Los trenes fantasma de Feve duermen en la cochera de San Feliz
La estructura clave del desembarco del tranvía en León, el intercambiador del Torío y la herencia de la plataforma del tren-tram
En aquel tiempo de planificación a lo grande, León no se podía permitir una red de tranvías sin un lugar adecuado como nido de aquellos trenes urbanos que iban a cambiar el paso de la ciudad, además de enterrar estructuras decimonónicas que aún hoy siguen en pie. Así nació el complejo ferroviario de San Feliz, los anexos de la estación de esta localidad del Torío, que se endosó a la memoria del proyecto de la conversión del ancho métrico en León al modo tren-tram, otro fruto del despliegue tranviario, la modificación de la gestión y soporte del tramo entre León y Cistierna.
En pleno relato de esta burbuja, las fuentes oficiales y los gabinetes de comunicación escribieron: la reforma y puesta en nuevo uso de la estación de San Feliz de Torío, la playa de vías, la nave que dio soporte a las nuevas cocheras, se configuran a modo de estratégico nudo de comunicaciones de Feve en León, con capacidad más que notable para dar estacionamiento a las unidades de la compañía,a los trenes turísticos, además de la adaptación del entorno con un amplio párking para automóviles y zona de aparcamiento de autobuses.
Nada de aquel pronóstico se llegó a cumplir, con la carga de la deuda a la cuenta en números rojos que detalla la situación financiera de las promesas y proyectos pendientes de Feve, lo que fue Feve, con León.
Los dos kilómetros de la trinchera cosida que no dejan circular el tren desde el apeadero de la Asunción hasta la estación de Matallana tienen una analogía con el suceso que acontece para resumir los casi tres lustros de historia del intercambiador de San Feliz. Porque la cochera de San Feliz, que se levantó con una inversión de 1,5 millones de euros, también tuvo rótulos de intercambiador en la planificación de la vía estrecha que, en aquellos tiempos, absorbió casi tantos titulares como frustraciones. Iba en el plan la electrificación de la vía, con el fin de llegar a ese concepto de la sostenibilidad para ahorrarle al planeta Tierra desgaste en las articulaciones.
La cochera adoptó enseguida la denominación de cocherón, por ese ánimo de dar grandeza a las propuestas de tono político, incluidas aquellas hueras; con lo que la cochera que lleva vacía desde 2011 se convirtió con el tiempo en el cocherón vacío ... desde 2011.
La base del tranvía de León era esta nave de diseño avanzado, punto de inicio para una proyección de movilidad en la ciudad que lo más cerca que estuvo jamás de la realidad es por ese pasillo de La Asunción a Padre Isla en la que no se ha visto aún un tren.
La clave del tranvía
Había un almacén en el momento previo a esta reforma que se convirtió en sala de espera para que los usuarios del alfoz de León que eligieran la baja ribera del Torío para subirse al tranvía pudieran disponer de un espacio a la altura de la elección.
La sala de espera del intercambiador del tranvía y la línea de ancho métrico de la capital leonesa termina por resumir los trece años que suceden a la intervención.
En total, en ese área se aplicaron inversiones por valor de cinco millones de euros, de los que tres millones y medio explican las tres nuevas vías en balasto y otras tres en placa de hormigón; la prolongación de los andenes, con una longitud en alguno de los casos de un cuarto de kilómetro de extensión. Todo a medida del tren-tram; los trenes convencionales de Feve iban a tener su punto de estacionamiento en ese enclave, que también sería punto de lanzamiento e inicio de trayecto de los trenes turísticos.
Tampoco se ahorraron calificativos para catalogar la ambición del proyecto, con esa determinación de convertir San Feliz de Torío en nudo de comunicaciones y punto elemental para la circulación por admitir los cruces e intercambios entre diferentes unidades ferroviarias.
«Las molestias durarán un año», asumieron los responsables de Fomento, de la compañía, al dar cuenta de las novedades aplicadas en el entorno para ajustar las cocheras y aquel principio del fin de la entrada de Feve a León.