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Infraestructuras esperadas como agua de mayo

La promesa de Torneros, el remate de la A-60 o el Corredor Atlántico siguen en un limbo

Estructura ferroviaria para salvar la vía de alta velocidad en Torneros. RAMIRO

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p. infiesta
León

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Los oídos de los leoneses han escuchado decenas de veces la importancia logística de Torneros, lo necesario que sería para la dinamización de la provincia el Corredor Atlántico y el bien que haría a los bolsillos de miles de ciudadanos una conexión gratuita y por fin con Asturias a través de la AP-66. Pero esa música no acaba de hacer orquesta.

El Corredor Atlántico no pasa de algunos bocetos y de dudosa previsión presupuestaria frente al balcón mediterráneo que lleva velocidad de crucero, con tres pistas y tres vías, mientras no aparecen los euros para la vía única de trescientos kilómetros entre Astorga y Plasencia.

Es más, la Ruta de la Plata se posterga y devolver a esta tierra el ferrocarril que se cerró en 1985 se posterga a más allá de 2050, mientras la alta velocidad de Murcia a Almería cose varios túneles. León arrastra proyectos sempiternos que no acaban de fraguar en los presupuestos públicos o, si lo hacen, carecen de la continuidad necesaria para convertirse en una realidad que demandan los agentes sociales para dinamizar la provincia. La A-60 continúa a medias, a pesar de que siempre ha sido un proyecto recurrente desde que el primer tramo de esta autovía se inauguró en 2009 y sigue con 46 kilómetros de los casi 140 que aparecen en los planos.

Más compromiso, al menos sobre el papel, hay con Torneros, a pesar de que la idea inicial sigue desdibujada en esa madeja de traviesas que Europa define como el Corredor Atlántico y que debería fijar su núcleo en el municipio de Onzonilla, desde donde se canalizarán los tráficos de mercancías hacia el puerto del Musel o en dirección a Oporto y Vigo. El Bierzo, que ha quedado fuera de la alta velocidad de pasajeros, también se juega mucho en esta plataforma. De hecho, el enlace ferroviario hacia las Rías Bajas es el ‘eje principal del Corredor’, según los planes del Gobierno de España, aunque, de momento, esté en una fase embrionaria. Tiene una longitud de 420,2 kilómetros y se necesitarían 650 millones de euros —según datos oficiales— para renovar toda la estructura, adecuar gálibos y modernizar elementos.