Mc Donald's se queda en Papalaguinda a la espera de si Burger King recurre
El Ayuntamiento ratifica la concesión de la parcela de suelo público por otros 25 años
A la espera de que Burger King decida si presenta recurso, la junta de gobierno local del Ayuntamiento de León ratificó ayer la adjudicación de la concesión demanial del suelo de Papalaguinda a Mc Donald’s. La franquicia continuará por el momento con la explotación de los terrenos municipales, como en los últimos 25 años, aunque su competidora estudia impugnar el resultado del concurso en el que, dentro de sistema de sobre cerrado, se encontraron con la coincidencia de que ambas ofertas proponían el pago anual de 140.000 euros.
La disputa se resolvió a favor de Mc Donald’s gracias a la propuesta técnica, en la que gracias a la valoración sobre el edificio y las reformas logró 2,10 puntos más a juicio de los técnicos dentro de un total de 30. La diferencia le sirvió a la franquicia, que dentro de los 70 puntos restantes que se dirimían por la oferta económica, consiguió la misma nota que su competidora.
La coincidencia hizo que Burger King reclamara al Ayuntamiento de León «las evidencias de los logs/eventos de trazabilidad del proceso de tramitación de los sobres» para poder analizarlos «exhaustivamente». La documentación ya fue remitida esta misma semana, como se dio cuenta en el última sesión de la comisión informativa de Desarrollo Urbano. Ahora, la marca, que no tiene franquiciados locales, debe decidir si recurre la adjudicación.
Ad astra, per aspera (traducido del latín, «a través del esfuerzo, el triunfo»). Es el lema de la asociación de cohetería de la Universidad de León, un grupo de jóvenes estudiantes de diferentes carreras que sueñan con crear un cohete que rompa el récord actual de 7,5 kilómetros de altura alcanzados por un prototipo que diseñó un equipo madrileño. Pedro de Dueñas es el presidente fundador de este grupo de estudiantes, al que describe como «una iniciativa de unos amigos y yo a la que se ha unido más gente de la universidad, ingenieros de todas las ramas de la Universidad de León, estudiantes de Márketing, Derecho...». Además, este proyecto lleva en marcha dos años y «comenzamos cuatro amigos y ahora somos veinte, además de la gente que va y viene», comenta el universitario, a lo que, riéndose, denomina como «un relevo generacional».
Ayer se lanzó desde el campo de Tiro del Teleno el primer prototipo de este cohete, al que llamaron León 1, que alcanzó una altura de 500 metros. «Nuestro objetivo ahora es crear otro proyectil que alcance los 4.000 metros y ya el siguiente, que llamaremos León 2 de forma muy original, queremos que sea el que bata el récord» explica Pedro. Un proyecto que sin duda, es arduo. Uno de los problemas a los que se enfrenta el grupo de universitarios es a la financiación. «La Junta nos da dinero, también tenemos algunos patrocinadores que nos ayudan con los softwares» indica Pedro de Dueñas, que espera que con el lanzamiento de León 2 y otras propuestas a futuro él y sus amigos «consigamos meternos en el panorama nacional y Europeo y contemos con más presupuesto».
Otro de los inconvenientes son los permisos para poder hacer despegar el proyectil. Para este lanzamiento de prueba, De Dueñas informa que ha sido un proceso largo y complicado para conseguir los permisos. «Hemos tenido que llevar el proyecto a la Universidad, a la Junta, a Defensa en Madrid, al Ejército... Hay que tener en cuenta lo que pueda pasar, como por ejemplo los incendios, el espacio aéreo, avisar de la maniobra... El precio del seguro por lanzar cohetes está cerca de los diez mil euros» explica Pedro, quien además ha añadido que «el ejército nos ha ayudado mucho con los trámites y el tema de la seguridad. Tenemos colaboración con ellos, nos cedieron el campo de Tiro del Teleno. En el momento del lanzamiento había un camión de bomberos por si sucedía algo», motivos por los cuales se muestra verdaderamente agradecido.
Aunque el deseo de la asociación de cohetería de la Universidad de León es romper con su León 2 el récord de los 7,5 kilómetros para poder hacerse un nombre en las empresas nacionales e incluso Europeas, también tienen pensados otros proyectos a futuro. Algunos son de distintas ramas y otros relacionados con los cohetes, como mejorar en su control o desarrollar combustibles líquidos, puesto que «ahora el que utilizamos es a base de azúcar y fertilizante. Pero no el azúcar que tú te comes, no, sino uno que se llama azúcar dextrosa, que suena menos apetecible» bromea Pedro.
Este combustible sólido, que es el que los estudiantes emplearon ayer para el lanzamiento de León 1, al estar compuesto en un 35% de este azúcar, emite un olor a dulce en el momento de despegue, «como si se tratase del algodón de azúcar de una feria» describe Pedro de Dueñas. Aunque recalca que aún queda tiempo y camino por delante hasta lanzar el León 2, espera que él y su equipo lleguen hasta las estrellas.