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León acogió sólo en 2023 a 1.300 migrantes que solicitaron la protección internacional

El centro humanitario del Chalé de Pozo abrirá el día 22 y acogerá a un máximo de 180 refugiados mayores de edad

​Editorial: Solidaridad necesaria, polémica tramposa

Los vecinos de la zona se concentraron ayer en Villaobispo de las Regueras. Fernando Otero 

Publicado por
María J. Muñiz
León

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Los inmigrantes, entre ellos los que buscan protección internacional como refugiados porque huyen de conflictos y persecuciones en sus países, aumentan de forma importante. Y lo harán más en los próximos años, según las asociaciones que gestionan sus procesos de acogida, porque lo hacen los conflictos internacionales. Sólo el año pasado tres organizaciones que gestionan estos programas en la provincia de León atendieron a más de 1.300 personas que tramitaban su protección. De ellos alrededor de 1.100 en este programa, a los que hay que sumar entre otros las peticiones de protección temporal de ucranianos.

Las organizaciones consideran que la alarma generada por la llegada de un contingente al que fue hotel Chalé de Pozo se debe sobre todo a la desinformación, porque «estos colectivos conviven y se integran social y laboralmente sin generar conflictividad». El grupo que llegará a Villarrodrigo de las Regueras procedente de Canarias lo hará el próximo día 22, según explicó ayer el delegado del Gobierno, Nicanor Sen. Será un máximo de 180, todos ellos mayores de edad, documentados y que ya han iniciado la tramitación de sus expedientes.

Según la responsable de la Organización para la Defensa de los Derechos Fundamentales (Accem) en León, Encarna García, la convivencia de los refugiados acogidos al Programa de Protección Internacional en las localidades donde se les ubica es «buena. Siempre puede presentarse algún problema, pero la mayoría de estas personas ha huido de situaciones conflictivas, y lo que quieren es estar tranquilos y empezar una nueva vida en paz. En concreto, los que llegan de Canarias suelen ser personas tranquilas. Todos ellos adquieren el compromiso de aprender el idioma y participar en las actividades para su integración laboral y social, y lo cumplen».

El programa de Accem, que el año pasado atendió en León a 813 refugiados (más los ucranianos) tiene tres fases, una primera de acogida en la que muestran su voluntad de pedir la protección internacional (un trámite que ya han cumplido los migrantes que llegarán a León este mes); una segunda en la que se tramita la documentación de refugiados, y en la que se les presta asesoramiento legal, psicológico, educativo y sanitario para prepararles para su nueva vida; y una tercera, ya de autonomía. Un proceso que suele durar año y medio, aunque en el caso de los migrantes de Pozo el programa es temporal hasta el 31 de agosto.

Accem tiene alrededor de 200 plazas en León. El centro más grande es el de Valencia de Don Juan, con 95 plazas. Durante el inicio de la crisis humanitaria de Ucrania se le sumaron otras casi cien en Altollano. Hay un centro de acogida de 39 plazas en Astorga y en León 55, de ellas 12 para el Programa de Atención Humanitaria, de los migrantes que llegan de Canarias.

Por su parte San Juan de Dios atendió el año pasado en el Programa de Protección Internacional a 279 personas (196 adultas y 83 menores) de 26 nacionalidades. Cuenta con 118 plazas, 76 de ellas en La Fontana y siete pisos con 42 plazas, uno de ellos para víctimas de violencia de género.

Dolores Queiro, coordinadora del programa, insiste en la labor de integración comunitaria y en «derribar muros para evitar estigmatizar a estos colectivos». En la orden hospitalaria estos programas duran también año y medio, primero con una fase de acogida temporal y después con la preparación para la autonomía, con itinerarios personalizados de inserción sociolaboral. «La llegada de una persona refugiada a un país de acogida no pone fin a su calvario», señala. «Tienen que afrontar desafíos como encontrar una vivienda o conseguir un trabajo, porque si no están en riesgo de exclusión social».

En cuanto a Cruz Roja, en León atendió el año pasado en conjunto a más de 850 inmigrantes en sus distintos programas. De ellos 210 estaban en los programas de protección internacional. Están repartidos por distintos centros y pisos, que la organización prefiere no detallar. Y se les ofrecen clases de español y acompañamiento, además de talleres formativos. Cruz Roja realiza también actividades para concienciar a la población en general, como el realizado a finales del año pasado ¿Te pondrías en la piel de un migrante? .

La mayor parte de los inmigrantes que participan en estos programas de protección proceden de Colombia, Venezuela, Marruecos, Perú y Ucrania. Aunque hay casi una treintena de nacionalidades.

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