El Ayuntamiento busca cuartelillo de limpieza en el centro de León por 1.500 €
El local, propiedad del antiguo jefe de servicio, no es adecuado ahora, tras 35 años
Hace más de 35 años que se emplea como cuartelillo de la limpieza. Pero ahora, de pronto, «la parte social del comité de seguridad y salud de Limpieza» advierte que «el local utilizado, situado en la calle Serranos, junto a la plaza Torres de Omaña, «no reúne a día de hoy las condiciones precisas para el fin a que se destina». El apunte, después mandatos sucesivos en los que se mantuvo el pago del alquiler a la familia del antiguo jefe de servicio, hace que el Ayuntamiento de León haya decidido anunciar que busca un espacio «de mayor capacidad y con las características adecuadas para albergar al personal y equipamiento necesarios». Como tope se fija una factura mensual de 1.500 euros, «más el IVA que proceda», como se remarca en el documento firmado promovido por el concejal delegado, Jon Ander Fernández.
La factura supera a los 1.021 euros, IVA incluido, después de las sucesivas actualizaciones. El informe tasa las condiciones que el director técnico del servicio reclama para el nuevo cuartelillo. El local debe ubicarse «en un radio inferior a 350 metros alrededor de la plaza de Santo Domingo»; contar con «una superficie mayor de 200 metros cuadrados en planta baja, nivel calle»; disponer de un «acceso amplio de más de tres metros de anchura en fachada»; estar «preferiblemente diáfano»; y disponer de luz, agua corriente y desagüe.
El cuadro de condiciones abunda en que se necesita espacio para que «puedan guardarse» al menos «13 carros de baldeo 1,70 por 0,80 metros y 22 carros de barrido de 1,85 por 0,85 metros». A mayores, se incide en que el cuartelillo tendrá que disponer de una serie de instalaciones, «aunque para ello se requiera la realización de alguna obra de menor entidad», como un «vestuario para 22 hombres, de 66 metros cuadrados», equipado con «dos duchas, un inodoro, un urinario mural, un lavabo y 66 taquillas de 0,30 por 0,55 para tres turnos»; además de otro para «10 mujeres, de 30 metros cuadrados, con una ducha, un inodoro, un lavabo y 10 taquillas». La distribución se completará con un «despacho/oficina para el capataz, y un almacén de útiles, herramientas y productos de limpieza».
El expediente justifica que «a efectos de la prestación de los servicios de limpieza viaria y recogida de basura, el término municipal se encuentra dividido en áreas o sectores de barrido, distribuidos de manera que en cada uno exista un local o cuartelillo para uso del personal y guarda de la maquinaria más lenta, evitando así los tiempos muertos que se producirían inevitablemente si el personal tuviera diariamente que desplazarse desde la nave central del servicio hasta su punto de trabajo». El informe apunta que, «desde el momento de la asunción de la gestión directa», ejecutada en 2013, el consistorio «trató de ubicar estos cuartelillos en locales de su propiedad, y, donde ello no fue posible, se celebraron contratos de arrendamiento con propietarios de locales de ubicación idónea».
Por entonces, el local de Serranos ya acumulaba más de 20 años de alquilado a la familia del jefe de servicio, pero se mantuvo, a pesar de que el sindicato Asial denunció ante la Alcaldía la posible incompatibilidad que se producía cuando la misma persona firmaba como jefe y facturador, Pero ninguno de los gobierno municipales hizo nada. El aludido defendió que había un delegado por encima, que no había ofertado nada y argumentó que la polémica se debía a «una rabieta» del jefe de los servicios económicos del Ayuntamiento y miembro del sindicato denunciante, a cuya familia se alquilaba otro cuartelillo, en el pasaje Cine Mary, cuyo contrato acababa de rescindirse y que después se convirtió en un local de hostelería.