El Aire necesita que León forme cada año 100 sargentos más para eliminar el tapón actual
La Academia Básica en La Virgen ha aumentado el número de soldados en primero, pero no cubren el relevo generacional
El Ejército del Aire y del Espacio precisa de más suboficiales para solventar «el tapón» actual que existe en los ascensos, una situación que, además, se complica ante los requisitos que se plantean para poder hacer carrera profesional y ascender. «La gente envejece, pero no hay personal con el perfil necesario para cubrir estas vacantes», precisa el vocal de la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (Asfaspro) Carlos Martín, quien incide en que esto ocurre desde hace más de tres años y que debería convocarse más plazas en la Academia Básica del Aire «porque ya hay falta de sargentos primero». En este sentido, concreta que sería necesario que desde el centro formativo del Ejército del Aire en La Virgen del Camino se aumentase en un centenar el número de alumnos de primer curso, que este año se cerró con 320 caballeros y damas. Una cifra que ha ido en ascenso desde 2018, cuando entraron 60 alumnos. Un aumento que llega después de que la academia se haya convertido en los últimos siete años en el mayor centro de formación del Ejército del Aire con la incorporación de nuevos alumnos y programas que este curso eleva a 2.500 los soldados en formación.
Carlos Martín concreta que actualmente el Ejército del Aire y del Espacio necesita 349 brigadas —tras salir de La Virgen como sargentos, el proceso de rangos sería sargento primero y después brigada— según se desprende de la orden de la Jefatura del Estado Mayo del Ejército del Aire. «La solución sería ampliar plantillas para que egresen más sargentos de forma que esa carencia se resuelva y, además, reducir los tiempos para ascenso a sargento primero y a brigada para que hay más aspirantes que cumplan las condiciones para el ascenso», resume Carlos Martín.
Un ejemplo de esta situación es el relevo generacional de la hornada que entró en el Ejército del Aire en los años 80 con la incorporación de los F-18. Una promoción que como recuerda Martín está a punto de jubilarse y a pesar de que en la Academia Básica del Aire ya se han ampliado las plazas para cubrir esta demanda «se han quedado cortos y el número ha sido muy deficiente».
Desde la asociación señalan que en la convocatoria actual el número de acreditados será menor que el número de plazas que sacará el Ejército para ascender. Un proceso complejo marcado no sólo por el número de años en destino, también por destino en determinadas unidades «para adquirir experiencia» y cumplir función o mando en especialidad o como jefe de unidad.
Condiciones y plazas
«El problema son todos los requisitos por la ley de plantillas. Cada cinco años hay que cumplir el número de vacantes que determina la ley, que no tiene en cuenta si hay o no candidatos que cumplan los requisitos», señala Martín, para añadir que además «han puesto unos requisitos tan duros que no hay gente suficiente para ascender y se está produciendo un tapón». Una situación que se plasma en que hay, en el caso de los sargentos primero por cada vacante 0,135 aspirantes, algo que desde la asociación consideran «hilarante».
La consecuencia de no ascender es, según Asfaspro, «una pérdida económica que se suma a las paupérrimas nóminas que sufren los militares y sus familias» en base a los complementos retributivos de empleo superior, el componente superior asociado a los puestos de empleo superior y el complemento de dedicación especial. «Es inaceptable que el Ministerio de Defensa ofrezca puestos militares que no cumplan condiciones para el ascenso: se sigue siendo militar en activo y trabajando como tal, pero no cuenta para el ascenso», señalan desde Asfaspro, que reclaman que la experiencia no se base exclusivamente «en un tiempo físico, sino en la valoración del desempeño bajo los principios rectores constitucionales de mérito y capacidad».
Proceso complejo
Del Jema
Tras su formación en la Academia Básica del Aire y del Espacio los soldados se incorporan a las filas del Ejército con una media de 28 años y convertidos en suboficiales. Desde aquí, con el sistema actual, deberá hacer un recorrido de 24 años para conseguir convertirse en suboficial mayor, un rango que no alcanzará hasta los 54 años, según apuntan desde la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas, que explican que para llegar a sargento primero serían necesarios catorce años, 20 para ascender a brigada y 24 en total para convertirse en suboficial mayor tras pasar por subteniente. En la Academia Básica del Aire y del Espacio, además de los caballeros y damas que aspiran a convertirse en suboficiales del Ejército desde 2018 en La Virgen del Camino también se forman soldados de tropa, los seleccionados para el curso de acceso a brigada —uno de los requisitos para ascender a este rango— y una sección de aspirantes a Guardia Real del Ejército del Aire y del Espacio.