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Cecina de León sólo hay una

La IGP del producto leonés por excelencia se esfuerza por reforzar la importancia de consumir solo piezas genuinas de la provincia

La Cecina de León cumple 30 años.dl

León

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30 años, tres millones de piezas y treinta millones de kilos de producción dan idea de la importancia de la cecina en la provincia de León y su Indicación Geográfica Protegida lo sabe. Porque no hay nada más leonés que la cecina. Porque es la embajadora de León por excelencia dentro y fuera de la provincia. Y porque sus propiedades componen una lista larga y nutritiva que hacen del embutido leonés el mejor manjar bajo la bandera carmesí.

Pero la picaresca se adueña del mercado y bajo el paraguas de la marca se amparan muchos actores secundarios que nada tienen que ver con el personaje principal. Sólo hay una auténtica cecina de León y solamente es la que lleva la distinción de la IGP.

El Consejo Regulador certifica las piezas utilizadas en la elaboración de la Cecina de León, haciendo que cumplan los requisitos exigidos en el Reglamento.

Los controles de certificación son exigentes y tajantes. Sin un periodo de curación de siete meses para las piezas normales y de doce meses para las de gran reserva, no hay nada que probar.

El Consejo Regulador realiza también labores de promoción, asistencia a certámenes feriales, congresos, jornadas, actividades de control de calidad, gestión de subvenciones y actualización en materia de normativa sanitaria.

Según el reglamento, la carne que se utilice para la elaboración de la Cecina de León procederá preferentemente de razas autóctonas. Para obtener la cecina de León se utilizan cuatro partes o cortes de los cuartos traseros seleccionados de la vaca: tapa, contra, babilla, cadera y centro de contra, nueva pieza en el pliego de condiciones; éstos deben tener un mínimo de cinco años de edad y un peso mínimo en vivo de 400 kilogramos.

Eso es lo que dice la teoría. La práctica reseña que el sabor, la textura, el paladar y los colores deparan una experiencia inolvidable que convierte la degustación de la cecina en un placer que solamente se reserva a los amantes de lo exclusivo.

Con tres millones de piezas y treinta millones de kilos producidos, el producto leonés por excelencia está al alza