Los precios de la ITV de León están entre los más altos del país

Cuánto cuesta pasar la ITV empieza a poner cara de pregunta retórica en las colas de las estaciones leonesas, donde se guarda turno y vez y cita previa para pasar por el vía crucis de la inspección. Retórica, a medida que el usuario comprueba que en León la tajada que se lleva la concesionaria y la administración que tutela el procedimiento es un 30% superior a la tasa que se aplica en Asturias, sin ir más lejos. No hace falta consultar una tabla de precios en todo el territorio español para convencerse del agravio, en una comparativa general en la que también saldrá malparado el propietario de un vehículo de más de cuatro años de matrícula en la provincia leonesa.

Para un vehículo diésel, que será sin ningún tipo de rival el más habitual en los lineales de los seis centros de revisión que explota e la concesionaria en la provincia leonesa, 58 euros, con picos, con flecos en las tarifas vigentes para los leoneses; 40,95 en las estacionales del otro lado del Pajares, alguna de ellas muleta de auxilio habitual para conductores leoneses, otra vez ahora, que en la redes de diagnóstico del Principado se han sacado de encima el atasco por varios meses de huelga. Las cuentas resumidas es que por el mismo servicio, para una norma de cumplimiento general, el precio en León supone para la cartera del contribuyente el desembolso de una cantidad un 30% superior que lo que le resultaría en una estación a menos de una hora de trayecto.

La España del negocio de la seguridad vial también va a distintas velocidades, de acuerdo con los criterios de los estamentos que imponen las tarifas y la normativa que obliga a pasar bajo el aro de la legalidad.

En las colas del turno y vez con cita previa de las ventanillas de recaudación de la ITV no es tema corriente de conversación que a menos de cien kilómetros de ahí hay una vida, una relación entre administración y administrado, más amable que la que se expone con el condicionante de la revisión obligatoria de los vehículos en esta delimitación autonómica; la tarifa pasa a segundo plano por la tensión ante el resultado del procedimiento; todo puede empeorar si el resultado obliga a regresar; y se hace aún más cuesta arriba si el diagnóstico, en manos de criterios subjetivos, obliga a regresar tres veces. En esa frontera, el sistema vuelve a enseñar las garras recaudadoras y aplica un segundo pago de tarifa (salvo la tasa de tráfico, que supone no más de cinco euros, una cuantía casi simbólica en medio de ese panorama del paga , sella y chequea que resume el paso por la inspección técnica de vehículos.

La comparativa explícita con las tasas que se pagan en Asturias salta a la vista por la proximidad territorial; pero hay otros ejemplos lacerantes para la administración que administra la concesión pública que gestiona la ITV en León; en las Islas Baleares, un diésel paga 35,10 euros; en las Islas Canarias, 48,48; en Galicia, 46,75; en Valencia, 48,31; en Extremadura, 18,18, luego de una rebaja del 50% en las ITV públicas de aquella autonomía durante el año 2023.

El escándalo de los precios vuelve a perder fuelle en pleno debate en la sala de espera de las plataformas de la revisión, en las que urge la volatilidad del criterio que califica las faltas; se dan casos de que un fallo en una luz trasera es falta leve por la mañana y en la revisión de la tarde se señala como falta grave; o el vuelva usted otro día con calibrado de frenado que en la segunda oportunidad sale perfecto.

No falta la polémica por la obligación para cambiar las lunas, con un profundo recorrido en las redes sociales con ensayos sobre teorías societarias que llegan a relacionar a los patronos de las concesionarias con las cadenas que cambian parabrisas en el acto. Tampoco es tema recurrente entre los políticos con potestad para legislar sobre el asunto de los precios.

En la casi totalidad de los casos, no responden.