Santa Nonia asume en verano el papel del Museo de Semana Santa en León
La capilla recrea el encuentro de Las Lágrimas y el Dainos y expone al Expolio hasta agosto
La capilla de Santa Nonia asume el papel que se le supone al Museo Diocesano y de la Semana Santa de León y recreará hasta el próximo día 28 de agosto el encuentro de la Virgen de las Lágrimas de la cofradía de Angustias y Soledad y el Dainos que puja El Silencio, uno de lo momentos más intimistas de las procesiones de León, que se celebra a la caída del Domingo de Ramos y también expondrá un montaje especial del Expolio, de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.
Pese a que el Museo Diocesano y de la Semana Santa está abierto y se supone que plenamente operativo, la actividad central de este verano tendrá lugar en la capilla que comparten las cofradías más señeras de la capital, la que está considerada como la más antigua (Angustias) fundada en 1611 y la de mayor número de hermanos (JHS) con 4.500 miembros.
Este acto del encuentro del Domingo de Ramos data de 1995, cuando la Junta de Seises de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad recibió una solicitud de colaboración por parte de la Cofradía del Santo Cristo de la Expiración y el Silencio.
Se trataba de organizar el «Encuentro de la Santísima Virgen con su Hijo en la calle de la Amargura». Tendría lugar el Domingo de Ramos hacia las 22.00 horas, cuando la procesión del Dainos pasara por delante de la Iglesia de Santa Nonia.
Si bien la petición inicial estaba dirigida a la participación de La Soledad, se decidió que fuera la Virgen de las Lágrimas. Pasados los años y dado que el acto iba en aumento en cuanto a asistentes, en 1998 se decidió situar la imagen sobre el trono que hasta ese año servía al San Juan de la Cofradía y bajo un palio, conformado a base de dos paños bordados que habían sido realizados para el Cristo Yacente, sacándose el paso así del interior de la Iglesia a hombros de sus braceras cuando se aproximaba el Dainos. Delante del paso, hoy en día a un lateral, formaría la Junta de Seises de la Cofradía, con insignias, y al pasar el Dainos, a una señal del ViceAbad desde 2008, se realiza una reverencia en señal de respeto y sumisión.
El Expolio es una de las imágenes más señeras del Dulce Nombre. Es obra de Diez de Tudanca y data de 1674. La imagen de Cristo presenta las características propias de las obras de Gregorio Fernández y de la estética barroca castellana, con abundantes llagas en hombros y espalda, así como de postizos que intensificaran la sensación de realidad, con ojos de cristal y dientes de marfil. Y este paso, al igual que ocurriera con la Coronación encargada el año antes, tal vez fuera copia de otro que tenía la Cofradía de Jesús Nazareno y Cinta de Valladolid.