La piscina de La Palomera en León se cerrará un año para una reforma de 3,4 M€

Con el verano, La Palomera abrirá sus piscinas al aire libre, pero cerrará las climatizadas. Pero no volverá a abrirlas en septiembre, sino que las mantendrá fuera de funcionamiento al menos un año más. Al menos hasta el otoño de 2025 no podrán utilizarse las instalaciones en las que el Ayuntamiento de León prevé invertir 3.381.172,42 euros, de los que 2.536.152,43 euros provienen de una subvención de la UE. 

Más de 12 meses en los que el consistorio deberá reubicar a los cerca de 600 usuarios al día que usan la infraestructura para sus actividades de clubes de natación, para loos cursos municipales, para la formación en salvamento y socorrismo, para las asignaturas de la Facultad de Inef y para los que van de manera individual a nadar por hacer ejercicio.

Todos tendrán que apañarse con las otras dos piscinas municipales climatizadas: el Hispánico, que cuenta con dos vasos grandes, y Salvio Barrioluengo, en el Ejido, donde hay uno pequeño y otro grande. Estos espacios tendrán que dar abasto mientras se ejecutan las obras de renovación del edificio de La Palomera para mejorar su eficiencia energética y renovar parte de unas instalaciones que datan del año 2002.

El plan del Ayuntamiento de León pasa por sacar a contratación en las próximas semanas el proyecto, después de que el ministerio confirmara hace justo un año la concesión de la subvención y luego se encargara la redacción de las planos que dan cuerpo al pliego de condiciones. El documento recoge la idea que los arquitectos describen como una «rehabilitación energética del edificio mediante una actuación que mantenga su esencia y composición formal atacando directamente las carencias energéticas e intentando actualizar su habitabilidad, accesibilidad, conservación, seguridad de utilización y digitalización de edificio con el fin de ampliar su vida útil y mejorar su confort en una situación de eficiencia y sostenibilidad aceptable».

La explicación dejará como muestra visible la creación de una «cresta fotovoltaica» superpuesta a la cubierta actual del edificio de La Palomera. Los paneles formarán parte de la renovación de instalaciones de generación y aislamiento con las que se garantiza que habrá un ahorro energético mínimo del 30%, además de una reducción del «consumo de energía primaria no renovable del 78,94%», como se apunta en el informe firmado por los arquitectos.

La apuesta por la «descarbonización es evidente», como subrayan los responsables de la redacción del proyecto tras detallar la importancia de la «instalación de una gran superficie de generación fotovoltaica y los sistemas de aerotermia de alta temperatura para la generación, minimización del uso de calderas de gas para la puesta en marcha o periodos de parada». Se ejecutarán «medidas de protección solar sobre las fachadas con vidrios de triple acristalamiento; se modificará el espacio exterior de acceso al recinto de la piscina; y se sustituirá el uso de calderas por bombas de calor».

Los planos muestran que se instalarán «dos nuevas deshumectadoras en las piscinas para cubrir las nuevas necesidades, incorporando recuperador de calor y sonda de CO2». Además, «se sustituyen los climatizadores de vestuarios y vestíbulo para incorporar equipos con recuperación de calor y baterías», de acuerdo al informe que sustentará la redacción de los pliegos de condiciones.

Las mejoras llegarán a la «sostenibilidad ambiental del edificio; a la accesibilidad; a la habitabilidad y seguridad; a la calidad del aire interior mediante renovación con recuperación del calor, mejora de la protección frente al ruido; y a la conservación, incluidos el tratamiento y reparación de los vasos de la piscina y mejora de su aislamiento». La ejecución de todas estas intervenciones, de acuerdo al proyecto, se fían al plazo de un año. Pero si no se logra que comiencen en septiembre podrían demorarse incluso hasta 2026.