguntado por sus síntomas, medido la temperatura y dispensado paracetamol o ibuprofeno con la recomendación de descansar y beber mucho líquido.
Y es que este colectivo sanitario ha dado un pequeño-gran paso en una reivindicación histórica: ampliar sus competencias y conseguir el reconocimiento legal de algunas de las tareas que ya efectúan. El Ministerio de Sanidad publicó la guía para que puedan indicar esos dos medicamentos en procesos gripales y la profesión ha acogido esa medida con agrado, aunque la consideran «más simbólica que práctica», dado que un ciudadano ya puede comprar estos medicamentos sin prescripción, aunque con menos principio activo por pastilla.
La guía se enmarca en el camino que quieren completar para poder prescribir sin limitaciones todo fármaco que entre dentro de los procesos que tratan. A ello se suma otra demanda en marcha y muy visibilizada el 8-M: alzar su categoría en la administración de A2 a A1, un nivel del que gozan la mayoría de los titulados con un grado (como es su caso) y que, además de mejores salarios, da acceso a puestos directivos y de gestión.
La guía, publicada por Sanidad a principios de enero llega tras otras cinco, que se refieren al tratamiento de heridas, quemaduras, ostomías, diabetes e hipertensión y la anticoagulación oral, esta últimaeditada en agosto de 2023. Tanto la Federación de Asociaciones de Enfermería Familiar y Comunitaria (FAEFC), como el sindicato mayoritario (Satse) o el Consejo General de Enfermería (CGE), reclaman un cambio más radical, que supondría modificar la ley del medicamento, que solo permite prescribir fármacos a médicos, podólogos y odontólogos.
Por eso, todas estas guías hablan de «indicación» de fármacos, un circunloquio semántico para evitar la palabra prescripción. El Ministerio de Sanidad está estudiando la forma para reformular ley del medicamento para que las enfermeras puedan prescribir dentro de sus competencias.
En el día a día de muchos centros de salud, las enfermeras ya detentan esta responsabilidad, independientemente de que haya aprobada guía o no, como ocurría con los anticoagulantes orales (el más conocido es el sintrom). Entre sus objetivos se sitúa el que las enfermeras puedan indiscar y usar anestésicos locales en numerosas situaciones diagnósticas o terapéuticas e incluso en cirugías menores como cuando tienen que suturar a un paciente.
Otra de las batallas que libra la enfermería es escalar de categoría. Antes del plan Bolonia, la carrera era una diplomatura, por lo que su techo en la administración se situaba en un nivel A2, mientras que las licenciaturas podían optar a ser A1. Desde que se aplicó el nuevo plan de estudios, hace tres lustros, Ciencias de la Salud constituye un grado de cuatro años, con posibilidad de máster de especialización. Pero los contratos en la administración todavía registran «esta discriminación», señalan, que afecta a unos pocos graduados, entre ellos a los arquitectos técnicos o los ingenieros técnicos, por la herencia de las diplomaturas.
Satse valora que lo lógico sería formalizar una sola categoría A que englobase a todos y que supondría una subida de sueldo para las aproximadamente 2.000 enfermeras de León, poder optar a puestos de dirección, gerencia, o determinadas tareas de investigación y sin dejar de reconocer que podrían concederse algunos complementos a aquellas carreras con más créditos como medicina o farmacia, que acumulan dos años más de estudios que la mayoría de los grados. De momento, el Ministerio de Sanidad ha ampliado las posibilidades de indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las enfermeras y estudia concederlas más.