El Gobierno también le niega a León la gracia del peaje nocturno gratuito

Los paganos de los peajes de León se cambiarían por la clientela de las autopistas que tienen gratuito el pase en la banda nocturna. Son una docena, lo que le resta al fenómeno carácter de medida aleatoria, y le convierte, al contrario, en otro exponente de la inspiración de la España a dos velocidad que funciona mejor que nunca.

A falta de otras, añora el alfoz leonés con una oportunidad de ese calado; con una prueba. Con un pase pernocta por debajo de los arcos de la León-Astorga, que libere el sueño de la presión del ruido, del tráfico que retumba entre las viviendas que hacen travesía de la N-120, donde la noche se altera por la circulación y el tronío de los motores.

Una oportunidad, como las de las erres de Madrid, la R-2, la R-3, la R-4, la 5, los accesos al aeropuerto, las AP a Toledo, y a Ocaña y Albacete, que son redundancia de las anteriores; el mundo libre de a España boyante por el Levante y el sur, el nuevo mundo de Cartagena a Almería que está aún casi por nacer y ya resplandece más que el sol. La oscuridad es León, donde se clama a gritos por una gracia como que se concede entre media docena de vías en las que el peaje nocturno desaparece.

Entre León y Astorga, esa condición se antoja como el silencio en el corredor del camino de Santiago, con entradas y salidas interminables desde el polígono industrial de Villadangos, y el núcleo de Hospital de Órbigo, machacados por la versión retrasada del desarrollo y la movilidad que padece desde hace años la provincia leonesa.

Además del acoso en la noche en una carretera de doble sentido de la circulación, cesaría el acoso que sufre el mayor recinto de actividad industrial y logística del territorio leonés; otra excepción en la estrategia económica, un polígono industrial asediado por el peaje de una autopista que debía de servirle de acicate para su despegue.

León se ha terminado de amoldar al peaje igual que a una enfermedad crónica.

Hace años, tantos como del Gobierno actual en La Moncloa, se marcó un plan para rescatar la N-120 de la presión del tráfico pesado a base de bonificar paso de camiones por la AP-71; el movimiento estaba inspirado en criterios se seguridad para la población, después de observar la presión de la nacional. Esa medida se acaba de hacer efectiva en Alicante.