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León espera la oportunidad de Pacto Rural hasta 2040 para reducir la brecha social

Castilla y León ocupa la posición 119 entre 236 territorios de la UE, según el Índice de Progreso Social publicado en mayo por Eurostat con diferentes parámetros de progreso social

El camino hacia el progreso social todavía es largo y con muchas incertidumbres

León

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Las únicas comunidades autónomas que lideran el desarrollo social en España son Euskadi y La Rioja. Castilla y León ocupa la posición 119 entre un total de 236 regiones de la UE, según el Índice de Progreso Social publicado por Eurostat en mayo, una herramienta comparativa entre las 236 territorios de diferentes parámetros como alimentación, saneamiento y suministros de agua, seguridad, disponibilidad de vivienda, bienestar, salud, educación, calidad de gobernanza, educación superior o inclusión social. Con una puntuación de 113 puntos, por encima de la media europea que se sitúa en 100, Castilla y León está en transición para conseguir los objetivos de cohesión social y entre las mejor valoradas en España, con un décimo puesto.

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En este contexto, el León más rural espera una oportunidad para reducir la desigualdad. El momento puede llegar tras una consulta pública de la Comisión Europea con la participaron agentes y comunidades rurales y que dio lugar a la publicación el 30 de junio de 2021 titulada Una visión a largo plazo para las zonas rurales de la UE: hacia unas zonas rurales más fuertes, conectadas, resilientes y prósperas antes de 2040 .

Progreso social en las regiones de la UEEurostat

José Luis Domínguez, profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Salamanca, destaca la importancia del Pacto Rural tras la crisis del coronavirus. «El proyecto de integración, con sus luces y sus sombras, ha resultado ser un éxito mayúsculo en aras a generalizar el bienestar de la ciudadanía europea y el progreso socioeconómico. Si bien es cierto que durante determinados momentos las políticas instauradas desde las instituciones europeas supusieron, como ocurrió tras la instauración de la teoría de los servicios de interés general, un buen número de quebraderos de cabeza no solo para las administraciones públicas sino también para la población española, en la actualidad los territorios con desafíos demográficos y especialmente las comunidades rurales han pasado a estar debidamente representadas en el haz de políticas públicas del viejo continente. Sirva como ejemplo la visión a largo plazo de las áreas rurales hasta 2040, el Pacto Rural o el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, del que emanan los fondos para devolver la dignidad a nuestros pueblos e incrementar la calidad de vida de los habitantes que resisten en estos territorios».

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Cohesión social

Alejandro López González, profesor titular de la Universidad de León del Departamento de Geografía y Geología, destaca el objetivo de la UE para conseguir la cohesión social, económica y territorial. «Pone especial atención a la zonas rurales, a las afectadas por la transición industrial y a la regiones que padecen desventajas naturales o demográficas graves o permanentes, como León, con una gran parte de su territorio de naturaleza rural, con comarcas que han vivido el cierre de la minería de carbón, y con numerosos municipios de alta montaña, y más aún castigados por la despoblación. León es periférica, con rentas alejadas de las que disfruta el corazón de la UE, la franja vulgarizada como ‘la banana azul’ que se extiende desde el Benelux hasta el norte de Italia».La renta real per cápita, el indicador de la desigualdad territorial, «indica lo mucho que queda por hacer en convergencia. La renta española fue aproximadamente el 80% de la de la UE en 2021, cuatro años antes era del 85%, covid mediante. Castilla y León estaba aún más distante —77% en 2021 y 80% en 2018—. León se mantuvo estable en todo ese periodo en el 70%, por lo que su situación relativa mejoró en comparación con lo que ocurre con España, Castilla y León, y la mayoría de las provincias de la Comunidad. Pero se sitúa lejos del eje Burgos-Palencia-Valladolid, a pesar de la que caída de actividad derivada del Covid-19 fue mucho más severa en este eje». López González concluye que el balance final del periodo «es un marcado retroceso en la convergencia, tras el que está un comportamiento claramente negativo de la economía española, también de las provincias de la Comunidad con mayor peso de la industrial». Para el conjunto de España, la distancia respecto a la media europea se acrecienta en cinco puntos, lo mismo ocurre en Burgos (casi ocho puntos), Palencia y Valladolid. «En este sentido, León, como Salamanca o Zamora (que converge) permanece aparentemente estable, lo que no significa necesariamente algo positivo», puntualiza el profesor. «El PIB per cépita es el juego entre dos masas que no varían obligatoriamente al unísono. León perdió en el periodo mucha población, por lo que la estabilidad puede encubrir únicamente PIB real que apenas avanzó: creció un 0,2% con una población que descendió un -3%».

