La estancia media en el Hospital de León cuesta 4.127 € y se eleva a 11.580 € en la UCI

Si tuviéramos que pagar directamente los servicios sanitarios, ponerse malo saldría ‘por un ojo de la cara’. Desde los 12,3 euros de una simple cura, como las que se realizan cada mañana en los centros de salud, hasta los 6.463 euros de un procedimiento quirúrgico por enfermedades infecciosas y parasitarias o los casi 62.000 euros de un trasplante de pulmón, cada servicio que ofrece la sanidad pública posee una tarifa estimada que el paciente casi siempre ignora. Todo cuesta, aunque no se cobre, pero en realidad, pagadores somos todos vía impuestos.

Poner un pie en el hospital va seguido de una factura de la que se hace cargo Sacyl, y no es pequeña. Una operación de rodilla supera los 2.133 euros, y la fractura de cadera, los 2.500. Ocupar una cama en planta cuesta 543 euros, según las comidas, y el triple en la UCI (1.053 euros). Así que teniendo en cuenta que la estancia media se situó en 7,6 días de ingreso y 11 en cuidados intensivos, los pacientes que se curan en el complejo asistencial generan de 4.127 euros a 11.583 euros desde su primera noche hasta que les dan el alta.

Además como se produjeron 237.500 estancias en el Hospital de León, la cuenta asciende a la friolera de 90 millones de euros anuales, una cifra muy superior al presupuesto que manejan la mayoría de ayuntamientos de la provincia. La ocupación de la cama, el suministro de medicamentos, la atención de los profesionales, las pruebas diagnósticas, el uso del quirófano, la comida, la limpieza de las instalaciones... todos los servicios de los que ‘disfruta’ el paciente durante su ingreso se computan en el llamado ‘coste por estancia media’, un concepto de contabilidad que Sacyl utiliza para calibrar la eficiencia asistencial.

El objetivo no es informar al ciudadano de ese valor económico como hace unos años se planteó con la llamada ‘factura en la sombra’, sino disponer de una herramienta de gestión que permita afinar más a la hora de medir la eficiencia asistencial, imputando a cada expediente todos los costes directos, de personal y funcionamiento.

Y en esa estadística, el Caule destaca por figurar como el de menor coste de los grandes hospitales de la Comunidad, los prestadores de intervenciones y tratamientos de mayor complejidad y que se engloban en el grupo 1. La lista la encabeza el de Salamanca, donde la noche cuesta, de media, 740 euros. Su cartera de servicios es «la más amplia» del sistema autonómico e incluye intervenciones especializadas, como cirugías cardíacas o tratamientos oncológicos que conllevan una elevada inversión quirúrgica y compra de medicamentos. Por ejemplo, es referencia para toda la Comunidad para trasplantes de médula ósea.

La complejidad media de los casos atendidos en Salamanca es «un 55% mayor en términos de consumo de recursos que la de los hospitales del grupo 3», es decir, los de ámbito comarcal.

El segundo puesto lo ocupa el hospital de Burgos, con 694 euros de coste medio. Le siguen los dos hospitales vallisoletanos, centros de referencia en varias especialidades. En el Clínico, la noche cuesta de media 673 euros y en el Río Hortega, 612 euros, 69 euros más caro que en León, que registra una cuantía inferior a la de hospitales de segundo nivel, como el de Segovia, o terceros, como el de Medina del Campo.

El envejecimiento poblacional genera muchas de esas estancias, de ahí que se busquen soluciones sociosanitarias y un cambio de paradigma para que las personas mayores y con varias enfermedades crónicas tengan un seguimiento domiciliario que ataje antes posibles desajustes y evite una espiral de hospitalizaciones. En CyL el proceso de hospitalización más costoso es el trasplante cardiaco (144.361 euros sumando todos los días de permanencia en el centro). El segundo proceso más gravoso es el ingreso con quemaduras extensas con injerto de piel (134.026 euros en la Comunidad), que conllevar una convalecencia de varios meses. A continuación encontramos las intervenciones quirúrgicas en un neonato, que superan los 124.000.