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El hilo de las llamadas todavía no ha resuelto toda la madeja

El día del magnicidio, Triana Martínez habló dos minutos con un asesor del PP, con su madre y con la agente local Raquel Gago. Al ser detenida, aún pudo enviar un whatsapp con destinatario desconocido y contactar con su padre

Recreación del último whatsapp de Triana Martínez el día del crimenDL

León

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Una década después del crimen de Isabel Carrasco siguen abiertas algunas incógnitas vinculadas al historial de llamadas y whatsapp que emitieron las tres inculpadas. De hecho, quedaron en el limbo las 247 comunicaciones que estableció Triana Martínez ese año con un asesor del expresidente de la Comunidad Juan Vicente Herrera y que constituyen el lote más numeroso de llamadas, por delante incluso de las conexiones que efectuó con su amiga Raquel Gago en 2014, lo que fomentó la especulación en torno al hipotético Tercer Hombre.

Supuestamente, el móvil que portaba la hija de la asesina confesa en el momento de ser detenida fue ‘destripado’ por los agentes de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional, en Madrid, a cuya sede se remitió una semana después del magnicidio.

Pero de ese estudio a fondo sólo se sabe que aquel lunes 12 de mayo de 2014, Triana Martínez habló por teléfono con cuatro personas. Con ese asesor popular a las 12.13 horas, con su madre, con la policía local Raquel Gago y con su padre 86 segundos tras ser detenida para decirle que estaban siendo identificadas y rogarle que hiciera algo. Después, hacia las 18.05 horas, mandó un último whatsapp aún hoy desconocido. El día anterior al crimen, Triana ya había contactado nada menos que 88 minutos con el hombre del PP, pero en el sumario no aparecieron sus conversaciones y nadie lo mencionó en el juicio. Sólo trascendió que las llamadas eran para buscarla un trabajo.

Para darle más misterio al hilo de las comunicaciones, se certificó que la hija de Montserrat manejó aquel fatídico día un móvil de prepago que figuraba a nombre de otra persona. Y lo probó. A las 16.37 horas, media hora antes del asesinato, Triana se telefoneó a sí misma con él, supuestamente para cerciorarse de que ese nuevo terminal realmente funcionaba, se dedujo en el juicio. Volvió a usarlo solo dos minutos después de los disparos a Isabel Carrasco para telefonear a Raquel Gago.

Los agentes escudriñaron el historial para detectar que esa curiosa llamada la realizó a las 17.19 horas y se prolongó durante 17 segundos, pero lo que hablaron representa otra gran incógnita, ya que Gago aseguró que sólo dijo «¿sí?», y no oyó más. La siguiente comunicación entre la hija de Montserrat y la agente fue a las 17.36 horas cuando Raquel llamó a Triana para ver si volvía de la frutería, donde supuestamente había dicho que iba tras esconder el arma del crimen en el vehículo de su amiga policía. La llamada se cortó porque estaba arrestada, aunque Raquel no le dio importancia «porque pensaba que estaba ocupada y que ya me la devolvería».