La campaña para frenar la bronquiolitis minimiza el ingreso de bebés en la UCI
Los anticuerpos a 2.162 menores de 6 meses por primera vez contra el VRS alivia un 75% la presión en los ambulatorios y el Hospital
El Hospital de León logró en 2009 que se abriera una Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, que posee cuatro camas. J.F.S.
Aunque la «tripledemia», como bautizaron los expertos a la campaña de 2022-23 por la coincidencia de los virus sincitiales (VRS, causantes de la bronquiolitis), la gripe y el covid, dio también muestras de su poder este invierno en León, con infecciones respiratorias de distinta envergadura que afectaron a una mayoría de la población, los centros de salud y el Hospital se vieron al menos ‘liberados’ de un 75% de la presión que originaban otros años los casos de bronquiolitis y neumonías de los más pequeños.
Los expertos coinciden en señalar que esa buena noticia, que redujo de 13 a dos los ingresos de bebés y evitó el 93% de las entradas en la UCI se debió al «éxito de la primera campaña para suministrar anticuerpos a los pequeños de cero a seis meses». En León, se incorporó esta campaña una inmunoprofilaxis activa, que no vacuna, con un anticuerpo monoclonal dirigido a bloquear el virus respiratorio sincitial desde los recién nacidos a los que cumplían medio año. Y los 2.162 niños que recibieron la inmunización han sufrido muy pocas bronquiolitis.
«Tenemos la intuición de que en los niños muy pequeños la infección está relativamente controlada», asegura el microbiólogo José María Eiros, director del centro nacional de la Gripe en Valladolid.
La situación, tras esa medida, contrasta con la explosión de bronquiolitis adelantada a sus fechas habituales que se vivió en 2022. Una dolencia que afecta principalmente a los pulmones de los niños, que saturó las urgencias pediátricas de atención primaria y hospitalaria, y que se tradujo en medidas de calado en el Complejo Asistencial Universitarios de León para poder atender a la cascada de esos pequeños pacientes.
La planta de Pediatría, de hecho, se vio desbordada entonces con 41 casos sobre sus 29 camas, de modo que se extendió hacia la unidad de corta estancia UV1 para ganar un extra de doce camas más. La enfermedad también se complicó para nueve bebés que requirieron cuidados intensivos, lo que se resolvió habilitando cinco boxes de la UCI de adultos para los niños aquejados de virus sincitiales, porque la UCI pediátrica que por fortuna logró el Hospital en 2009 solo posee cuatro unidades y se requirieron más para colocar respiradores con oxígeno y una atención especial. Conscientes de la alarma que originó la bronquiolitis, la Junta decidió esta campaña incorporar la inmunoprofilaxis con el fármaco nirsevimab, que ha demostrado su eficacia.
Castilla y León es pionera en dotarse de un sistema de vigilancia de infecciones respiratorias. La red de médicos centinelas, que permite evaluar la circulación no sólo del virus respiratorio sincitial y de sus linajes A y B, sino también de los virus de la gripe A y B y el Sars-Cov-2 emite informes semanales. Y está en ‘plena’ vigilancia durante un periodo de seis meses, del 1 de octubre al 31 de marzo, cuando la actividad de los virus respiratorios es más significativa tradicionalmente. El diagnóstico virológico se ha extendido al ámbito de la Atención Primaria, de las urgencias, de la hospitalización y de la UCI.
Los virus respiratorios, sobre todo, la gripe alcanzó una alta tasa a finales del mes de diciembre y comienzos de enero, con picos en urgencias de hasta 540 pacientes. El Hospital leonés activó su plan de contingencia que incluyó añadir hasta 26 camas extra a las 1.045 que existen y que se guardan para ocasiones de tensión ocupacional como la que se vivió para dar cabida al incremento de ingresos, agilizó altas y reforzó con una treintena de profesionales la labor asistencial. Al alcanzar el 100% de pacientes que soportan los 16 boxes de la UCI, se extendieron a la unidad de Intermedios (donde 6 de las siete camas fueron ocupada por pacientes respiratorios y REA, con seis camas.