El último verano de las ‘cutrerrazas’ covid
De las más de 231 autorizadas en la calzada durante la pandemia, sólo las que presenten un proyecto en menos de 30 días desde la entrada en vigor de la ordenanza y se adapten podrán continuar
Las secuelas urbanísticas del covid empezarán a atenuarse antes de final de año. Después de cuatro años de vigencia en precario, motivada por la necesidad de ayudar a la hostelería y alargadas por la decisión del alcalde José Antonio Diez de no intervenir antes de las elecciones para que no le afectara, las más de 231 terrazas autorizadas en la calzada y que ocupan más de 611 plazas de estacionamiento deberán regularizar su situación.
No contarán de plazo hasta final de año para adaptarse, como se le concede al resto, salvo que en menos de 30 días hábiles desde la entrada en vigor de la nueva normativa presenten un proyecto adecuado a las exigencias. Sólo en este caso se les aplicará la gracia de apurar hasta el 31 de diciembre. Pero los que no lo hagan tendrán que desmontar la instalación con el apercibimiento de multas que van desde los 1.501 a los 3.000 euros.
La moratoria se consagra en la disposición transitoria primera de la ordenanza de terrazas aprobada de manera inicial en el Pleno de este pasado viernes. El texto debe ahora someterse a un mes de información pública para la presentación de alegaciones y luego volverá a la sesión plenaria para las modificaciones pertinentes y su ratificación definitiva. No se estima que llegue antes de final de agosto, pero a partir de esta fecha o, como tarde, septiembre, una vez publicada en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), la normativa entrará en vigor.
Esta fecha, todavía por definir con exactitud, pondrá en funcionamiento el reloj para la adaptación de las terrazas. Las personas titulares de autorizaciones «vigentes a la entrada en vigor de esta ordenanza dispondrán de un plazo límite hasta el 31 de diciembre de 2024 para adaptar los elementos de las mismas a las condiciones establecidas en esta ordenanza», como se cita en el texto.
Pero, a instancia del grupo municipal de Vox, la normativa añadió al borrador inicial de trabajo que se aprobó en Pleno una apostilla en la que se incide en que, para las ubicadas en la calzada, «este plazo sólo estará disponible para aquellas que en un plazo máximo de 30 días hábiles desde la entrada en vigor de la ordenanza, que quieran continuar con su actividad y no estén adaptadas a la misma, presenten solicitud de autorización y presupuesto con las actuaciones que precisen realizar» «En cualquier caso, deberán adecuarse a lo contemplado en esta ordenanza en el plazo máximo de ejecución de la adaptación correspondiente», se abunda en el articulado, que se remata con la advertencia de que «el incumplimiento de este apartado será considerado como infracción muy grave y como consecuencia la sanción será la extinción de la autorización».
La aplicación de todo el catálogo de la ordenanza, según los cálculos estimativos de los hosteleros, puede hacer que desaparezcan más de un 40% de las terrazas en plazas de estacionamiento. En esta merma también influirá la inversión necesaria para acabar con las instalaciones en precario, montadas con palés y cuerdas, que la propia patronal hostelera critica por falta de seguridad e imagen. Este verano será el último de las cutrerrazas covid.