La exigencia de la Ebau fija la desventaja de los alumnos de León para elegir el grado
En Galicia y Asturias, los alumnos pueden sacar un 10 en Lengua al contestar sólo uno de los tres bloques del ejercicio
Editorial: Continúan los agravios en la EBAU
Ahora que la Ebau está a la vuelta de la esquina, a menos de un mes, los alumnos de segundo de Bachillerato exprimen las horas para conseguir la mejor nota en los exámenes que les abrirá la puerta —o se la cerrará— al grado que desean estudiar para después sumergirse en el mercado laboral. De nuevo un estudio ha sacado a la palestra las diferencias que existen entre las diferentes comunidades autónomas tanto a la hora de plantear los exámenes como en los criterios de corrección. El análisis se centra en las materias de Lengua Española y su Literatura, Matemáticas e Historia de España, tres de las materias de la fase obligatoria el año pasado y bajo la premisa de que el peso porcentual de los bloques de contenidos fijados por el ministerio no es respetado por todas las comunidades, con lo cual, los alumnos no son evaluados de igual forma. A mayores, que el proyecto para el próximo curso, ya con criterios Lomloe, no arreglará estas diferencias.
El alumnado leonés, en base a los criterios que marca la Junta para el estudiantado de las nueve provincias, sufren agravio respecto a los de otras autonomías, como por ejemplo los de las cercanas Asturias y Galicia, en las que en el examen de Lengua los alumnos puede «obtener un 10 contestando solamente a uno de cualquiera de los tres bloques» ya que ofrecen al alumno «una gran opcionalidad entre las preguntas». De hecho, estas dos autonomías son las que dan más facilidades a los alumnos y encabezan la lista de las once «que favorecen en mayor o menor medida el privilegio competitivo para sus alumnos y la falta de excelencia».
El informe elaborado por Escuela de Todos, una plataforma que surgió en Cataluña para promover el uso del castellano en la escuela, remarca que Castilla y León, junto con Aragón y Cantabria son las tres autonomías que destacan por la «ausencia de ventajas competitivas y la búsqueda de la excelencia, por la vía del equilibrio porcentual de los bloques» en los que se organizan los exámenes y su optatividad frente al «privilegio competitivo y ausencia de excelencia por ausencia de algún bloque» de Canarias y Cataluña.
La optatividad
Todo ello teniendo en cuenta que después existe tan sólo un distrito único y, por lo tanto, independientemente de donde haya estudiado un alumno todos pueden competir por una plaza en cualquiera de las universidades españolas, sin tener en cuenta de si su Ebau ha sido o no más fácil. «La combinación de los diferentes indicadores demuestra que no se busca la excelencia, sino facilitar que el alumno obtenga la máxima puntuación. Por tanto, favorece el privilegio competitivo de unos alumnos de unas comunidades autónomas respecto a otros, no hay igualdad de oportunidades», apuntó el profesor de educación secundaria Julián Ruiz-Bravo en la presentación del informe que se hizo a nivel nacional.
En relación al descuento a aplicar, sin embargo, en las faltas de ortografía, Castilla y León no es de las más exigentes, pero por ejemplo, en el caso de las matemáticas por un error del cálculo un alumno puede perder un 40% de la puntuación en un ejercicio frente a otras autonomías como en Cataluña donde no se penaliza si no tiene trascendencia o el País Vasco donde tampoco se descuenta nada al alumno si no existen errores de concepto. A mayores, con los criterios de la Junta a un alumno leonés se le puede llegar a descontar hasta un 20% del apartado o problema si no se usa la notación matemática correcta, tal y como se apunta en el estudio. También se indica en el informe que en el caso de Matemáticas II en Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña y Navarra se incumple de forma «flagrante» con los bloques de contenidos, ya que suprimieron en 2023 el bloque de Estadística y Probabilidad que contempla la orden ministerial que se supone que da homogeneidad a la prueba a nivel nacional.
Por contra, en la prueba de Historia de España los alumnos de León juegan con ligera ventaja según este informe ya que tienen la opción de elegir las preguntas que «más les convienen» para aprobar u obtener un buen resultado es en general alta, junto con Andalucía y Cantabria, lo que les da cierta «ventaja» respecto al resto de autonomías. Sin embargo, para obtener buena nota, en Castilla y León el alumno necesita haber estudiado cinco temas para poder obtener la máxima nota mientras que en Galicia, Murcia y el País Vasco si contestan preguntas exclusivamente de dos temas el alumno también tiene la posibilidad de obtener un 10.
Pese todo, el alumno de Castilla y León no es de los que peores notas sacó el año pasado. En Lengua Española y su Literatura el alumnado de Castilla y León logró un 6,9, mientras que la media nacional fue de 6,4. En el caso de Matemáticas, la media de las 17 comunidades autónomas fue de 5,48, mientras que en Castilla y León fue muy superior, de 7,69 y en Historia, los alumnos sacaron en la comunidad fue de 6,66 frente a la media de España de 5,1.
«Las pruebas son tan distintas en la organización, el porcentaje de puntuación de cada bloque de contenido, el número y el tipo de enunciado de las preguntas, la extensión de las respuestas y la calificación otorgada a cada pregunta que se hace imposible homologar las notas obtenidas por los alumnos», precisan en el estudio de Escuela de Todos, para añadir que las notas «pueden no reflejar los conocimientos y las competencias de los alumnos» por la variabilidad de «los contenidos evaluados, el peso asignado a cada bloque o la mayor o menor opcionalidad en la elección de las preguntas».
En el informe se critica que muchas autonomías apuestan «por la inflación calificadora: las notas tienden a reflejar un nivel más alto que el que realmente tienen los alumno». Por este motivo, desde la plataforma exigen la «unificación» de la Ebau y piden a Gobierno y autonomías que pacten una reforma que garantice una estructura de examen común, que prescriba el cumplimiento de los bloques de contenidos y su peso en la evaluación de la materia, que estipule criterios generales y específicos de corrección homogéneos o armonizados, y que reduzca drásticamente la opcionalidad. En este sentido, precisan que el borrador de la prueba de acceso a la universidad presentado el ministerio el mes pasado para la prueba del próximo año «no da respuesta» a los problemas que han detectado en el informe y que perpeturá las diferencias actuales.