En los últimos doce meses se han producido 64 algaradas callejeras
Los episodios de riñas tumultuarias o algaradas callejeras ha sumado 64 episodios en los últimos doce meses, según los datos de que disponen los Cuerpor y Fuerzas de Seguridad del Estado en la contabilidad que arrastra los casos denunciados ante Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil, aunque en el caso de la Benemérita, la estadística de León capital está mediatizada por la circunstancia de que la jurisdicción de la mayor parte de la seguridad urbana es competencia de los uniformes azules y los verdes quedan supeditados más bien a la demarcación rural o al ámbito de lo menos urbano.
Con todo, a pesar de que la cifra pueda parecer un tanto llamativo, la realidad comparada es que se han producido en torno a un diez por ciento menos de episodios de estas características en comparación con el año pasado, especialmente cuando la referencia se toma en paralelo a las cifras que se han producido en la ciudad en el ámbito de la seguridad.
El fenómeno de las bandas organizadas se atribuye a grupos de procedencia extranjera aunque hay focos de conflicto a nivel nacional que también están localizados. En el entorno de los narcopisos de la zona de Juan de la Cosa y Antonio Nebrija, dos calles perpendiculares al paseo de Salamanca, se sigue mostrando una sensibilidad especial que denotan dos de los últimos casos llamativos. Patrullas Z muy numerosas se personaron en esa zona a principios de semana en una intervención especialmente espectacular que resultó ser simplemente una discusión de carácter doméstico entre dos miembros de una pareja. En la tarde del 1 de mayo el entorno de la misma zona se vio sacudido por una refiega entre los jóvenes que se conocían y que simplemente habían discutido pequeñas cuestiones que se saldaron con un intercambio de insultos y algún empellón, pero nada más allá.
En cualquier caso, la labor de prevención resulta fundamental a efectos de evitar que se produzcan nuevos casos y sobre todo de resolver de forma satisfactoria la disolución de los focos de conflicto que se producen en algunas zonas y que alteran la convivencia pacífica de la población.
Los datos estadísticos reflejan que la capital pasar por ser una de las más seguras. La sensación subjetiva cuando ocurren episodios de estas características es que siempre se puede dar un paso más en la lucha contra estas formas de delincuencia que provocan muchos daños.