El nuevo sistema sólo añadiría jueces de adscripción territorial

El sistema que se pretende poner en marcha tiene especialmente en cuenta la figura del juez de adscripción territorial como instrumento que dota de flexibilidad al sistema para la atención de necesidades de trabajo.

El recurso a esta figura se hace especialmente pertinente en situaciones, como la actual, en que existen restricciones presupuestarias para la creación de unidades judiciales completas; también se considera procedente como prioridad el incremento gradual de plazas judiciales por el reto de la jubilación masiva en la carrera judicial y es una medida acertada porque conviene ir preparando y dotando de recursos a los futuros tribunales de instancia.

La organización judicial tradicional ha provocado, con el paso del tiempo, algunas disfunciones en la administración de Justicia como la falta de especialización de los juzgados, la proliferación de órganos con idéntica competencia en cada partido judicial, el favorecimiento de la justicia interina y no profesional o las desigualdades. Se trata de corregirlas.

Además esta reforma permitirá aprovechar las mejoras organizativas generadas por la implantación de la Oficina Judicial que se basa en la especialización de unidades y en la colegiación de esfuerzos por medio de la creación de los servicios comunes.