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Una transición que empezó tarde y que es, de momento, injusta

La reactivación de las cuencas mineras no arranca y Tvitec, en El Bierzo, es el mejor ejemplo de que se necesita un esfuerzo adicional

Explanada donde un día se levantó la central térmica de La Robla. FERNANDO OTERO

Publicado por
M. C. Cachafeiro
Ponferrada

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La presencia de la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, como cartel electoral del PSOE a las Elecciones Europeas, condiciona cualquier análisis sobre cómo se está avanzando hacia un nuevo modelo económico verde y sostenible en la provincia de León, pero lo cierto es que la sensación general de muchos alcaldes y otras administraciones es que queda mucho por hacer.

Si a eso se une la transición en las cuencas mineras, dependiente también de Teresa Ribera, ahí la opinión general es que está siendo «injusta» con zonas que tanto aportaron durante décadas a la generación de electricidad para el desarrollo industrial de otras regiones de España. Una opinión generalizada, sobre todo, en la comarca del Bierzo.

La central termica de Anllares, en el municipio de Páramo del Sil, es hoy un solar, y no se han recuperado los más cien empleos directos y los muchos indirectos que generó durante sus 38 años de vida. Y en Ponferrada y Cubillos del Sil, lo mismo se puede decir. Endesa, tras el cierre de la emblemática térmica de Compostilla, presentó varios proyectos alternativos, ligados al reciclaje, sin que se haya visto, hasta ahora, un avance significativo que aventure una pronta construcción de las nuevas empresas. De momento, todo está en tramitación.

El caso más sangrante es Tvitec. Su proyecto para crear una planta de producción de vidrio en Cubillos del Sil, que implicaría una inversión de unos 180 millones de euros y 250 empleos directos, en el marco de una transición justa por el cierre de minas y centrales de carbón en El Bierzo, sigue pendiente de que se liberen las ayudas prometidas en octubre de 2022, con la presencia en el polígono de El Bayo de las ministras Ribera y Reyes Maroto. Tal es la desesperación de la compañía que su director comercial, Alberto Sutil, se presentó el pasado Primero de Mayo en la manifestación de Ponferrada para pedir a Industria que se liberen lo antes posible.

Cuantificado en 200 millones de euros, la ayuda del Ministerio alcanzaría los 135; el resto lo financiaría la banca y la propia empresa, que ya ha adquirido los terrenos. Además, contaría con un gasoducto en el que, en su construcción, trabajarían más de 50 personas.

En contrapunto está el proyecto en La Robla. El proyecto de generación de biomasa y energía verde avanza y prevé la creación de una media de 450 puestos de trabajo durante los tres próximos años para las tareas de construcción de las cuatro plantas que albergará el complejo, cuyos trabajos comenzarán previsiblemente antes de que finalice este año.

A estos trabajos seguirá una segunda fase de operación y mantenimiento de las plantas, que tendrá una duración de 25 años, en los que se empleará a 200 personas, de las que 110 serán directos y los 90 restantes para la gestión de la biomasa en la zona de recogida, de manera que podrán ser propios o a través de empresas de transporte y recogida.

Lo que trasladan muchos alcaldes es que la transición en las cuencas se tenía que haber empezado antes. Antes del cierre de 2018, y no ahora cuando ya no queda nada.

Sin embargo, el Acuerdo Marco para una Transición Justa de la Minería del Carbón y el Desarrollo Sostenible de las Comarcas Mineras en España, firmado por el Gobierno; los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO), Unión General de los Trabajadores (UGT) y Unión Sindical Obrera (USO); y la Federación nacional de Empresarios de Minas de Carbón (Carbounion), el 24 de octubre de 2018, se está ejecutando sin grandes críticas. La financiación adicional de 300 millones ha permitido restaurar ambientalmente las minas, mejorar las infraestructuras locales, lanzar un programa de recualificación para exmineros, mujeres y jóvenes y promover la investigación en hidrógeno renovable y almacenamiento energético a través de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), dice el Miteco. Todo buenas palabras, pero las cuencas siguen sin arrancar.