Este análisis indica que desde el año 2018 hasta 2021, la posición de León no ha mejorado. «Ha resistido mejor que otras provincias el reto del covid-19 por tener una economía menos abierta al exterior que el eje Burgos-Palencia-Valladolid, pero la herida demográfica pesa y en tiempos usuales retornará a una dinámica menos positiva». López González confía en que los fondos Nex Generation sean una oportunidad para romper con la marginación. «León tiene que aprovechar su condición de nodo de transportes para el noroeste, también debe sacar partido a su potencial de destino turístico de interior, rehabilitar y conservar sus espacios naturales y su potencial en las energías renovables, sin ir contra los valores ecológicos».

Las familias más vulnerables han visto empeorar su situación socialFernando Otero Perandones

Hay que esperar

Paz Benito del Pozo, catedrática de Geografía Humana y directora del grupo de investigación Invester (Investigaciones sobre el territorio) de la Universidad de León, cifra en 34.693 millones de euros los fondos recibidos por para el Objetivo de Crecimiento y Empleo de los fondos FEDER y el Fondo Social Europeo Plus. «Supone un incremento del 13,2% con respecto al 2014-2020. Es decir, hay más dinero para la cohesión. Si nos fijamos en la distribución regional de estos fondos, que tienen que ejecutarse en el periodo 2021-2027, a Castilla y León le corresponden 1.204 millones de euros (un 8% más que en el período anterior). Para apreciar un cambio de tendencia en las desigualdades habrá que esperar a que ese dinero se materialice en acciones concretas y ejecutadas. Si la economía regional crece y el empleo también mejora esto puede atenuar las desigualdades económicas y sociales; pero no hay que esperar que desaparezcan de un plumazo, porque no es previsible que dejen de estar por delante las regiones más aventajadas como la Comunidad de Madrid, País Vasco y Cataluña; ni por detrás las menos desarrolladas, como Extremadura o Castilla-La Mancha. Eso sí, la disparidad puede reducirse…y esa es una buena noticia».

Para la catedrática, «en la provincia de León hay fuertes contrastes entre las dos grandes zonas urbanas, León y Ponferrada, y el resto del territorio, menos poblado y con tendencia a seguir perdiendo efectivos, además de tener una economía rural o de montaña que ahonda su vulnerabilidad, que no es menor en las zonas de tradición minera, sujetas al cierre de explotaciones de carbón y afectadas por el proceso de cambio de modelo energético. Un sistema de transportes y comunicaciones que mejore la accesibilidad de los lugares más apartados, la diversificación productiva, una red de áreas empresariales que favorezca las inversiones en los distintos ámbitos provinciales, el apoyo al emprendimiento rural y la formación de los jóvenes podrían ayudar a este objetivo. A escala urbana, la desigualdad está relacionada con el nivel de renta y factores sociales, por lo que abría que impulsar políticas de inclusión y de igualdad, ampliar y mejorar la calidad de la oferta de viviendas asequibles, mejorar el acceso a los servicios públicos de calidad y atender la diversidad cultural, entre otros».

Los pueblos de León esperan su oportunidad.EFE

Poder adquisitivo

Para Luis Buendía García, profesor del Departamento de Economía y Estadística de la ULE, España lleva distanciándose de la media europea en renta real per cápita en paridad de poder adquisitivo desde 2007. «Durante el período 1996-2007 crecimos más que otros países europeos, y eso nos permitió acercarnos mucho a esa media y superarla. Ahora bien, el crecimiento en esa etapa, dominado como estaba por la burbuja inmobiliaria y el turismo, tenía los días contados: en cuanto se pinchara la burbuja, la economía tendría una crisis profunda, y eso pasó en 2008. Si además le sumas las políticas aplicadas entonces —austeridad impuesta por gobiernos de uno y otro signo que deprimieron aún más las economías de varios países—, el resultado es que la crisis de 2008 fue mucho más dura aquí que en el centro y norte de Europa: de hecho, aquí nos supuso una década perdida mientras los países de referencia, con mejores fundamentos económicos, iban saliendo antes».

