Abilio Guerrero, nuevo abad de Angustias y Soledad: «Llego a la cofradía en la mejor fase de su historia»

Afronta el reto con ilusión después de haber llegado un tanto de puntillas al mundo de la Semana Santa, del que ya no quiere salir nunca más. Este domingo (Santa Nonia, 12 30 horas) Abilio Guerrero se convierte en el nuevo abad de la cofradía más antigua de León.

—¿Cómo se metió en este mundillo?

—Llegué a la cofradía viendo las procesiones, decidimos hacernos papones, otro amigo y yo con 14 años y nos dimos de alta. Fue un poco de casualidad. Después ya empezamos a funcionar y esto te va enganchando poco a poco. Yo me acuerdo que cuando comencé todavía veníamos con La Cruz. Empezamos a pujar con 15 o 16 años en el San Juan porque necesitaba braceros.

—Pero una junta de gobierno ya es otra cosa...

—Entré en la junta de gobierno del 2011 por mediación de Ángel Lescún, aunque fue su padre y Andrés Garrido, quienes me convencieron. Cuando llegas ves las cosas de otra manera y ya te das cuenta de que hay que compaginar muchos intereses y muchas cosas. Te cambia la visión de todo.

—¿Se siente protagonista de un tiempo crucial?

—Estamos en un momento muy dulce, somos cerca de 4.100 hermanos y cuando yo entré apenas había 3.300. Pero lo tengo ningún proyecto especial para esta varía porque los trabajos son de cofradía, no personales. Yo creo que hay que centrarse en el 450 aniversario, para entonces ya se elige nuevo abad y espero que sea Roberto Canuria. El patrimonio está conservado así que queremos unos actos bonitos que nos gustaría comenzar en 2027. Vamos a tratar de organizar un congreso nacional de cofradías de Angustias. Tenemos también que intentar publicar los libros sobre la historia de la cofradía, porque no hay una gran obra que recopile todo.

—¿Cómo va a organizar su trabajo?

—La abadía se estructura fundamentalmente en el primer año, porque si se espera al segundo es un jaleo. Vamos a intentar hacer algo con las secciones musicales, porque tenemos 30 personas intentando entrar en la Agrupación Musical. Hay 70 chavales que quieren formar parte del grupo de Jóvenes Papones. Tenemos que cuidar a los jóvenes y queremos volver a abrir la casa de hermandad para que los chavales tengan un sitio donde reunirse y que deje de ser como un bar. Queremos que haya actividad y para eso tienen que hacerlo los chavales jóvenes. Es una forma de atraer a los más jóvenes y conseguir que vengan cada día.

—¿Qué proyecto le haría especial ilusión?

—Hay material de la cofradía que tendría que estar ya en el museo, y cuando eso sea así tendremos más espacio en la casa de hermandad. Lo que me da más miedo es qué voy a decir este domingo cuando me presente a los hermanos.

—¿Cuál es la principal urgencia ahora mismo?

—El funcionamiento de la cofradía se va viendo poco a poco y sé todas las necesidades que hay. La más urgente es que nos abran el museo para empezar a llevar cosas para allá.

—¿Cómo está la economía de la cofradía?

—Con tantas cartas de pago al día no nos podemos quejar, pero es verdad que siempre hay gastos y asuntos pendientes de cubrir, pero estamos en un momento muy positivo.