Diario de León

Ningún blindaje habría detenido la munición de guerra usada por el 'Chiqui' para matar al teniente coronel leonés

EUROPA PRESS

AMP.'Chiqui' advirtió de que el primer muerto tenía un "coste" pero el resto salía "gratis", según un agente de la UEI

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AGENCIAS

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Agentes de la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil desplegados en julio de 2022 en Santovenia de Pisuerga (Valladolid), donde Pablo Antonio S.H. ('Chiqui') mató de un tiro a un vecino y luego, tras atrincherarse en su casa, hizo lo propio con el jefe de la UEI, el leonés Pedro Alonso Casado, al que disparó a través de la puerta, han advertido de que la munición de guerra usada por el criminal hacía inservible cualquier blindaje de protección.

Si en la jornada anterior ya testificaron más integrantes de dicha unidad de élite, especializada en casos de secuestro, este jueves otros tres compañeros de la UEI, precisamente quienes aquella madrugada estuvieron más próximos a la puerta del piso bajo B donde 'Chiqui' se había hecho fuerte y, presuntamente, mantenía como rehén al entonces novio de su hijastra, han explicado que el viejo Mauser al que se enfrentaron iba municionado con balas del calibre 7.62, uno de los de mayor tamaño, considerado de guerra.

Por ello, los tres agentes, en declaraciones recogidas por Europa Press, han asegurado que todos llevaban su equipo de protección, compuesto por chaleco y casco antibalas, con un peso de entre 40 y 50 kilos, junto con un escudo y una manta balísticos, pero también han apostillado que dicho material no habría evitado un fatal desenlace en caso de recibir el impacto del proyectil, como así ocurrió al teniente coronel y jefe de la UEI, Pedro Alfonso Casado, alcanzado en la cabeza.

"No hay ningún caso en el mercado que detenga ese calibre", han coincidido al señalar los tres agentes, alguno de ellos compañero del fallecido a lo largo de 18 años, debido al efecto destructor de una munición que incluso, como así han explicado gráficamente, es capaz de atravesar una o dos paredes, "tal y como están hechos actualmente muchos pisos".

De ahí de las extremas medidas de protección que los agentes de la UEI tomaron aquella madrugada cuando se apostaron en el rellano del portal ante la puerta del piso ocupado por el 'Chiqui', al que, al igual que en la jornada anterior dijeron otros compañeros, han acusado de disparar de forma intencionada tras la puerta buscando causar la muerte de quienes se encontraban al otro lado.

Y es que los guardias civiles, cuya intervención ha podido observar en el juicio el jurado mediante la proyección de las imágenes de seguridad del edificio, han corroborado que el acusado efectuó un tiro oblicuo a la puerta hacia la derecha, precisamente hacia el lugar "donde estaba escuchando ruido procedente del lugar en el que se hallaban el negociador hablando y, a su lado, 'Perico', el jefe de la unidad.

"Si hubiera querido asustar habría tirado al aire o al techo", ha recriminado uno de los agentes, quien también ha advertido de que 'Chiqui' no cesó de amenazarles, antes y después del fatídico disparo. "¡El primero se paga, el resto sale gratis"!, es la frase que también han puesto los agentes en boca del acusado antes de que éste cumpliera su amenaza.

La jornada que se sigue en la Audiencia de Valladolid por estos hechos desde el pasado viernes ha contado, entre otros, con el testimonio de la hijastra del 'Chiqui' y entonces novia de Iván V. cuando sucedieron los hechos, el joven a quien el acusado mantuvo, presuntamente, secuestrado y utilizó como 'escudo' durante horas para evitar la entrada a la fuerza en el piso por parte de la Guardia Civil.

En su declaración, Ainara ha acusado a su ya exnovio de fingir su secuestro, tal y como asegura que Iván le confesó al día siguiente de lo ocurrido. La testigo ha recordado que su pareja le explicó que "había estado en todo momento tranquilo y que incluso había estado fumando y bebiendo unas cervezas" con 'Chiqui' porque, como así ha añadido Ainara, Iván había asumido el papel de defensor de su familia y se había quedado por voluntad propia en el piso con el fin de protegerlo".

Para tratar de acreditar esta versión, la joven ha relatado que horas antes de lo ocurrido el vecino del tercero y más tarde fallecido de un tiro en el estómago, Dionisio A.P. ('Dioni'), había amenazado a su padrastro con quemar la casa, de ahí que éste e Iván, este último por voluntad propia, optaran por permanecer en la vivienda para responder a una posible represalia.

La joven también ha explicado que su padrastro y 'Dioni' habían sido muy amigos hasta que se produjo una trifulca entre sus respectivas mujeres por un lío de cuernos. "La mujer de Dionisio acusaba a la mía de haberse acostado con su marido", ha desvelado Ainara, quien por eso los que hasta entonces eran muy amigos pasaron a llevarse "fatal".

El juicio entra este viernes en la decisiva fase de las pruebas periciales y, en principio, está previsto que el próximo lunes la nueva jornada quede reservada para la exposición de los informes de las partes.

Con carácter provisional, el encausado se enfrenta a condenas que oscilan entre los 84 años de cárcel por dos asesinatos, tentativa de asesinato, secuestro y tenencia ilícita de armas que solicita la viuda e hijas del agente y los 58 y 59 que, respectivamente, piden la fiscal del caso y la acción popular ejercida por la Asociación Víctimas.

En el proceso figuran también personados como acusaciones particulares un hermano del guardia civil fallecido, así como los letrados del vecino fallecido de Santovenia Dionisio A.P. ('Dioni') y el del entonces yerno del 'Chiqui' que presuntamente fue secuestrado por el acusado durante horas en un piso y que pide un total de ocho años de prisión por detención ilegal y amenazas.

El defensor del encausado, por su parte, tan solo reconoce la existencia de dos homicidios, uno doloso--el del vecino--y otro imprudente--el del guardia civil--, así como otro de tenencia ilícita de armas. Rechaza la existencia de los delitos de secuestro y tentativa de asesinato.

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