Diario de León

Isabel Carrasco: 10 años del crimen de León: Un jurado leonés para el crimen del siglo en León

53 minutos para explicar el veredicto. Ese fue el tiempo que necesitó el portavoz del total de 11 miembros del jurado para explicar las cuestiones que sustentaron su decisión. Montserrat González, Triana Martínez y Raquel Gago escucharon entonces, aquel 20 de febrero de 2016, su acusación de culpables de asesinato y atentado. 11 jurados para un veredicto. 21 hombres y 16 mujeres fueron preseleccionados en León para tal misión. ¿Quién puede matar a Isabel Carrasco? El jurado lo tuvo claro. Fueron ellas. Pocos sucesos han tenido tantos ingredientes para que hasta el relato técnico sea igual de jugoso. La unanimidad fue la nota dominante con respecto a las dos familiares. No así, respecto a la agente Raquel Gago, cuya aparente rocambolesca implicación despistó a más de uno. No obstante, la pasarela sobre el río Bernesga y la muerte de Isabel Carrasco unió para siempre a la tres condenadas a la crónica negra de León. Culpables de asesinato, atentado y tenencia ilícita de armas a Montserrat González, Triana Martínez y Raquel Gago, por entender que fueron parte de un mismo plan concertado. Aquel juicio tuvo todos los ingredientes de impacto social y mediático, por lo que los detalles sobre la actitud de las acusadas, las circunstancias del asesinato y la historia anterior de su relación con Isabel Carrasco estuvieron muy presentes tanto en el desarrollo del juicio como en la opinión pública en general, que siguió todas las peripecias del suceso y su juicio no solo a nivel local, sino nacional e internacional. El uso de ropa a modo de disfraz fue aceptado también por unanimidad, resultaba fundamental para considerar que la autora confesa del crimen incurrió en una agravante de disfraz que, por extensión, se añade a las otras tres procesadas. Según el Ministerio Público, sólo se disfrazó una pero las tres se favorecieron de ello para un plan que era conjunto.
Unánime fue también la consideración del jurado de que (con base real o no) Montserrat tenía la firme creencia de que Triana era objeto de una persecución injusta a cargo de Carrasco. La mató a sabiendas de que era la presidenta de la Diputación, con lo cual estaba terminando con la vida de una autoridad —de ahí la agravante de atentado— y usando un arma de fuego para cuya utilización no tenía licencia, circunstancia que corrobora que su tenencia era ilícita. Disponía también de una pistola semi automática y al revólver se le había borrado el número de serie. Fue unánime el jurado en considerar que la hija formó parte del plan de seguimientos a la víctima que se le había atribuido a la madre, y que estaba en el pasadizo de la calle Colón la tarde del crimen cuando su madre le entregó el arma para que se deshiciese de ella después de introducirla en el bolso. No hubo fisuras en el jurado en la interpretación de lo que ocurrió después. Madre e hija se separaron en direcciones distintas pero quedaron en encontrarse para huir en el deportivo de Triana. No lo consiguieron porque agentes de la Policía Local las detuvieron.

tracking