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Los alumnos de la Escuela de Artes lanzan un órdago al alcalde si les desahucia

Un centenar de inscritos exige quedarse en el viejo consistorio de la plaza Mayor ahora que se arreglará o ir al CHF

Editorial: Mudanza incoherente de la Escuela de Artes

Las obras del centro social en las antiguas escuelas del barrio de La Inmaculada todavía están sin terminar. RAMIRO

León

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Condenados desde hace años a sobrevivir entre las goteras, los desconchones, las humedades, el frío y sin ni siquiera bedeles en la puerta, los alumnos de la escuela municipal de artes no están dispuestos a marcharse del viejo consistorio de la Plaza Mayor. No ahora que el Ayuntamiento de León anuncia un proyecto de rehabilitación de 1.246.120,02 euros, tras solicitar una ayuda de fondos europeos de 934.590 euros. Pero justo en este momento, sin que se trate de un movimiento provisional durante las obras, el equipo de gobierno de José Antonio Diez programa su traslado al nuevo centro social del barrio de La Inmaculada que se levanta sobre la base de las antiguas escuelas de la zona. «Creemos que el traslado a esa nueva ubicación será el fin de estas enseñanzas y su desaparición por falta de matrícula, ya que la mayoría de nosotros no estamos dispuestos a asistir a clases en ese barrio», se lee en el documento, rubricado por más de un centenar del total de 150 asistentes a estas actividades de aprendizaje de cerámica y modelado, dibujo y pintura, restauración de bienes culturales y reposteros textiles.

Los afectados reclaman al gobierno municipal que «desestime el traslado al centro social de La Inmaculada y busque una ubicación más adecuada para este tipo de enseñanzas y perfil de alumnos». En la misiva, enviada a la concejala de Acción Cultural, los estudiantes inciden en que «se vuelva a tener en cuenta la intención inicial de trasladarnos a parte de las dependencias del Colegio de Huérfanos Ferroviarios (CHF)». Pero, sobre todo, reivindican que la «ubicación sea definitiva y las actividades se impartan en unas instalaciones adecuadas», de las que no les «muevan posteriormente», ya que si les ubican en las dependencias del barrio de las afueras «tarde o temprano se necesitaran los locales para el fin para el que se ha construido el edificio».

En el escrito, los alumnos recuerdan que fueron los primeros en alertar del «estado de abandono de las instalaciones del consistorio viejo, por falta de mantenimiento, desidia y dejadez». Aunque, antes esta «necesidad de un traslado», creían que «sería al CHF, ubicación que sí parece adecuada» a los afectados, que pagan una matrícula de 50 euros anuales, más 45 euros al mes por los talleres de 6 horas a la semana y 22,5 euros por los de 3 horas, en el caso de empadronados en el municipio de la capital leonesa.

No tienen el mismo juicio con respecto al nuevo centro social del barrio de La Inmaculada, que todavía se halla en obras. Los alumnos inciden en «la idiosincrasia y las características de un barrio con fama de problemático con sensación de inseguridad para la mayoría de los usuarios, de mediana edad y que mayoritariamente se mueven caminando en la ciudad». Esta «lejanía» y la «escasez y poca frecuencia del transporte público» se suman a los condicionantes que ven el centenar de afectados, quienes subrayan que no están «de acuerdo en que la solución sea despojar una zona céntrica de gran población y demanda para desarrollar aficiones artísticas de alta calidad para vestir a otra zona de mínima población y baja demanda».

El argumentario expuesto en el documento enviado al gobierno de Diez abunda en que no creen que tengan «la responsabilidad de dotar de contenido esas instalaciones, ya que su función primordial será un centro de atención social para personas mayores y para atender las necesidades y particularidades de los vecinos de ese barrio». El centenar de alumnos que firma la carta registrada en el consistorio reseña que ha «invertido tiempo, ganas y entusiasmo en unas enseñanzas de alta calidad» de las que no tienen «queja», pero que ahora se ven «empujados a abandonar e interrumpir» su afición a «pesar de haber hecho una inversión en material y herramientas» que ya no utilizarán. «Como ciudadanos empadronados en el Ayuntamiento de León, demandamos actividades artísticas de alta calidad, impartidas por profesores especializados y titulados académicamente como es el caso actual, pero que estas clases se impartan en unas condiciones y ubicación adecuadas, no tan lejana y aislada, y de fácil acceso y condiciones de seguridad», recalcan.

En el centro

Los afectados acumulan años de quejas en un edificio con humedades, frío y múltiples goteras

Las obras del centro social en las antiguas escuelas del barrio de La Inmaculada todavía están sin terminar. RAMIRO

Las obras del centro social en las antiguas escuelas del barrio de La Inmaculada todavía están sin terminar. RAMIRO