La austeridad impuesta por Europa «que asumieron con gusto los distintos gobiernos del momento, trajo la sensación de que estaban hundiendo aún más a las economías y provocando un daño innecesario, lo trajo cierto desencanto hacia Europa. La pandemia y sus consecuencias económicas nos alejó aún más de esa media comunitaria. Desde 2021 no hemos dejado de recuperar posiciones. El papel de Europa en esta nueva recuperación ha venido dado por los fondos Next Generation, de la que España se está beneficiando enormemente».

Pero, tal y como muestran los datos de progreso regional, la desigualdad dentro de España también es relevante. «Los fondos europeos no están sabiendo atenuar esta desigualdad regional—ni tampoco las políticas nacionales—, y la economía cada vez se concentra en unos polos económicos concretos, en particular, Madrid, pero también Cataluña, Valencia o País Vasco, mientras que otras regiones como Castilla y León o Galicia cada vez están más deprimidas».

Esta desigualdad se refleja también en la distancia económica que hay entre las personas. «En España es ciertamente elevada. Desde que estalló la crisis en 2008, hemos estado casi siempre entre los cinco países más desiguales de la UE. Ello se debe a que tenemos mucho más desempleo que en el resto de esos países y a que nuestro sistema de protección social es menos eficaz para reducir las desigualdades, por lo que también habría que tratar de mejorar nuestro Estado de bienestar. La única noticia positiva a este respecto es en estos últimos años hemos ido reduciendo la desigualdad un poco, y los últimos datos de 2023 apuntan a que salgamos por fin de ese grupo de cinco países con las mayores desigualdades».

Luces y sombras

La soriana Mercedes Molina, catedrática emérita de Geografía Humana de la Universidad Complutense de Madrid y coautora del informe Luces y sombras de la política territorial de la UE: su significación en el Estado español, destaca que Castilla y León ha sido una gran receptora de fondos europeos. «Si consideramos los 25 territorios subestatales de la Unión que más fondos recibieron en el periodo 1989-2020, Castilla y León ocupa el puesto 9º,superado por Galicia y Andalucía. Sus bajos niveles de renta con respecto a valores medios de regiones europeas fue el criterio elegible, de acuerdo con las directrices que establece el tratado de adhesión. Un dato que debe ser conocido cuando se reclama en ocasiones la significación de regiones despobladas del Sur de Europa en comparación con las poco pobladas del Norte de Europa, criterio diferente y determinado en el tratado de adhesión de Suecia y Finlandia, que no fue nuestro caso. El crecimiento de renta es importante e indiscutible y ha determinado su situación en el periodo 2014/2020, otra cosa es cómo se ha producido. El relativo avance económico debe asociarse también a la variable demográfica, al descenso de población o su estancamiento y por supuesto a los efectos de la población funcionarial jubilada».

Molina alerta de que la trayectoria de los fondos territoriales y los asociados a la transición verde se pueden ver afectados por otras necesidades. «Me refiero a la seguridad europea, necesaria e imprescindible en un momento crucial en el que la guerra está presente en ciertos territorios. También hay que considerar la futura constitución política tras las elecciones del día 9 y que si se cumplen las perspectivas de crecimiento de ideologías ultraconservadoras se puede alterar la actual trayectoria».

El proyecto de integración, con sus luces y sus sombras, ha resultado ser un éxito mayúsculo en aras a generalizar el bienestar de la ciudadanía europea».

León, como Salamanca o Zamora, permanece aparentemente estable, lo que no significa necesariamente algo positivo. Perdió población y ese puede encubrir un PIB real que no avanzó».

No hay que esperar que desaparezcan las desigualdades territoriales de un plumazo, porque no es previsible que dejen de estar por delante las regiones más aventajadas».

La trayectoria de los fondos se puede ver alterada por otras necesidades, como la seguridad, en un momento en el que la guerra está presente en ciertos territorios».

Los fondos europeos no están sabiendo atenuar la desigualdad regional—ni las políticas nacionales—, y la economía cada vez se concentra en unos polos económicos»

El coronavirus

«León ha resistido mejor el reto del covid por tener una economía menos abierta al exterior»

Distribución de fondos

«Entre 2021-2027, a Castilla y León le corresponden 1.204 millones, un 8% más»

La esperanza

«El Pacto Rural o Recuperación y Resiliencia devuelven la dignidad a los pueblos»