Unos 230 empleados están pendientes en León de la posible fusión BBVA-Sabadell
Las dos entidades suman 44 oficinas en toda la provincia, un 20% del total de sucursales
El mapa financiero se mueve de nuevo, y lo hace, como desde la crisis financiera de 2008, en el sentido de la concentración del negocio y la creación de entidades cada vez más grandes. Por tanto, cada vez con menos competencia, y con un adelgazamiento de la estructura comercial que afecta no sólo al empleo en el sector, sino al número de oficinas. Algo que preocupa especialmente en provincias como León, donde en los últimos años el medio rural clama contra la exclusión financiera.
BBVA y Banco Sabadell (Sabadell Herrero, en su marca en León) vuelven, casi cuatro años después de su primer intento, a abrir el escenario de una fusión por absorción que crearía el mayor grupo bancario del país y el tercero de Europa. En apenas 16 años el mapa financiero del país se ha reducido desde alrededor de 55 entidades con peso y presencia territorial a apenas una decena de firmas de relevancia nacional.
En el caso de los dos bancos que ahora estudiarán un paso más hacia la concentración del sector hay que destacar la importante implantación que ambos tienen en la provincia de León. Aunque el BBVA ya ha adelantado que no habrá una reestructuración traumática (los últimos acuerdos en el sector pasan por jubilaciones anticipadas y bajas incentivadas), es obvia la duplicidad de algunos servicios en la provincia. En algunos casos, como en el centro de León, las centrales están prácticamente puerta con puerta.
El caso es que los dos bancos que ahora centran la atención suman alrededor de 230 trabajadores en la provincia, y un total de 44 sucursales. Más de una decena en la capital leonesa, otra parte importante en Ponferrada y el resto repartidas por las cabeceras comarcales con mas actividad económica. BBVA cuenta con 26 oficinas en la provincia, y Sabadell Herrero con 18.
Por lo que se refiere al empleo, ésta última entidad tiene 80 trabajadores en sus sucursales y servicios en León. En el caso de BBVA la entidad rechaza dar datos de empleo, pero fuentes sindicales señalan que sus oficinas rondan en total unos 150 empleados. En total BBVA ronda los 28.000 empleados en todo el país, y Sabadell unos 14.000. En el caso de la provincia de León, entre las dos entidades cuentan con un 20% del total de sucursales que sobreviven al drástico proceso de reconversión y concentración en el sector; y un porcentaje similar del empleo total en la banca, que ronda en la provincia actualmente los 1.200 trabajadores.
La negociación se produce en esta ocasión en un momento de especial estabilidad del sector bancario, que gracias a la evolución de los tipos de interés en los dos últimos años ha presentado beneficios récord. En 2023 el BBVA cerró con unos beneficios de más de 8.000 millones de euros, y en el primer trimestre de este año anuncio una ganancia de 2.200 millones. El Sabadell, por su parte, ganó 1.332 millones de euros en 2023 y 308 millones entre enero y marzo de este ejercicio.
Banco Sabadell pondrá resistencia a BBVA para mejorar las condiciones de la fusión
Comienza una semana clave para la operación que ha sacudido el mapa bancario español. Banco Sabadell reunirá previsiblemente entre este lunes y el martes a su consejo de administración para decidir si se sienta a negociar la fusión con BBVA. Y todo apunta a que no tiene la menor intención de poner las cosas fáciles al banco presidido por Carlos Torres. Fuentes del sector financiero indican que entre los directivos del Sabadell no han gustado ni las formas ni el fondo de la oferta, que llegó a sus manos apenas cuatro minutos antes de que se hiciese pública. En la cúpula del histórico banco catalán ya corre como la pólvora la palabra "resistencia". Es decir, presionar en el camino que le quedaría a la fusión hasta que salga adelante para mejorar las condiciones planteadas por BBVA en su comunicación, tal y como apuntan esas mismas fuentes. Cuando se cumplen cinco días desde que se conocieron los detalles, Sabadell sigue dilatando en el tiempo su idea de trasladar una respuesta formal a BBVA. Incluso el mercado interpreta que estaría jugando esa baza del tiempo para presionar por una mejora de la oferta, tanto en términos de gobernanza como incluso de precio. El objetivo sería que BBVA ofrezca pagar al menos parte de la operación -ahora planteada como un canje de acciones- en efectivo. Los analistas de Renta 4 Banco no descartan que el banco con sede social en Bilbao acabe cediendo en este punto empleando su exceso de capital, que cifran en 3.100 millones de euros. Pero en el seno del banco existe la firme convicción de que su oferta es más que suficiente.
De hecho, en la entidad consideran que su propuesta es suficiente y más que atractiva para los accionistas del Sabadell; que si el mercado creyera que puede haber otra oferta, los títulos de la entidad estarían cotizando por encima del valor de canje -que equivaldría a unos 2,26 euros por acción-; y que si las acciones de BBVA han caído en torno a un 8% desde que se inició el proceso, es un indicador de que los inversores creen que ya es una oferta generosa. En realidad, el consenso coincide en que si se compara con la anterior intentona de 2020, la nueva propuesta de BBVA prácticamente obliga a los hombres de Josep Oliu, al menos, a sentarse a negociar. Sobre todo porque la entidad no cuenta en su capital con un núcleo duro capaz de contrarrestarla.
Un consejo sin amarrar Aquí reside uno de los puntos claves de la fricción. Lo habitual es que cuando se anuncia una operación de tal calado, los directivos del banco sobre el que se dirige la oferta ya hayan sido avisados. Y son ellos los que se encargan de convencer a los accionistas para que acepten o rechacen. Pero en esta ocasión, la cúpula del Sabadell se enteró de la intención de BBVA casi al mismo tiempo que el mercado. Cabe recordar que entre los mayores accionistas de la entidad con sede en Alicante se encuentra el fondo BlackRock (también accionista de BBVA), con un 3,6% del capital, seguido del inversor mexicano David Martínez (3,4%) y los fondos Dimensional Funds y Fintech Europe, con algo más de un 3% cada uno, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Después estaría la firma Millenium Group, con tan solo un 1,034% del banco a través de instrumentos financieros. A juicio de algunos expertos, esta dispersión puede suponer una ventaja para BBVA en las negociaciones. Pero tampoco garantiza que las mismas lleguen a buen puerto. Sobre todo porque Banco Sabadell es consciente de que su situación ha cambiado mucho desde la pandemia y ahora podría seguir su camino en solitario sin problemas, incluso en el nuevo escenario de bajadas de tipos de interés que se avecina.
En el mismo contexto se maneja BBVA. Es decir, esta fusión no surge de una estricta necesidad -como sí pudo ser la de hace cuatro años-, sino ante la aspiración de seguir creciendo y ganar cuota de mercado para distanciarse de otros líderes del sector.
La pelota se encuentra ahora en el tejado de Banco Sabadell, que es quien debe decidir si acepta la oferta, y a qué precio, a lo largo de esta semana.