Diario de León

MARGARITA MORAIS 

"Tenemos que conseguir que León sea la Ciudad de la Cultura por excelencia"

León, con tan importante patrimonio histórico, su gente valiente y su paisaje que inspira paz nos enseña el valor de la serenidad y la fortaleza ante las adversidades

Margarita Morais, presidenta de la Fundación Eutherpe, ante el piano de su bisabuela. CAMPILLO

León

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—¿Un premio como el de Castilla y León de los Valores Humanos y Sociales compensa el esfuerzo que ha dedicado a los jóvenes músicos?

—Es un premio muy importante que me ha proporcionado una alegría enorme. No se me pasa la impresión feliz que sentí cuando me lo comunicó Gonzalo Santonja. Sentí que el consejero estaba contento cuando me dio la noticia. El premio me ha contagiado un sentimiento de profunda humildad y una inmensa gratitud hacia quienes han considerado que nuestro esfuerzo merece este reconocimiento.

—¿Cómo surgió la creación de la Fundación Eutherpe?

—Surgió porque los músicos jóvenes que venían a los cursos que organizábamos pedían que les ayudáramos, cosa que ya intentábamos hacer, pero lo que necesitaban con urgencia era un lugar disponible para dar conciertos. Hablando con los dos colegios que tenemos en la ciudad, apareció un espacio «posible» y nos lanzamos a arreglarlo de inmediato hasta dejarlo agradable y digno. Pensábamos que vendrían músicos jóvenes de la Comunidad, pero vimos que era una urgencia universal. Andrei Shikov fue el primer músico que nos visitó y llegaba desde Moscú. Sucedió en 1999 y, desde entonces, la fundación ha sido testigo de la pasión de más de 8.000 instrumentistas de 53 países, todos unidos por el lenguaje universal de la música.

—Dicen que levanta el teléfono y la gente coge un avión para actuar gratis en León...

—Es cierto, pero esto nos ha sucedido pocas veces, porque son los músicos quienes nos llaman para venir. Recuerdo cuando Alicia de Larrocha me pregunto por teléfono ¿Cuándo me va a llamar usted? ¡Qué impresión me hizo! ¡Tan grande pianista aquí, en León, en Eutherpe! Lo mismo sucedió con Teresa Berganza o Paul Badura-Skoda. La sede de Eutherpe en León no es solo un espacio físico, sino un epicentro desde donde se irradia esperanza y se cultiva la excelencia. León, con tan importante patrimonio histórico, su gente valiente y su paisaje que inspira paz nos enseña el valor de la serenidad y la fortaleza ante las adversidades.

—Ayuda a jóvenes músicos, pero ¿le ha dicho a alguien que la música no es lo suyo?

—En algún caso nos hemos encontrado a músicos que dicen «el concierto no será lo mío», pero nunca la música ¡Es un bien tan grande que no se desprenden de él en toda la vida!

—¿Siempre enfocó la música hacia la docencia o se planteó dedicarte a ella?

—No le he pensado nunca. Siempre he amado la enseñanza por encima de todo y me he dedicado a este Arte estudiando mucho, investigando, trabajando, leyendo, aprendiendo y transmitiendo conocimientos. Los alumnos me han obligado, por suerte, a pensar de continuo para educar con orden, de forma progresiva, correcta y feliz. Una vez que inician el estudio, podemos distinguir a los que tienen más talento, pero intentamos cuidar a cada estudiante de acuerdo con su capacidad sin olvidar a ninguno. Trabajamos como si cada uno fuera a estar entre los más «grandes», porque todos lo merecen. ¿Por qué aún no se estudia música en la escuela reglada siendo un bien fundamental para las personas? Terminados los estudios obligatorios, no todos se convierten en matemáticos, físicos, escritores... pero tendrán una buena formación en cada disciplina. Me gustaría muchísimo que la música se enseñara en todas las escuelas. Todos los ciudadanos deberían conocer las notas, la lectura correcta, entonar y disfrutar de este lenguaje. Llegará el día en que la música se introduzca progresivamente en la escuela, desde las primeras letras y juegos. No tengo duda.

—¿De qué se siente orgullosa?

—De tantos músicos y alumnos que se han ido felices de estar con nosotros y han aprendido cosas bonitas. Este arte es una gramática sonora, un mundo expresivo y abstracto, artístico y exacto a la vez, que mejora la inteligencia, la creatividad, la disciplina y el comportamiento humano: La escuela, sala de conciertos, Auditorio Ciudad de León, los cursos que programamos y la Joven Orquesta Leonesa son medios que nos proporcionan una enorme satisfacción. Siempre trabajamos con alegría y confianza en el ser humano.

