El último caño artesiano de León vuelve a manar libre
El último de los caños artesianos que quedan en el interior de la ciudad de León vuelve a manar libre para el servicio público. La fuente del Arco de la Cárcel, después de más de seis meses desde que se iniciaran las obras de reurbanización del enlace de Era del Moro con Carreras, se destapó de nuevo este martes una vez finalizados los trabajos de revestimiento de piedra de la estructura a modo de brocal que rodea la salida del agua.
El nuevo caño, incluido dentro del presupuesto de 241.942,71 euros del proyecto total, ha cambiado las lajas de piedra roja de Boñar por unas nuevas losas del mismo material que todo el espacio de la acera que acabó con el antiguo empedrado desigual. No ha habido más cambios. La fuente mantiene la estructura de cuatro bocas que se colocó en febrero de 2011, cuando se cambió la anterior, que tan sólo contaba con un grifo y presentaba esqueleto semicircular, por otra a escasos tres metros que cumpliera con la labor de abastecimiento público.
La reapertura da curso a la sucesión de guajes ahorrados a los caños y colas de vecinos que, de manera tradicional, llenan las garrafas con este agua que proviene del dominio de la antigua presa que discurría por delante del antepecho de la muralla y que, antes de seguir por las huertas de Renueva abajo, pasaba por los arcos del molino Sidrón, aún en pie en la desembocadura de Era del Moro con Ramón y Cajal a la espera de ser rehabilitado dentro del plan de recuperación de la muralla.
La calidad del agua proviene de su carácter artesiano. No hay más surtidas de un acuífero dentro de la ciudad, mientras que en el municipio de León se contabilizan otras tres: en la iglesia de Armunia, en la calle Victoriano Martínez de Puente Castro y en Oteruelo de la Valdoncina.
La procedencia del acuífero, sin tratamiento previo como en la traída y el resto de fuentes, hace que la empresa Aguas de León tenga que proceder con carácter periódico a su revisión. Sobre todo en verano, la bajada del nivel freático ocasiona la concentración de mayores impurezas en el acuífero y deriva en el cierre de manera temporal. Pero el caño de autorregula solo. La subida de nuevo purga estás partículas y permite abrirlo de nuevo para que las colas de garrafas y rapaces se amontonen a los pies de la estatua de Don Pelayo.