La Universidad cede en su potencial internacional, sobre todo en atracción de alumnos
Las trabas para contratar a investigadores y la inestabilidad laboral de los científicos lastran la captación de talentos de otros países
Una investigadora internacional, en uno de sus trabajos en los laboratorios de la Universidad de León. JESÚS F. SALVADORES
La Universidad de León (ULE) cede posiciones en su orientación internacional, uno de los retos que tiene marcados como estratégicos el conjunto del sistema universitario español. En el curso de 2023 perdió nivel respecto al año anterior, de forma que se sitúa como la última de las cuatro universidades públicas de Castilla y León en este apartado; y la número 52 en el ránking de los 59 principales campus del país con mayor número de formación en otros idiomas, intercambio de alumnos y profesores de otros países y colaboración internacional para la investigación. Aunque es en este último apartado en el que consigue una mejor puntuación.
La Universidad leonesa aparece en los indicadores de internacionalización del ránking de las 35 instituciones españolas con mejor puntuación en la internacionalidad del profesorado (en el puesto 27); seguido de la red internacional de investigación (en el puesto 30) y, por último, en la internacionalidad del alumnado (en el puesto 32). A gran distancia de las de Madrid y Cataluña, que capitalizan el mayor grado de intercambio y formación internacional. En la Comunidad es Salamanca la que cuenta con mejores indicadores.
Son los resultados del último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), que analiza el nivel de internacionalización de la universidad española. Un ranking que disecciona la orientación internacional de 59 universidades españolas, que concluye que precisamente, como ocurre en la ULE, los mejores resultados se consiguen en las redes internacionales de investigación.
El análisis señala que la educación superior española tiene «un amplio margen de mejora en indicadores como la presencia de alumnos y profesores extranjeros, así como en el número de programas académicos impartidos en idiomas extranjeros. «Probablemente la expansión de programas de estudio en inglés y una mayor capacitación del personal, tanto docente e investigador como de administración y servicios, no sólo ampliaría la oferta educativa, sino que atraería un público internacional más diverso». En todo caso, «la internacionalización es crucial para consolidar la posición de las universidades españolas en el ámbito educativo global».
Por lo que se refiere a la oferta formativa internacional, en general el informe destaca que en los últimos años ha disminuido la propuesta de titulaciones de máster impartidas en idioma extranjero, mientras se ha incrementado el de grados. Aunque «en una comparativa internacional las universidades españolas presentan porcentajes muy bajos en esta materia».
Y destaca que «es probable que aquí juegue un papel importante la capacitación del personal docente para impartir enseñanza en otros idiomas. Esta sigue siendo una asignatura pendiente de las universidades españolas».
Atracción de talento
Aunque en general «el porcentaje de extranjeros en la plantilla de las universidades españolas es bajo, se evidencia una tendencia creciente» y mayor implicación en los planes estratégicos de atraer talento internacional. La Universidad de León obtiene su mejor puntuación en este apartado, que crece «a un ritmo lento, lo que indica la necesidad de estrategias más efectivas». El informe del CYD apunta también que las universidades privadas son mucho más ágiles en su gestión administrativa y la flexibilidad de sus presupuestos para contratar a extranjeros, lo que las hace más competitivas.
Lo mismo ocurre con la inestabilidad en la contratación de investigadores, tanto nacionales como internacionales, lo que desincentiva la atracción. Aunque «la poca captación de talento internacional se concentra en las figuras iniciales de la carrera académica, por la incapacidad del sistema de ofrecer condiciones y salarios competitivos». Y otro dato: los ámbitos de ciencias de la salud, veterinaria, enfermería y medicina son los que menos investigadores extranjeros tienen.
Alumnos
En cuanto a la movilidad de los alumnos, se concentra sobre todo en los programas Erasmus y el Espacio Europeo de Educación Superior, para aportar valor añadido a las titulaciones y máster. A las universidades españolas llegan europeos, pero también de países hispanohablamentes. el informe advierte de que sería preferible que «la elección estuviese también motivada por el prestigio de las universidades, para lo que se necesita visibilizar la calidad del sistema universitario español».
En cuanto a la colaboración internacional en investigación, el informe destaca que el impacto de las publicaciones mejora cuando se produce con investigadores de otros países. «La internacionalización del alumnado de doctorado es una vía para crear un entorno internacional en la universidad».
Tasas altas y falta de ayuda en las prácticas
También destaca que las prácticas en empresas de otros países son fundamentales en la internacionalización. «Sin embargo, muchas universidades que publican ofertas de prácticas en el extranjero no se hacen responsables de la gestión, ni las incluyen como parte de los programas de estudios». Por eso propone «un adecuado apoyo en la gestión», para «enviar un claro mensaje de la importancia que se atribuye a la adquisición de habilidades y conocimientos internacionales». Lo que también «estimularía el interés de los estudiantes para aprovechar esta oportunidad única de enriquecer su formación académica».