—¿La música amansa a las fieras?

—No lo creo, pero también a las fieras les hace bien.

—¿Los políticos desafinan?

—Jajaja. El oído y la voz también se educan y este trabajo constante, siempre consigue el éxito. Lo he comprobado muchas veces en mi vida. Es fundamental escuchar con atención para descubrir dónde está la necesidad real y mantener vivo el deseo sincero de querer ayudar con generosidad hasta conseguirlo.

—¿Solo le gusta la música clásica?

—Dicen que existen más de 2.500 géneros musicales en todo el mundo. Desconozco la mayoría ¡figúrate! Pero me gusta toda la música que esté hecha con pasión, verdad y corazón generoso: la que se suele llamar «Clásica» el Jazz, las canciones populares, el blues tan melancólico ya sea de forma vocal o instrumental, flamenco, tango, rock..

—¿A quién admira?

—A todas las personas que trabajan por el progreso de la Humanidad. Admiro la capacidad de perdonar y mantener la esperanza, incluso en los momentos más difíciles, y la dedicación incansable para fomentar la fraternidad y el entendimiento mutuo.

—¿Qué opina de la oferta musical de León?

—Temos tres estupendos conservatorios en la provincia, escuelas, academias, coros, bandas, espacios y un Auditorio que tiene una acústica para quitarse el sombrero. Todo ayuda a mantener una oferta musical variada y de gran calidad. Los ciudadanos, con su asistencia a los eventos que se programan, aportan mucho a la cultura. Es muy importante acompañar, escuchar y ver a los artistas en directo porque la música también se oye con los ojos, decía Stravisnky. León puede llegar a ofrecer mayor y mejor cultura, también en la música y para conseguirlo necesitamos la responsabilidad, interés y participación de los ciudadanos, no sólo de los políticos. El covid nos ha dejado un poco perezosos para acudir a presenciar los conciertos en directo. Tenemos que conseguir que León llegue a ser la Ciudad de la Cultura por excelencia. Disfrutamos de lo necesario, pero se requiere ánimo y esfuerzo para alcanzarlo. Los conciertos de excelentes jóvenes profesionales que vienen a León desde diferentes partes del mundo son un beneficio incalculable para enriquecer nuestro saber y es importante procurar no perderlos.

—¿Cuántas ofertas has tenido para irte de León?

—Algunas, dentro y fuera de nuestra Comunidad.

—¿El trabajo por la música ha de ser silencioso?

—Pensar, memorizar, investigar, analizar lo escrito, reflexionar, anotar, subrayar, se debe hacer con mucha concentración y si hay silencio exterior e interior, mucho mejor. Este trabajo se puede realizar también en la mesa. Lograr un discurso musical coherente, vivo, original, libre y sentido, no es tarea fácil. Pero aquí está la pasión y la sabiduría que va configurando y diferenciando a cada artista. Requiere horas de estudio, reflexión, ensayo, conocimiento y elección.

—¿Cuánta gente ha tocado el piano de su bisabuela?

—Creo que sólo su hija Margarita, mi abuela también pianista, que yo sepa. Hace muchos años que no se restaura la mecánica. Habría que hacer un trabajo único, pieza a pieza, como se hacía entonces, año 1820. Paul Bauda-Skoda, fallecido, quería que lo reparáramos para tocar en él, le encantaba y decía que tenía el mismo número de teclas que empleó Schubert, de quien era especialista, pero no lo hemos podido hacer. El mueble está precioso porque lo restauró mi hermana Amalia que se dedica a estos trabajos tan bonitos y lo hace con mucha perfección y conocimiento.

—¿Qué proyecto le gustaría hacer y no ha podido?

—El más reciente ha sido este año, que cumplimos 10 de la Joven Orquesta Leonesa. Tenemos en la bolsa de instrumentistas 400 jóvenes inscritos y habíamos pensado llamar a 100 para esta celebración con la Sinfonía nº 1, de Mahler, que requiere gran número de músicos, pero se nos ha caído el proyecto al saber que el Ayuntamiento nos ha rebajado la ayuda en 10.000 euros para la JOL. Tanto Jorge Yagüe, director titular, como la Junta JOL, no son fáciles al desaliento así que estamos pensando en cambiar el proyecto con obras que necesiten una orquesta no mayor a 60 músicos. Será también precioso. Tengo que decir, en positivo, que para la Fundación Eutherpe, el Ayuntamiento nos ha subido 5.000 euros, 15.000 en total y si lo agradecemos mucho.

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