«La construcción es un gran nicho de empleo, debemos darlo a conocer más»
JAVIER VEGA CORRALES Presidente de la Cámara de Comercio de León
—En la Cámara están focalizados en la formación, ¿han adaptado cursos a la construcción?
—Sí, hemos hecho de tabiquería seca, para Pice, para talento 45+, de carretilleros y otros. Son gratuitos, los dan profesionales en la actividad y alcanzan una empleabilidad superior al 50%.
—El sector ha crecido este año a pesar de la crisis de 2008, la pandemia de 2020 y la inflación de 2022, ¿cómo?
—La de 2008 fue duradera y tremendamente profunda, empobreció a las empresas y numerosos compañeros del sector tuvieron que cerrar. Pero con todo, tuvo una cosa buena. Les dio músculo a las que sobrevivieron y ahora son empresas con una solvencia técnica y económica suficiente como para poder aguantar los avatares de una pandemia, de la guerra, de una inflación tremenda y la carencia de materiales. Se ha superado con nota. El año pasado se creció un 3,4%. Eso no quiere decir que no tengamos problemas de mano de obra, la propia inflación e inseguridad jurídica.
—¿Qué opina de la Ley del Suelo que retiró el Gobierno y de la Ley de Vivienda?
—Faltándole algunas cosas, creo que podría ayudar porque elimina burocracia y eso es imprescindible para el desarrollo del urbanismo. Las modificaciones de leyes y los desarrollos constituyen ahora una actividad muy lenta. La Ley de Vivienda no me gusta y no está consiguiendo lo que pretendía con los alquileres en zonas tensionadas, porque cuando se interviene tanto en el mercado, el mercado no reacciona como quiere el interviniente y los alquileres no paran de subir por esa intervención.
—¿Hay compradores de vivienda en León y suelo para desarrollar más?
—Sí. Desde 2008 hasta 2018 se hicieron y se vendieron muy pocas viviendas, pero aquellos niños se hicieron mayores y necesitan dónde vivir. No tienen sentido que los chavales signa saliendo de casa a los 35 años. Si queremos ser Europa, la emancipación debe ser mucho antes, y para eso necesitan una vivienda sea de alquiler o venta. Por eso en León sigue habiendo mercado, posibilidades de desarrollo y polígonos que están funcionando muy bien.
—¿Los Next Generation han sido un golpe de suerte para la obra pública?
—Están moviendo no el dinero suficiente para paliarlo todo, pero sí mueven y se nota en las estadísticas. Es cierto que necesitamos revisión de precios en los contratos con la administración pública, y que hay un problema serio por una empresa pública (Tragsa) que está acumulando demasiada obra con unos precios mejores de los que salen en la licitación. Eso no es bueno para el sector. Pedimos que esas adjudicaciones se le ofrezcan a la empresa privada en los precios que se dan a Tragsa, que, además, se lleva a trabajadores.
—Convenza a los padres que les dicen a sus hijos que estudien y trabajen fuera de León.
— Los padres quieren lo mejor para los hijos. Que tengan un trabajo digno y una vida razonable. La vida fácil y cómoda en una provincia como León está clara. Puedes hacer cinco gestiones y tomar el vino frente a Madrid donde solo haces una gestión y te pasas el tiempo en el transporte público. Queda convencer a los padres de que hay trabajo, y es verdad. Hay que publicitarlo y darlo a conocer. Vamos a montar aquí una bolsa de empleo gestionada. Nos sorprenderemos cuando saquemos los primeros datos y veamos la cantidad de mano de obra que se necesita en León. También hay un proyecto de la Junta que tenemos las Cámaras que consiste en ayudar a los jóvenes a que vuelvan a la Comunidad.
— Cuántos puestos puede dar la construcción en la provincia y por qué existe resistencia.
—Estaríamos hablando entorno a 700.000 puestos de trabajo en España. Si CyL supone un 4,5% del total y León un 14-17% de la Comunidad, calcule. Es un gran nicho de empleo, pero es verdad que tiene mucha resistencia.
—¿Y qué soluciones barajan?
—Estamos intentando hacer de todo. El sector lo está intentando a través de la formación, con la dignificación de la profesión, porque 2008 le hizo mucho daño, pero no nos está resultando nada fácil. Al joven no le gusta la construcción y la estadística de inserción de la mujer es casi ridícula, un 7-8%, y de ese porcentaje el 90% son arquitectas, aparejadoras y personal de la oficina. En obra, muy pocas.
—¿A ello se suma una plantilla envejecida?
—Sí, la media ronda los 50 años y se convierte en un tema semidramático por la falta de relevo generacional. Eso se acusa más en determinados puestos de responsabilidad como los encargados, los jefes de obra y oficiales especializados. Con la falta de atracción que genera el sector, el relevo generacional es uno de los problemas más importantes.
—¿Cómo es la relación con la ULE?
—Buena, ya nos reunimos con la nueva rectora, Nuria González, porque queremos dar un premio a algún expediente académico destacado y participar de las microdenciales nuevas que saca la Universidad.