El Ayuntamiento pierde más de 30.000 litros de gasóleo en una fuga descontrolada
El escape se registró en los depósitos del servicio de limpieza viaria
Editorial: Descontrol económico y medioambiental.
La alarma saltó casi dos meses después. Pero desde al menos enero hasta finales de marzo, al Ayuntamiento de León se le perdieron cerca de 40.000 litros de gasóleo de los depósitos que tiene dentro del recinto en el que se guarda la maquinaria del servicio municipal de limpieza viaria y recogida de basura. El carburante, que suma una factura de más de 38.000 euros, según los primeros cálculos, se perdió por una fuga en las conducciones subterráneas que alimentan los dos surtidores en los que, a diario, cargan los camiones, las barredoras y todas las herramientas con las que trabajan los operarios que se distribuyen por las calles del municipio de la capital leonesa.
El escape ha obligado a que el Ayuntamiento de León no sólo haya tenido que reparar de urgencia la fuga en las tuberías, que acumulan más de 30 años de antigüedad sin apenas intervenciones en las mismas, sino también a que deba encargar a una empresa especializada que evalúe los daños en el terreno por la contaminación. La firma ha empezado a colocar los piezómetros, que actúan como testigos para controlar hasta qué punto ha llegado la derrama de gasóleo y qué afección han sufrido las aguas subterráneas del entorno de los depósitos, ubicados en un entorno con un alto nivel freático, en las inmediaciones del curso del río Bernesga, ya en terrenos limítrofes con el pueblo de Trobajo del Cerecedo.
El informe de los profesionales marcará los trabajos de descontaminación del terreno, ubicado dentro de las instalaciones municipales aledañas al mercado de ganados, que tendrá que acometer el Ayuntamiento de León. No hay todavía una factura final por ahora, pero se sumará a las pérdidas anotadas por el escape del gasóleo que ha tenido que ser repuesto para dar suministro a los vehículos que cada jornada salen para la recogida de basura y limpieza viaria de las calles.
Esta carga fue lo que alarmó a los responsables del servicio municipal. Las instalaciones disponen de dos depósitos de 30.000 litros cada uno. Los 60.000 litros totales se atendían el pasado año con un pedido cada dos meses para dar abasto a todos los vehículos. Pero, sin que cambiaran las obligaciones del servicio, ni se apuntara maquinaria nueva que justificara un desfase, en las oficinas se anotó un encargo el 5 de enero, justo a primeros de año, y el siguiente el 9 de febrero. En la mitad de tiempo se había consumido la reserva, que de nuevo tuvo que ser repuesta el 26 de marzo, en esta ocasión con 30.000 litros, después de que de manera definitiva se entendiera que había un problema que solucionar por parte de los responsables del gobierno de José Antonio Diez.
Las pérdidas no estaban en los dos depósitos, que se mantienen al aire libre, fuera de las naves en las que se cobijan los vehículos y los materiales del servicio de limoieza viaria y recogida de basura. La fuga se encontraba en las cañerías subterráneas por las que discurre el gasóleo hasta llegar a los surtidores, como pudieron ver los operarios cuando abrieron la zanja y se encontraron con el reguero de combustible que discurría bajo la capa superficial y empapaba toda la tierra que quedan por debajo del asfaltado.
La cuantificación exacta de los litros que se han perdido en los depósitos se puede conocer. No hay una contabilidad en la que se apunte lo que carga cada uno de los vehículos y las máquinas que cada día pasan por los surtidores de suministros con los que el Ayuntamiento de León abastece al servicio de limpieza viaria y recogida de basura. Sin este control básico, del que escapa cualquier anomalía que se produzca en el corto plazo, el cálculo se ajusta a una mera estimación por la cual si en dos meses y 21 días se consumieron 120.000 litros, cuando antes en este tiempo se empleaban apenas 80.000, la merma se estima que pueda superar los 30.000 litros de gasóleo pagado por la cuenta común del consistorio de la capital leonesa.