Los vecinos de Ramiro Valbuena decidirán ahora si se peatonaliza o no la calle
El Ayuntamiento de León les emplaza a votar por comunidades
Como Ordoño II, Alfonso V, San Agustín y Gil y Carrasco o como el último tramo de Padre Isla que antes se denominaba 18 de Julio. Los vecinos y comerciantes de Ramiro Valbuena podrán votar ahora, después de más de nueve meses de obras, si el remate de la reurbanización da paso a un vial peatonalizado por completo, sólo con acceso para los residentes, cocheras y servicios, o se deja libre el tránsito, además del aparcamiento de zona azul de la ORA, con la única limitación de la velocidad a 10 kilómetros por hora. Su decisión, que afecta a otras vías del entorno, como Juan Madrazo y Ramón Álvarez de la Braña, se llevará a efecto, de acuerdo al compromiso alcanzado en la última reunión mantenida con el alcalde, José Antonio Diez.
En el encuentro se les trasladó a los vecinos y comerciantes que el Ayuntamiento de León les enviará en los próximos días un documento explicativo de las dos opciones posibles. Con el sustento de este informe, cada una de las comunidades deberá convocar una reunión en la que se vote la peatonalización o no, levantar un acta con el resultado y enviarla después firmada a los responsables del gobierno municipal. Las valoraciones, junto con las trasladadas por los comerciantes, se contabilizarán antes de comunicar la decisión y quitar las vallas de entrada y salida que mantienen la calle condicionada desde que se empezó a levantar la primera fase en agosto del pasado año.
Alternativas
Pero aquellos cinco meses que se recogían en el contrato se han convertido en casi el doble por los problemas de la empresa adjudicataria. Los problemas de la constructora Domingo Cueto provocara sucesivos parones por falta de materiales que terminaron por desembocar en un plante definitivo a primeros de febrero, cuando se presentó ante el juzgado el concurso de acreedores. Aun en suspensión de pagos, los obreros volvieron al tajo justo antes de Semana Santa y en estas últimas semanas han rematado los poco más de 40 metros que quedaban en mitad de la calle, así como los enlaces con la avenida Padre Isla, la plaza de la Inmaculada y las perpendiculares.
Los trabajos, adjudicados con una factura de 639.467,2 euros con cargo a fondos de la UE en su mayoría, se dan por terminados ya. Sólo queda recoger un pequeño montón de arena en la esquina de Juan Madrazo, colocar la señalización vertical y repartir el mobiliario urbano. Los remates se podrían solventar en los próximos días, pero no se prevé por ahora quitar las vallas hasta que se tome la decisión definitiva, salvo que se alarguen en exceso las votaciones de los vecinos y comerciantes y se opte por permitir el paso de manera provisional, después de casi diez meses de restricciones en este enclave del centro urbano.
La intención inicial declarada por el gobierno de Diez no afianzaba en ese momento la peatonalización. En el documento técnico se hablaba de «un ámbito de oportunidad al poder reducir el espacio destinado a carriles de circulación en la misma con el objetivo de calmar el tráfico y mejorar su accesibilidad», pero no se detallaba nada más allá de que la actuación resultaría «importante», junto con las de Alfonso V, Gil y Carrasco y San Agustín, «en el sentido de confirmar la reactivación del tejido socioeconómico de las mismas bajo un nuevo modelo funcional».
En las otras calles se optó también al final por la peatonalización tras reunirse con vecinos y comerciantes, aunque sin una consulta tan exhaustiva como se hará en Ramiro Valbuena. En esta ocasión, la propuesta de restricción del tráfico deberá resolver además cómo se atiende a los accesos hacia Juan Madrazo y Ramón Álvarez de la Braña, donde existe zona verde de residentes de la ORA.
Retraso
El planteamiento tendrá que afinar en qué casos y a los vecinos de qué calles del entorno se les posibilita el tránsito por Ramiro Valbuena, donde sí que desaparecerían las cerca de medio centenar de plazas azules, si se peatonaliza por completo. La decisión dependerá de los vecinos y comerciantes de la calle que en los próximos días tendrán la opción de votar.
- Peatonalización completa. El modelo propuesto tiene como ejemplos cercanos Ordoño II desde hace tiempo y, más cercano en el tiempo, la reciente reurbanización del eje formado por Alfonso V, Gil y Carrasco y San Agustín. Sólo podrán circular los vecinos y comerciantes, los usuarios de los garajes y los vehículos de servicios. Si se peatonaliza se quitarán los estacionamientos en superficie, donde hasta ahora había cerca de medio centenar de plazas azules de la ORA. Queda por definir cómo se permite el acceso desde Ramón Álvarez de la Braña y hacia Juan Madrazo, dos viales con zona verde de residentes en la actualidad.
- Preferencia peatonal y a 10 por hora. La alternativa encuentra su reflejo en el último tramo de Padre Isla. Se podría circular, pero con la velocidad restringida a 10 por hora y todos los condicionantes de una zona de prioridad peatonal, en la que los peatones tienen preferencia absoluta sobre los vehículos que transitan por el vial.