Scayle ya no es el hermano pequeño
Caléndula declina heredar componentes del Marenostrum, donde el Gobierno ha invertido 90 millones León sigue en parada técnica para ampliar su potencial y pendiente de la nueva sede
Una inversión de 90 millones de euros para ampliar la capacidad del Marenostrum, el supercomputador de Barcelona, siempre era una buena noticia para Caléndula, el centro ubicado en el Campus de Vegazana, y para el resto de los grandes computadores repartidos por España. Actualizar el que es el gran supercomputador nacional permite a sus hermanos pequeños heredar parte de sus componentes para que aumenten sus capacidades y sumergirse en la computación cuántica.
Esta vez, el Centro de Supercomputación de Vegazana ha roto esta tendencia. Aunque inicialmente había solicitado cuatro armarios con 200 servidores, finalmente ha declinado la petición porque las últimas inversiones, junto con la construcción de la nueva sede, convertirán a Caléndula en el segundo supercomputador a nivel nacional y contará con componentes más avanzados y potentes que los que heredaría de Barcelona. Así, Scayle ha dejado de ser el hermano pequeño que hereda del mayor.
Scayle sigue en parada técnica y está previsto que a mediados de julio vuelva a recuperar el sistema de cálculo, parado desde marzo para poder actualizarse con la incorporación de 235 nuevos y potentes servidores, con lo que alcanzará los 8.000 teraflops tras una inversión de la Junta de 6,2 millones de euros. La instalación de los servidores esta en marcha y recientemente se ha concluido la instalación eléctrica para alimentar al renovado supercomputador. Los nuevos servidores exigirán mucha energía y también se instalará un nuevo sistema de refrigeración que se basa en la combinación de circuitos de agua y aire para rebajar las altas temperaturas que generarán los nuevos servidores. Además de aumentar la capacidad de cálculo, los nuevos servidores permitirán incrementar de forma notable la capacidad de memoria, que llegará a las 450 terabytes.
Actualmente, la Red Española de Supercomputación, que impulsó el Ministerio de Educación en marzo de 2007 para conseguir una Infraestructura Científica y Técnica Singular distribuida por toda la geografía española, está compuesta por 14 nodos interconectados entre sí por redes de alta velocidad; además del Marenostrum y Scayle, hay supercomputadores integrados en esta red en Sevilla, Valencia, Zaragoza, Madrid o en Santiago de Compostela. Tras aprobar los 90 millones de euros de inversión para el supercomputador MareNostrum 5 del Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación en el Consejo de Ministros, el titular de la cartera para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, incidió en que la intención del Gobierno con este refuerzo es facilitar un mayor acceso por parte de las empresas a estos recursos y también impulsar la Red Española de Supercomputación, aspecto al que se destinarán 5 millones de euros. De hecho, el Gobierno se ha comprometido a dedicar un 20% de las capacidades del Marenostrum 5 a la industria, al tiempo que ampliará la red de nodos de la RES para enriquecer la oferta de servicios de supercomputación e IA y mejorar la gobernanza de la red.
Junto con la ampliación del potencial de operaciones, Scayle está pendiente de la construcción de su nueva sede, muy cerca del Campus de Vegazana, en la calle Gaspar Morocho. Las nuevas instalaciones, repartidas en una parcela de 23.267 metros cuadrados, permitirá al complejo computacional seguir creciendo. El centro de Supercomputación de Castilla y León además de ser un pilar para los investigadores de la comunidad por su capacidad de cálculo es el alma de la Red Cayle y de OpenCayle, con esta última da servicio de almacenamiento masivo a diferentes instituciones a nivel autonómico y, con la primera, a la red educativa y científica para que, por ejemplo, todos los campus universitarios puedan conectarse las redes europeas de ciencia y tecnología, así como los complejos hospitalarios o los centros de investigación. A mayores, el centro cumple con una amplia tarea educativa y abre sus puertas a las empresas y entidades de la comunidad que requieran los servicios de cálculo para hacerles más competitivos.